sábado, 22 de agosto de 2020

A PROPÓSITO DE TODO. WOODY ALLEN: AMORES Y DESAMORES

Con Louise Lasser- la segunda, recordada en forma amable-
( Foto tomada de Internet)



¡Amores! Los tuvo en abundancia, desde muy joven. se enamoró de mujeres atractivas, y las describe con su clásico sentido del humor.

En la traducción que leí, una de ellas tenía una voz “congestionada”. —No  me suena ese vocablo en español—, tendría que leer la versión en inglés para ver de qué se trata. Me  inclino por señalar que tiene timbre nasal— (la escuché en una entrevista y me pareció una voz ronca, y con tendencia a la gracia).

Creo, sin temor a equivocarme, que, a su manera, — muy particular, por cierto—, las quiso a todas durante un lapso de tiempo, quizás a unas más que a otras, pero las quiso,  es más las quiere también ahora, las trata y las recuerda con afecto y admiración (que es una de las tantas formas que adopta el amor a través del tiempo), por lo menos eso se desprende de sus palabras.

La convivencia diaria no fue fácil ni para él ni para sus parejas. Desde su primer matrimonio con una compañera de estudios, de diecisiete años (él no tenía muchos más); con quien discutía todo,  hasta la última Soon-Yi, —“la mejor”— con quien se casó, y, con la que convive desde hace veintidós años.

 

La primera: Harlene Rosen

Se casaron muy jóvenes: diecisiete y veinte años. No tenían práctica de convivencia. Una falla muy común. Nos parece, al principio, que “contigo pan y cebolla”, pero no es así. Las desavenencias se dan en todos los órdenes y no hay manera de remediarlo. Se paga un alto precio.

Estas son las palabras de Woody para plantear los conflictos que tenían:

“Me alegraba mucho cuando ella no estaba porque no había absolutamente ninguna cosa en la que nos pudiéramos poner de acuerdo, ninguno de los dos era capaz de ceder en nada, y batallábamos como asesinos profesionales en la Guerra de los Castellammarese. (Página 107).

Sabemos que la convivencia puede ser nefasta.

Simples cuestiones como: ¿Qué vas a hacer tú? ¿Lavarás tu ropa? ¿Y los platos? ¿Quién cocinará? ¿Quién hará los mandados? ¿Alcanzarán los ingresos para ir  al cine o al teatro los fines de semana? ¿Podremos costearnos vacaciones? ¿Dónde?  ¿Quién llevará y pagará las cuentas? ¿Quién calculará si los ingresos son suficientes o si hay que conseguir alguna changuita para redondear un presupuesto estrecho? En el diario vivir hay que aprender a negociar, a vivir con poco,  a establecer límites, a colaborar de la mejor manera posible.

Excesiva juventud y una gran inexperiencia hicieron que ese amor juvenil desapareciera.

La segunda: Louise Lasser: “La chica de la cita doble

Conocida, como muy bien describe, en una cita doble. Fue un amor conseguido cuando estaba todavía casado con “su carcelera”.

Louise Lasser era hermosa, frenéticamente sexual, extravagante, y —por  supuesto— chiflada. Siempre le gustaron así. Hubo, nuevamente, una serie de inconvenientes para vivir: hacía dieta, o se atiborraba de comida; frecuentaba otros hombres, se despertaba a la noche hiperventilando desastrosamente; salían a buscar el auxilio de un médico, regresaban y no tenían la llave. En fin. Locura completa. Del todo. El atractivo físico, le impidió ver a la mujer verdadera. Probablemente por ese frenesí sexual, la recuerda así:

“Era Louise Lasser; para pronunciar las eles de su nombre tenía que emplear la lengua, lo que era inmediatamente sexual. Las eses tampoco las pronunciaba mal.”

En cuanto al frenesí sexual, ese que deja boqueando al más valiente,  no creo que haya otra frase mejor para describirla que la que anotó Allen:

(Ella) “(…) que quiere lo que quiere, cuando lo quiere”.

La convivencia no fue para nada pacífica y terminaron apartados; sin embargo, él guarda un recuerdo, no sé si cariñoso, pero al menos, no se le nota rencor de ningún tipo. Aceptó que la vida—y las mujeres que pasaron por su existencia—fueron así.

Pese a las críticas negativas que hubo sobre esta autobiografía, creo que trató a sus mujeres  con ecuanimidad. Tuvieron sus momentos felices, y muchos de terribles peleas que impidieron la convivencia amable, pero cada una dejó una estela de memorias.

 


 

  “VIEJO BARRIO QUE TE VAS ”   Desde que vivo en Punta Carretas, el barrio se fue transformando en forma lamentable. Hay construccione...