domingo, 18 de marzo de 2018

LA CHURRASQUITA Y AINDA MÁIS

"La churrasquita"- imagen tomada de Internet- 

Fue uno de los primeros electrodomésticos que llegó a mi casa de recién casada, obsequio de las tías Stanley. No teníamos muchas cosas porque en la época que me casé aún no se había desatado el consumismo feroz de la actualidad, unos pocos enseres bastaban para montar el nuevo hogar y después se iría “complementando” paulatinamente-como se acostumbraba- con otros objetos de uso. Jamás se me ocurrió tener una juguera, o una cafetera. El café se preparaba “a la antigua” con una pequeña cafetera que se dejaba “decantar” y después se colaba y se embotellaba.  El  jugo de naranja se sacaba con un exprimidor manual de vidrio. Bien antiguo, porque era herencia de mi tía madrina que había separado cuidadosamente varias cosas para regalármelas. Ella ya había cumplido muchísimos años de casada y  tenía infinidad de cosas-incluso algunas repetidas- que venían a parar a mi despoblado apartamentito  de la calle Petain.
Por lo tanto, la churrasquita, nueva y preciosa, regalo de las tías, pasó a tener un lugar de privilegio en la minicocina del “dedalito”- nuestro primer minúsculo hogar-. No  servía únicamente  para hacer churrascos, también supimos degustar unos deliciosos chinchulines, chorizos y morcillas. Una ensalada rusa o mixta eran de rigor para complementar las delicias doradas.
Ella  y una cocinilla  Manzanares constituyeron los preciados tesoros de mis primeros años de ama de casa.
Parecida a mi cocinilla Manzanares- imagen tomada de Internet- 

 La cocinilla Manzanares fue mi instrumento número uno en la cocina. La compramos en el Manzanares del barrio, y la empezamos a usar de inmediato.  Le cerraba el pase con cuidado, la mandaba “reciclar” cada tanto, y, después tuve otra garrafa de recambio. Cuando se estaba por terminar la que estaba en uso,  la cambiaba por la que estaba cargada. Supongo, ahora que lo pienso, que probablemente era una bomba de tiempo, pero felizmente, nunca tuve ningún accidente doméstico.
La churrasquita duró muchísimos años. Después  vino un aumento enorme en el precio de la electricidad, y fue dejando de usarse porque salía tan caro prenderla como comprar los ingredientes para cargarla. Ahora tengo un asador más moderno, más grande, pero igualmente caro en cuanto al consumo, por lo tanto, tampoco lo uso mucho. Más bien prefiero la plancha para hacer churrascos,-antigua, de “la venta del peso”- (mi padre la había adquirido en un remate viejo que vendía de todo por “un peso”). Ahora, debido a la carestía, un pedazo de asado a la parrilla se convirtió en un increíble manjar. 
La antigua planchita- aún vigente- de la "venta del peso" 

La  increíblemente vieja planchita de hierro me alcanza y me sobra. Es especial para churrasquitos, tostadas, y sándwiches calientes. Quedan espectaculares.
Otro preciado electrodoméstico, llegó un día de Reyes, de sorpresa. – Mi  esposo sabía que me gustaban los regalos que no estuvieran previamente anunciados-  fue una “walita”-

Bastante parecida a mi antigua "Walita"- Imagen tomada de Internet- 

 La llamábamos por la marca- y era una batidora, licuadora, procesadora eléctrica- con forma de “varilla”-  novedad del siglo pasado y muy popular después en las cocinas.
La cocina eléctrica, -con horno ídem- fue otra sorpresa de mi esposo. Una tarde, al llegar  de trabajar, mi vecina me mostró una hermosa cocina Ferrosmalt que me estaba esperando en su casa. También duró añares- como era habitual- pero después no hubo ningún técnico que le pudiera hacer andar el horno y entonces, la cambiamos por otra “combinada”. Sin embargo, esa Ferrosmalt, hizo historia en mi cocina lo mismo que la cocinilla Manzanares, o  la churrasquita.

Ahora, los jóvenes compran-o piden de “regalos colectivos”- objetos desconocidos inverosímiles, que a mí ni siquiera se me hubieran ocurrido. Son cambios  que se fueron dando paulatinamente sin que me diera cuenta.
Vaya entonces, mi melancólico recuerdo para mi humilde cocinita de los primeros tiempos,  con  muy pocos enseres, donde  una  cocinilla Manzanares, una “walita”,  una churrasquita y una planchita  eran las reinas indiscutibles.


viernes, 2 de marzo de 2018

¡ ADIÓS, CARNAVAL!

Alfa y el Cyrano- profesor de teatro- Pablo Bonilla 

Ayer,  1º de marzo de 2018 terminó el concurso de carnaval  del Teatro de Verano. Las actuaciones de los conjuntos y sus exposiciones, constituyen mis vacaciones veraniegas. No voy a Punta del Este ni a mi balneario más querido-que no es Punta del Este- por nada del mundo. Mi playa es  mi ciudad, Montevideo, y una extraña tranquilidad que queda después de las festicholas donde todo el mundo gasta y consume más de lo que tiene y precisa.
Hubo muchas discrepancias en el público asistente sobre el  primer premio otorgado  a la murga  “Los Saltimbanquis”-  recién regresada este año, después de veinte años de ausencia-  Sin embargo, “Radio Pasillo”- o más bien expresado: “Radio Pedregullo” la  daban como ganadora. Anoche, le regalé el otro abono a una señora que esperaba desde temprano la apertura del teatro y tenía una entrada en la platea alta- único lugar que había podido conseguir- era pariente de un componente y “sabía”- de buena fuente, - que la ganadora era esa murga y no otra.
A mí me entretuvo, aunque no  me pareció descollante, y este mismo concepto lo tuvieron otros  asistentes, que, como yo, carnavalean todos los años desde hace tiempo. No somos “iluminados”, pero, tenemos buen oído, y, juicio para apreciar lo que sí y lo que no.
Además,   también contamos  en nuestro  haber con unos cuantos títulos. (En mi caso, me sirvieron para trabajar; uno de ellos me acredita como profesora de español  otro, de  literatura, otro, -una maestría-, lo mismo para extranjeros. Por eso, me muero de muerte bien muerta cuando escucho “las letras”-o a algunos comentaristas de carnaval- con  sus errores garrafales.)
Hubo-también- mucha gente desconforme con el primer premio otorgado a “Zingaros”, -el conjunto de parodistas de Ariel “Pinocho” Sosa- Yo pensé- después de haberlos visto en las tres ruedas- que  cualquiera  podía haberse llevado el primer premio. Más bien “los desconformes” están enconados contra “Pinocho”-que tiene fama de peleador y no es querido por los “contras”-. (Esto también lo sé por “Radio Pedregullo”, pero yo no lo conozco personalmente.) El espectáculo fue fascinante. Y su actuación como Kanela me encantó.
Bien merecidos los otros premios: Yambo Kenia, revista Tabú, y Humoristas Cyranos.
Este último conjunto de humoristas montó un espectáculo sensacional desde todo punto de vista: textos, escenografía, actuación, voces, vestuario, no hubo ningún descuido, e incluso, ayer, en la última actuación, Jimena Márquez, agregó unas mechas que hizo estallar de risas a todo el teatro. El texto impecable, pleno  de bueno humor y con muchas ocurrencias.  Obtuvieron el primer premio, además, el primer premio al mejor espectáculo de carnaval, y el primer premio a la figura del carnaval que fue la otra Jimena (Vázquez), cuya actuación y alusiones a “todo lo que había aprendido en la escuela de carnaval”, fueron hilarantes.
En cuanto a la puesta en escena: estaban caracterizados como los antiguos actores que recorrían las villas con sus espectáculos ambulantes; pusieron  en escena, los carros, con todos los enseres a cuestas, y como los vi las tres veces, pude apreciar en esta última el detallismo que llevaban a cuestas. Fue también una belleza el vestuario y el  maquillaje. ¡ Todo perfecto!
Fue el espectáculo  más completo, más humorístico, más detallista, más elaborado de todo el carnaval. Tuve el placer de sacarme fotos con dos de sus componentes: Pablo Bonilla, y Florencia Infante. ¡Gracias!  ¡Felicitaciones a toda la preciosa barra!
Y ahora sí, melancólicamente debo decir-con tono de murga vieja-:
” Adiós carnaval”.


Con la Cyrana Florencia Infante 

  “VIEJO BARRIO QUE TE VAS ”   Desde que vivo en Punta Carretas, el barrio se fue transformando en forma lamentable. Hay construccione...