Eduardo Galeano al comienzo de su exposición |
(Sobre “El libro de los abrazos” Eduardo Galeano.)
"Creo que un autor al escribir abraza a los demás. Y éste es un libro sobre los vínculos con los demás, los nexos que la memoria ha conservado, vínculos de amor, solidaridad. Historias verdaderas vividas por mí y por mis amigos, y como mi memoria está llena de tantas personas, es al mismo tiempo un libro de "muchos"... Es un equívoco que ha fragmentado los lazos de solidaridad, que ha condenado a este mundo de finales de siglo a tener hambre de abrazos, a padecer de soledad, el peor tipo de soledad: la soledad en compañía. Es el mismo proceso que se manifiesta con la pobreza.”
El 21 de junio de 2013, en la Sala Julio Castro de la Biblioteca Nacional, nuestro querido Eduardo Galeano recibió una distinción de la Academia Nacional de Letras, en ocasión del Día del Libro, por su producción como trabajador y explorador de la cultura.
En esta oportunidad, gracias a la diligencia de la Sociedad de Profesores de Idioma Español (SPEU) y a la Asociación de Profesores de Literatura del Uruguay (APLU), que me enviaron por mail la noticia, pude asistir a tan emotivo acto.
La meritoria y vasta labor de Eduardo Galeano como explorador de la cultura-como a él le gusta más que lo llamen- fue premiada con una placa de bronce que fue realizada por Gustavo Serra, con un diseño de Francisco Matto.
El académico Pallares que habló sobre la obra de Galeano, risueñamente al pasar dijo que tenía pocas páginas escritas con letra grande. Yo me temía un extenso discurso estructuralista, pero fue muy fiel a su consigna y realizó una exposición somera y muy acertada.
A Galeano siempre es un placer escucharlo. Leyendo sus propios textos o –como en esta ocasión- hablando de su labor. Fue –como siempre- elocuente, certero, y enternecedoramente humano.
En la concurrencia, sin lugar a dudas, asistieron varias personalidades, entre ellas otro espectacular explorador de la cultura que tanto nos deleita con su música y sus programas: Daniel Viglietti.
Juntos: Dos de nuestros más prestigiosos exploradores culturales Eduardo Galeano y Daniel Viglietti |
Mucha gente esperó la ocasión para saludar a Galeano que con paciencia infinita firmó libros, y con su proverbial simpatía y don de gentes repartió besos y abrazos. Una joven que se sentó a mi lado, me dijo que en la Feria del Libro de Buenos Aires, había esperado seis horas para lograr acercarse. No sé si lo pudo lograr esa vez en que Galeano fue rodeado como si fuera una rutilante estrella de rock- pero en esta ocasión, sí - estábamos en la primera fila, sentadas a poquitos metros, en una ceremonia cálida y hasta si se quiere íntima- por eso me decía- muy contenta - a cada momento: “nunca lo tuve tan cerca”.
Galeano firmando mi ejemplar de "Los hijos de los días" |
Yo también me animé. Obtuve su firma, y una foto en la que estoy con los pelos alborotados- me saqué el gorro- y boquiabierta como de costumbre. Felicísima-también- porque como dijo la joven-“nunca lo había tenido tan cerca”.
Querido explorador: muchísimas gracias por habernos entregado tu inolvidable universo luminoso.
Alfa querida !!!! Si la envidia fuera tiña.... que ocasión más propicia, evidentemente fue todo en un clima acogedor y nuestro explorador cultural, un sol rodeado de tanto cholulaje, pero ya estará acostumbrado. Pobre. Y, me cuentas que estuvo Viglietti, otro de mis amores uruguayos. Gracias por contarlo tan lindo !!!!!!!
ResponderEliminarLos sueños se cumplen. Pelos alborotados o no, allí estás y ... feliz! Me alegro muchísimo. Abrazo
ResponderEliminarAlfa:te felicito.....Muy acogedor tu espacio!!!!!!!
ResponderEliminar¡Gracias por los comentarios, chicas! La verdad es que "el clima fue muy acogedor"-como dice Laura-. La Sala Julio Castro de la Biblioteca Nacional, se prestó de forma excelente para el homenaje porque es espaciosa-pero no demasiado- porque las "fans"-viejas y jóvenes- llegamos temprano para ubicarnos lo mejor posible, porque el personal de la Biblioteca fue muy hospitalario, incluso tomando nota de cómo nos habíamos enterado del evento para tenernos en cuenta en próximas convocatorias. Realmente como debe ser. Ustedes ya saben lo que es Galeano para todos nosotros-no únicamente para los uruguayos porque es universal- tenerlo tan próximo, a unos pocos metros, fue realmente un enorme privilegio. Poder acercarnos con los libritos y decirle tres pavadas, que nos contestara y nos sonriera, fue de novela. Yo salí de la Biblioteca flotando- y no crean que es metafórico- con mi libro abrazado, llorando de felicidad-. Son momentos inolvidables que quedan para siempre en nuestra memoria.
ResponderEliminarQué bueno!!!!me imagino qué impresionante escuchar a Galeano hablar o leer sus obras es un deleite para el alma!!!!
ResponderEliminar¡Galeano siempre es un deleite para el alma, y más si lo tenemos tan cerquita!
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