“Arriesgarse
es perder el equilibrio momentáneamente, no arriesgarse es perderse a uno
mismo.”
Soreng
Kierkegaard
Esta serie danesa,
me atrapó a los pocos episodios porque trata de temas que tienen que ver con
una realidad que no siempre se interpreta como se debe.
Por una parte, tenemos a una de las protagonistas que lucha por ser política pero, a su vez, tiene un hogar, un
marido e hijos que atender. Es la clásica división del poder entre el trabajo y
la casa.
Todo se resiente cuando se
milita porque nunca se logran conciliar totalmente dos ámbitos comprometidos y,
en el caso de la mujer, que ha llegado tarde a los centros de poder, las
diferencias son notorias.
Esta protagonista lucha en
un ámbito indudablemente masculino; donde el mando lo ejercen—con su estilo—
los machos. También los machos compiten por el poder. No siempre de manera
transparente. El que manda, dirige y
decide. La mujer tiene un arma poderosa en el sexo. No es irreal. En la vida
real también suele ocurrir. Algunas lo
esgrimen para llegar a lo que aspiran.
Un aspecto muy difícil es el
maternal ¿cómo hay que desdoblarse para atender a un hijo con dificultades? ¿Dónde
se lo interna? ¿Ámbito público o
privado? ¿Cómo le cobran sus rivales
políticos los deslices en aspectos no laborables? Los periodistas los siguen
hasta debajo de las camas; leen los papeles que sacan de la basura (para ver si
hay algo comprometedor), y no hay ninguna franja que no se revise minuciosamente para
buscar alguna zona oscura —que siempre se puede encontrar o inventar— para
sacarla a la luz y perjudicar a más no poder.
Al mismo tiempo, los
aspectos políticos se proyectan en un mundo bastante caótico. A Birgitte se le complica la vida desde que trabaja para la postulación. El marido se
queda para ayudar en las tareas hogareñas, pero al poco tiempo se pudre. No es
lo de él. Están los aspectos de las realizaciones personales que no se cumplen
en un hogar. La infidelidad aparece. No es el único caso. Los otros, también
delinquen.
Uno de los temas que me
llamó la atención es el tratamiento de la prostitución. Por un lado, hay una
tendencia a aceptar que es uno de los oficios más viejos del mundo, pero hay
otros sectores de la sociedad que condenan esa vieja ocupación. Hay preguntas
urticantes sobre si se usó (o no) el “servicio” de alguna prostituta. Uno
declara que sí. Lo expresa naturalmente
como un “servicio social”. Y arde Troya.
Otro aspecto que me resultó
interesante es el uso de epígrafes que van abriéndonos a la temática que tratará
tal o cual episodio. Fueron inteligentemente elegidos y dan para pensar mucho,
como el del filósofo danés—padre del existencialismo— que puse al principio del
texto. Lo estudié hace siglos y sigue provocándome angustia cada vez que lo
leo: Soreng Kierkegaard. Sus dichos son irrevocables. Es cierto que si uno no
se arriesga la vida lo lleva por delante y se pierde a sí mismo, pero también
es cierto que al arriesgarse se corre el peligro de precipitarse al vacío. No
hay ser humano que en alguna circunstancia de la vida no haya pasado por una
situación límite y haya tenido que decidir que sí o sí. Con el consabido riesgo
de perder todo en un segundo.
¿Qué pasa en una pareja
cuando ella quiere tener hijos y él no o viceversa? Indudablemente hay que
negociar/ conciliar. Se trata de la felicidad de los dos, y es una decisión
sumamente difícil. Queda en juego la vida de un niño que llega al mundo con
inocencia; y también la de los padres que decidieron enfrentarse a un destino
siempre desconocido.
Otro epígrafe sugerente:
“Puedes
engañar a todos un tiempo y a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a
todos todo el tiempo”. Abraham Lincoln
La política danesa es diferente a la nuestra, pero los tejes y
manejes son similares. “Hay de todo en la viña del Señor”. Se buscan y
concretan alianzas inverosímiles, se hace futurología, se especula, se
desacredita a los rivales, se socavan las existencias, se sacan todos los
trapitos al sol. Incluso los que son más privados, como el homosexualismo
encubierto de alguno. No queda nada tapado. Y hay que salir a dar batalla con
las armas que se tengan en el momento.
Esta serie danesa da para mucho más pero en un
blog los textos no deben ser kilométricos porque nadie los lee. Lo cierto es
que hay que verla; vale la pena.