jueves, 10 de enero de 2019

SUPERCHERÍAS

Túmulo en el "Valle del hilo de la vida" ¿tumba indígena o monumento religioso?

La foto que ilustra esta nota es del “Valle del hilo la vida”. Una zona en Minas, donde se encuentran estos montículos. La mayoría asegura que fueron erigidos por los indígenas y que tenían sentido religioso; otros van más allá en las teorías y afirman que pueden haber sido tumbas de cementerios de indios. Sin embargo, el señor que nos recibió nos dijo que nunca se encontraron cadáveres, únicamente esas extrañas formaciones de piedra que quedaron como testimonios de algo que aún no se sabe a ciencia cierta que es. Como el tema se relaciona con las supercherías me pareció una foto por demás alusiva a una realidad que dista mucho de ser lo que parece, porque no se sabe realmente su objetivo, ni por qué fueron erigidos. Ahí están. Silenciosos, en un paisaje de ensueño en medio de las serranías.
Hace un tiempo me contactó por Facebook, una persona que decía conocerme y que no sabía español. Iniciamos un chateo en inglés- no me vino mal porque el mío se estaba anquilosando por falta de uso-. Sin embargo, en ningún momento pude entender de dónde me conocía. No me pareció raro, porque al haber trabajado tantos años en un colegio internacional donde muchos docentes  son  contratados por un período de tiempo, podía haber sido alguno de ellos. Recuerdo a muchos de los contratados, pero, estimo que hubo algunos que trabajaron pocos meses y se me podían haber perdido en los recovecos de la memoria.
 Se presentó como un viudo de sesenta años,  que había estado profundamente enamorado de su esposa, religioso, y de profesión ingeniero-trabajaba independiente. En  Facebook había puesto una foto de un gordito con cara simpática. En el  chateo,    me comentaba de cantantes, seleccionaba y me mandaba canciones de su gusto. De libros comentábamos poco, porque manifestó que le gustaba mucho leer pero no tenía tiempo.  Su trabajo lo absorbía día y noche. Estaba a punto de firmar un contrato muy productivo que lo iba a parar para el resto de la vida. Un día se me ocurrió hacer un rastreo por Google para ver a qué universidad había concurrido, si había trabajado para alguna empresa, - porque según él, era independiente hacía algunos años-y dónde estaba radicado. No encontré ningún dato. Encontré personas   con el mismo nombre, pero las fotos no coincidían. Lo extraño era que no tenía skype, ni ninguna forma de chatear “en vivo y en directo”- es decir que nunca lo vi en persona.
Las conversaciones eran normales. Lo único extraño era esa comunicación a ciegas, como los amigos de antes que no tenían otras posibilidades de contacto.
La amistad nos llevó a charlar por teléfono dos o tres veces por semana. Insistió en ese contrato a punto de firmar que iba a ser tan productivo para él.
Al tiempo, se destapó el tarro. Me pidió 5.000 dólares para  pagar los gastos de los abogados. Me los devolvería a la brevedad. Etc. Etc. Etc. Obviamente que le dije que no; que recurriera  a un préstamo bancario, y que realizara todas las gestiones necesarias para obtenerlo a la brevedad. Nunca más me llamó ni me requirió más nada. Después, en los comentarios de algunas redes sociales, me enteré de que hay una cantidad de -scammers- así se  llaman en inglés- es decir estafadores que se dedican a maniobras fraudulentas para obtener dinero de viejas – y no tan viejas- incautas.
Un factor importante que tienen en cuenta para contactar es la soledad de sus víctimas: casi todas son personas de edad, que viven o están solas, que tienen un pasar, y que supuestamente querrían compañía. Eso es lo que ofrecen y las caídas se dan sin remedio. Vi varias que daban pena. Una, incluso, había estado relacionada con un estafador durante más de tres años.
Empiezan así como éste. Detectan un perfil que les interesa, se ponen en contacto con alguna mentira, adoptan un perfil falso, se hacen pasar por alguien que no corresponde-incluso pueden adoptar la identidad de un famoso-(No se preocupen; éste no era Keanu Reeves-.) y luego, de una u otra manera piden dinero para sufragar algún gasto. En este caso, era para “pagar a los abogados” pero las mentiras pueden ser de todo tipo y tenor: para una hija que está enferma, para pagar medicamentos, en fin. Múltiples y soberanas mentiras. El ingenio es descomunal.

Usan – por ejemplo- perfiles de soldados- Todos están en misiones peligrosas, en Afganistán- por lo menos- y las incautas caen como chorlitos.
Hoy verifiqué alguno de esos perfiles, e indagué cómo detectarlos. No es fácil, porque “hecha la ley, hecha la trampa”, pero algunos tutoriales me convencieron.
La fuente de recursos está en youtube. Google también los tiene. En fin. “Más vale prevenir, que curar”.



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