lunes, 28 de marzo de 2022

"LA CHIMBA DE LA RADIO"

"LA CHIMBA"CHELITA LINARES

 

A Chelita, la conocí en la farmacia York (Cerro Largo y Minas), del barrio de mi infancia, El Cordón,  que siempre quedó indeleble en mi memoria.

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 Su figura, su encanto, y sus caramelos, poblaban mi imaginación tanto como su personaje La Chimba de  Radio Carve. Todos los días, pasaban un episodio donde ella campeaba con una gracia inigualable. En realidad, el programa se llamaba—según lo que pude averiguar—Doña Nora, Paulina y los chicos— pero para mí siempre fue La Chimba, porque siempre se impuso ella,  con  su don de gentes.  Se decía—jocosamente— que en todas las casas había una Chimba.

Cuando murió mi madre, y perdí su amor, el barrio, la escuela, los juguetes, las clases privadas,  el entorno, y todo lo que significó mi infancia, me llevé conmigo a La Chimba. En la casa paterna, también se seguía.

Hurgando en internet, encontré más datos, y, con el afán de seguir rescatándola del olvido, aquí van algunos, aunque para mí seguirá siendo—siempre—  La Chimba  de la radio.

Su verdadero nombre fue: Roma Margot Ruggiano Fortunatto* ( Hay dos grafías para este apellido: Fortunatto y Fortunallo se debe verificar cuál corresponde). Hija de Margarita Fortunatto Spinelli y Vicente Ruggiano.

Fue la estrella indiscutible de CX16 Radio Carve y de Tienda El Polvorín.

Nació en Montevideo, el 27 de julio de 1923

Su debut en radio fue el 1º de julio de 1943 en la fonoplatea de CX32 Radio Águila (instalada en la casa de Galicia) hoy, Radiomundo. Para los que no saben lo que era una “fonoplatea”, les comento que eran lugares similares a los  teatros, pero, como aún la televisión no tenía la difusión que cobró en las décadas posteriores, las radios— dueñas indiscutidas del éter—, presentaban sus espectáculos. A mi madre le gustaban mucho. Eran los entretenimientos del momento, y me llevaba siempre que sus actividades como partera se lo permitían.

Cuando yo conocí a Chelita, allá por la década de 1950,  en la farmacia York, yo ya sabía que era La Chimba de la radio, y la contemplaba  con una  secreta admiración que nunca le manifesté.  Vaya ahora este recuerdo afectuoso, para la mujer que supo dar alegría en  sus episodios radiales.

 Cuando murió mi madre,  mi padre me vino a buscar y  marché con unos pocos petates para la ciudad de La Paz, Canelones, donde él tenía –instalada en el garaje- una colchonería. En esa casa, había dos radios, una en la cocina diaria, y otra en  un cuartito—al costado de mi dormitorio—. Esa radio, era la que yo utilizaba para escuchar La cinta de oro— popular programa de la radio Centenario que se pasaba varias veces al día, y por supuesto, a La Chimba— mucho más popular que La cinta de oro—

Mi memoria no retuvo todos los avatares del programa, pero sí el hecho de que terminaba siempre con un portazo de La Chimba, que por sí o por no, se enojaba y se iba de esa manera. Tenía un novio: el Tola, había también  otros personajes, pero ella era la dueña indiscutible del episodio.

Bromista, alegre, disparatada, y llena de bemoles, campeaba como dueña indiscutible.

Este mes de marzo, es el mes de la mujer. Me pareció del caso, resucitarla y traerla a colación como una de las mujeres uruguayas que dieron todo de sí, y que hoy en día se las recuerda—a veces—poniendo su nombre a alguna callecita o pasaje olvidado en el nomenclátor de la ciudad.

Allá marché yo a buscar ese pasaje al cual le pusieron su nombre, pero, lamentablemente no lo encontré. Sí encontré a Frida Kahlo, a Enrique Almada y algunos más, pero, no a la incomparable Chelita Linares, que merecería mucho más que el nombre en una callecita o pasaje olvidado donde nadie sabrá ni siquiera quién fue.




Gracias a todas las que de una manera u otra, luchan por el reconocimiento de estas mujeres que marcaron la historia del país. 

 



Farmacia York- Cerro Largo  y Minas-



CHELITA LINARES INFORMACIÓN ENCONTRADA:

 

Info de un blog:

 

http://creauruguay.blogspot.com/2015/04/chelita-linares-una-actriz-humoristica.html

 

Chelita dialoga con Chola Ortiz

https://www.historiadelamusicapopularuruguaya.com/archivos/hmpu1017casino.pdf

 

Fui a buscar la calle especialmente para sacarle una foto a la placa. El lugar es por donde el diablo perdió el poncho (De San Martín para allá); no  encontré el nombre. Lamentablemente. Sí encontré la calle Frida Kahlo, la calle Diego Rivera, la calle Enrique Almada (son más bien pasajes).

 

https://www.gub.uy/junta-departamental-montevideo/comunicacion/comunicados/nomenclator-8

 

“La JDM designó con el nombre de Chelita Linares el Pasaje Peatonal 3, paralelo al sureste de la calle Julián Murguía y al noroeste del pasaje Frida Kahlo. Linares fue una estrella de la radiofonía uruguaya cuya actuación en el número titulado “Doña Nora, Paulina y los chicos”, libretado por Wimpi, donde interpretaba a “La Chimba”, fue la más escuchada en su horario en siete de los diecisiete en que duró la audición. “

 

 

Datos sobre el libretista de La Chimba y otros personajes que fue conocido con el seudónimo de Wimpi.

https://studylib.es/doc/6805570/garca--arthur-n

 

 

 

 

 

 

 

martes, 8 de marzo de 2022

¡ADIÓS, CARNAVAL!


5 de marzo del 2022

 

 

 La farmacia York del barrio

Como ya saben, una de mis aficiones es el carnaval, probablemente, por influencia materna, porque solían hacerme disfraces para los bailes infantiles o el tablado.

— ¿De qué estás disfrazada? Me preguntaban. Y yo contestaba: de “bailarina rusa” o de “bailarina de ballet”, que son los  atuendos que más recuerdo. Curiosamente, otra de mis aficiones—mientras pude— fue bailar.

Bailar me produjo siempre una enormísima  alegría. Puedo decir que el baile me transportaba al éxtasis.  Ni más ni menos.

Cuando era  soltera solía concurrir a los bailes del pueblo, o del pueblo vecino. Nunca “planché”—, porque según mi padre, “era vistosa”—algo así como de “buen ver”—. Y yo, marché con ese juicio paterno el resto de mi vida.  Es decir que por ser “vistosa”,  siempre era invitada a bailar y no paraba hasta que me decían que había que irse—. Ahora, aunque ya no puedo bailar como antes, y  aunque el rock y el twist  se convirtieron en absoluto pasado, a veces,  intento dar algunos pasos de  bolero lento. La verdad, es que después de casada, bailé muy poco. Casi nada. A mi esposo no le gustaba, únicamente lo hizo en la época de conquista, para acercarse a mí, pero después pasó a la historia, con enormísimo pesar de mi parte.  Ahora necesitaría un buen bailarín, `preferentemente joven, —porque de lo contrario, no bailaría—  alto, delgado, sin tatuajes, con buen olor, gusto, y tacto. ¡Casi nada! ¿No?  ¡Por eso bailo sola!

En cuanto al carnaval,—como ya lo dije— a mi madre y a mi tía les gustaba disfrazarme y llevarme a los bailes infantiles de la época. Hace unos años fui al Palacio Peñarol en una visita patrimonial y vi que aún permanecía la “farmacia York” de la esquina de Cerro Largo y Minas. Allí concurría, más de una vez disfrazada,  donde me atendía  “La Chimba”- Chelita Linares- siempre con su estupenda amabilidad.

 

 Hace años, empecé a ir en calidad de abonada, al teatro de verano Ramón Collazo — como todas las actividades culturales populares—tuvo un importante receso de dos años debido a la pandemia. Cuando se empezó con el concurso, se nos exigió certificado de vacunación contra el virus. El tapabocas, que era un elemento que únicamente veíamos usar a los chinos, se convirtió en parte del atuendo diario. Hay quienes—incluso— lo combinan con lo que llevan puesto.

Por otra parte,  se sumó el mal estado del clima, que nos tuvo a mal traer con las suspensiones.

Ya comenzó la liguilla—la selección de los que el jurado consideró los mejores—.

 No me agradó en absoluto que me dejaran afuera a los honguitos que tenían un espectáculo tan digno como otros. En el resto, más o menos,  coincidí.

De todos modos, hubo tres elementos que me molestaron muchísimo:

1) El sonido ensordecedor, excesivo, duro, altísimo, a tal punto,  que muchas veces impide entender la letra.

2) Además, a cada rato, arrojan  papeles. No son los papelitos antiguos, sino unos papeles más grandes que tiran con una especie de “bomba”, causando muchísima mugre, y  mucho desconcierto, — no se sabe ni la procedencia ni el motivo de tanto papeleada al santo pedo —.

3)Por último: las letras de casi todos los conjuntos se poblaron de palabrotas —además— noté varios “ hubieron” y “primer comparsa”. Tanto en las letras de algunos conjuntos como en los comentarios de los comunicadores. Una enormísima pena.


¿Tiro un pronóstico?

Primer premio murga:

La clave / la Cayetana/   la Gran Muñeca, o la Trasnochada. (Y en ese orden).

 

Primer premio comparsa:

Yambo Kenia o C1080

 

Primer premio humoristas:

No sé. No me hicieron reír mucho.

 

Primer premio revistas:

Tampoco sé.

Esperemos con fe los resultados, mientras tanto, sigamos puteando por el sonido desmedido—yo llevo tapones—el papeleo al santo botón, el vocabulario soez y  la falta de sintaxis adecuada. No queda otra.

¡Adiós, carnaval!

 

 

 

 


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