Pinchen el enlace para escuchar la canción. Vale la pena.
A veces, sin ninguna lógica, me despierto con el sonido de
una canción en mi mente. Y, también, arbitrariamente, la tarareo. No siempre me
acuerdo del nombre, pero las telarañas de la memoria, que tienen cauces
insospechados, de pronto, me traen algún
recuerdo, alguna circunstancia, algún hecho que se asocia con la melodía y ¡zas!
aparece nítida en el pasado que la albergó, y, que ahora, vuelve
caprichosamente al presente.
No siempre se asocian con la
felicidad. Sí, en cambio, con una
especie de melancolía por lo que no fue (pero que pudo haber sido). También me
pasa con algún poema (muy pocos, porque no soy muy afecta a la poesía), -que sentí- que podría haber escrito yo. Por
ejemplo, el de Idea Vilariño que se llama “Ya no”. Es un
poema para sentir más que para analizar anáforas, encabalgamientos y demás
tristezas. Suena en lo profundo de cualquiera que haya tenido que tolerar que
el adorado conviva con otro ser sin ofrecerle
ninguna oportunidad para compartir esencialidades:”no viviremos juntos/ “no
criaré a tu hijo/ no coseré tu ropa”. ¡Qué sensación de impotencia! ¡Qué
despojo de la palabra! Siempre me dejó un enormísimo vacío. Nunca quise analizarlo en clase. Llevé otros poemas
de Idea, otros poemas de Benedetti, pero nunca “Ya no”.
En el plano musical me pasa
algo similar con algunas canciones. No necesariamente son nuevas, tampoco son
entonadas por cantantes actuales; pero se enredan y asocian en mi memoria con
obstinación. Probablemente con la misma idea, con el mismo irritante
concepto. ¿Habrá un mañana? Esta canción
de Mina, por ejemplo: “E se domani”.
Esta pandemia irracional
que se nos desató nos confinó a muchos despóticamente. Sobre todo, a los
veteranos, que no podemos-ni debemos- exponernos a los peligros del contagio.
Algunos comprenden. Otros no. Se ve mucha gente-pese a las recomendaciones- en las playas y en los parques tomando mate
sin ningún tipo de consideración por los otros.
Para una población que no ha
comprendido aún la gravedad de la situación esta pandemia-tomada a la ligera- significa tiempo para la diversión. Muy
alejada de la realidad siniestra que se
nos vino encima y nos aplastó irremediablemente. No nos dejó ni el aire para
respirar, porque la enfermedad sofoca y liquida.
Quizás por eso, el título y
parte de la letra de la canción de Mina se me colgó irremediablemente junto con
sus ojos delineados, su anillo colgante (que
tanto admiré) y su vestido negro. “E se
domani”.
¿ qué mañana? Así, sin más:
“Habré perdido el mundo entero, no solo a ti”.
Patético. ¿No?
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