Indudablemente estas dos mujeres están relacionadas por una corriente de increíble odio y rencor.
Soon Ye Previn—como todos
saben— es hija adoptiva de Mia Farrow y su antiguo esposo André Previn.
Nos puede parecer bastante
raro que Mia Farrow adoptara niños huérfanos o abandonados, pero, en la cultura
norteamericana es un hecho bastante común.
Mia Farrow sostuvo una
relación amorosa con Woody Allen, sin embargo, nunca vivieron juntos. Cada uno,
tenía su propio apartamento a cada lado del Central Park de New York. Así
aparece documentado en el libro autobiográfico.
Los infantes adoptados (de
ambos sexos), con sus diferentes maridos, eran de diferentes orígenes, y Mia los buscaba
encarnizadamente. Su marido André Previn, adoptó junto con ella, y después ella
siguió procesos de adopción por sí sola o con sus otras relaciones.
El conflicto entre ambas
mujeres, tuvo lugar a raíz del encuentro de fotos de Soon-Ye, en la década del
90, desnuda y en posiciones eróticas. Fueron encontradas por
Mia Farrow en una visita que hizo al departamento de Woody.
¿Las dejó a propósito? ¿Fue
un descuido inadmisible? No queda totalmente claro, porque Woody—para no perder
la costumbre-emplea ironía y sarcasmo cuando lo cuenta.
¿Pecó o pecaron? Sí. Al
parecer la relación con Mía—aunque esporádica y distante— estaba vigente. Y no
confesó su relación con Soon-Ye. Ese fue su gravísimo error. Sin embargo, pasó
mucha agua abajo del puente, la relación con Soon- Ye se estabilizó, se casó
con ella y hace más de veinte años que conviven con dos chicas que adoptaron.
A partir de ahí se desataron
unos litigios soberbios por la tenencia de los niños y por la acusación de Mía.
Una de las niñas adoptadas
por Mía, declaró que Woody la atacó sexualmente cuando tenía siete años. No fue
declarado culpable, pero nunca pudo sacarse el pie del lazo.
En su autobiografía se
declara inocente y víctima de un complot. De Mía no dice nada que sea novedoso.
Elogia su belleza y alguna rareza—que no llama demasiado la atención, puesto
que todas sus parejas las tuvieron— Sin embargo, en Mía hubo algunas alarmas
que no fueron tenidas en cuenta, sobre la crianza de los hijos, sobre sus propios familiares, problemas que debieron
ser atendidos y a los cuales no se les prestó ninguna atención.
Lo cierto es que cuando la
maquinaria de los hechos empezó a caminar, no fue fácil dar marcha atrás.
Pasaron los años, la niña que se declaró abusada, creció, se casó, tuvo hijos y
siguió afirmando lo mismo. Los otros hijos, algunos acusan, otros defienden.
Leí atentamente la declaración de Moses Farrow—uno de los adoptivos— que fue
uno de los defensores de Woody. Pero aún así, nada ni nadie ha salvado a Woody de las
críticas. Incluso, ha sido descalificado por gente que actuó en sus últimos filmes. Pero
él sigue en sus trece: envejeció, siguió filmando y produciendo.
Se declara enamorado de Soon-Ye, que es una
mujer extraordinaria para convivir, que tiene carácter, firmeza, inteligencia, que no es para nada la nena sosa que muchos
creyeron que era, y que conduce el hogar con mano maestra.
Yo sé que no es ningún
santo; pero me cuesta mucho creer que sea un monstruo violador. La teoría más
plausible es que Mía haya elaborado una muy cruel manera de vengarse. El resto
lo dirá el tiempo. O no.
Yo lo sigo admirando como
realizador de filmes estupendos, que me mantienen atornillada al asiento. Hay muy pocos realizadores
actuales que me produzcan esa sensación de deleite que me provocan sus extraños
filmes.