En una Galería de Búsqueda, leí hace unos días una nota De Hugo Burel que se titulaba: “Gente atravesada”; como el título lo hace suponer, Burel reflexionó en su nota sobre la falta de respeto. Esta carencia de delicadeza para con el otro se pone de manifiesto en esos empellones que nos llevamos cuando procuramos circular en un Supermercado atestado de personas y de diversas mercaderías colocadas pura y exclusivamente para estorbar el paso. Y en un ómnibus: “Una persona que lleva mochila es una variante humana de un dromedario”- dice Burel con razón-, y más adelante amplía: “Pero la gente atravesada no es solo la que embiste o pecha”.
Estoy de acuerdo con Burel.
Creo que hemos perdido por completo las nociones de respeto básico que se impartían en la casa cuando nos enseñaban a saludar al vecino de al lado, o al de enfrente, dejar el paso a una persona mayor o el asiento a una señora embarazada. La escuela también contribuía a enseñar “reglas de urbanidad”. En los primeros años escolares nos enseñaban a entrar a clase formando fila por grupo, marcando el paso y “guardando distancia”- esto era colocar el brazo extendido y mantener esa distancia de la compañera que nos precedía-. Estos antiguos lineamientos conductuales nos permitían llegar al salón en forma organizada. En mi escuela “Niño Jesús de Praga” de monjas muy estrictas, era primordial la práctica de los buenos modales. Sé que para los tiempos que corren esta conducta se consideraría una exageración; ¡pero nos hemos ido al otro extremo!
Indudablemente que uno de los peores especímenes es el que Burel califica de “atravesado mental”;- ese tipo que tranca todo y no nos deja avanzar de ninguna manera por más que insistamos en nuestro esfuerzo-. Ya traté un tema similar en otro blog con el título de “Tramiteando”. Esa vez narré y describí en forma sarcástica las vueltas y más vueltas que tuve que dar para hacer un giro en euros al Instituto Cervantes.
Pero hay otros flagrantes casos de falta de respeto para el usuario que paga servicios de todo tipo. Voy a contar únicamente uno con la seguridad de que también les ha pasado.
Hoy, tuve dificultades con la conexión a Internet. Pago ADSL de 24 horas, -por razones laborales- desde el año 2003. Me imagino que alguna vez tuvieron que hacer un “reclamo de servicio” ¿No? ¿Qué es lo que tenemos actualmente en esta era tecnológica? Una cantidad de mensajes automáticos que nos van “monitoreando” para-supuestamente- “mejorar” la calidad del servicio.
Comencé a hacer el reclamo a las 14 horas del día viernes 17 de junio de 2011. Como me pareció que iba para largo, me senté al lado del teléfono para pasar por todos los contestadores automáticos habidos y por haber, sometida –además- a una musiquita jodona, horrendo simulacro de “A mi manera”-probablemente “a la manera de Antel”-, hasta que logré comunicarme con alguien, y no con mensajes grabados como el que oí infinidad de veces: “Los operadores están ocupados. Su llamada es la número 5. Por favor espere en línea. Será atendido a la brevedad. A fin de mejorar nuestro servicio esta comunicación puede ser monitoreada”. Cuando me atendió otro ser humano miré el reloj: eran las 14.45. ¡Apenas demoré tres cuartos de hora para ser atendida por una persona de verdad! Le expliqué que había revisado todas las conexiones, había “reseteado” la máquina-con “s” porque es un anglicismo de “to reset”- y que esporádicamente aparecía un cartel que me anunciaba: “conexión de área local: el cable de red está desconectado” con lo cual lo que estaba haciendo en Internet desaparecía totalmente. ¿Qué me dijo el otro ser humano que me atendió?:- ¡No me corte! ¡Después de toda la espera: “no me corte”! ¡No! ¡No corté! ¡Volví a soportar el jodón “A mi manera ” hasta que me tomó el número del celular-¡Tuve que comprarme uno! ¡No tuve más remedio! ¿Qué estoy haciendo ahora? ¡Estoy atada al celular, esperando la llamada del técnico! ¿Ta? ¿Me llamó el técnico? ¡Sí! Me llamó a las diez de la noche y me dio explicaciones de todo tipo que lógicamente no entendí.
El desperfecto lo solucionó un técnico particular que accedió a socorrerme en un día sábado.
Antel me envía por celular- frecuentemente- mensajes como este:
“Participa por entradas al preestreno de CARS 2 en la Sala 3D Antel de Cines Hoyts este 21/6. Encontra (sic) Antel de todos en Facebook y registrate en la promo! (sic)…”
Una invitación/invasión que no me interesa en absoluto. Yo preferiría que Antel –y todos los otros organismos públicos-hicieran lo que tienen que hacer, es decir, dar con respeto y dedicación el servicio que el usuario merece porque lo paga bien de bien.
Estoy haciendo la prueba de entradas de comentarios.
ResponderEliminarQuerida Alfa, debido a ti me recordé del aoristo. El tiempo verbal usado por el tipo ese quien salió corriendo desnudo pos las calles de Siracusa gritando che había encontrado no se sabe bien qué. Una comadre desacralizó el evento, diciendo que era un tipo agarrado in flagranti por un marido celoso.
ResponderEliminarNo es nuestro caso, pero me recordaste todo eso jajaja . A pesar de que eres maestra en el arte de la mimetización, conseguí el rinconcito para decirte que comparto plenamente lo que afirmas. Y noto que apenitas logras frenar instintos homicidas . Considérame tu fiel servidor y ayudante para afilar el alfanje guillotinante. Aldo
estoy probando para probar si la prueba es probatoria de proba aplicacion
ResponderEliminarAldino:
ResponderEliminarFinalmente este par de bellotos-tú yo, porque yo tampoco me cocino en el primer hervor- logramos publicar estos comentarios. ¡No es poca cosa en estos tiempos tecnológicos!
Gracias por tus palabras. Ya tengo algunos otros borradores en proceso. Necesitan tiempo para "decantar". Pero ya saldrán.
Primero,debo ver comno hacer para cambiar ese ANONIMO en mi NOMBRE Y APELLIDO.
ResponderEliminarSegundo: Te digo que ya tengo programados 3 POST. Van a salir:
--a) el 25/7 relata la escapada de mi abuela del castillo donde vivia, para unirse ( sic) con mi futuiro abuelo, descendiente del Bandido.
--b) el 6/8 relata cuando ya casados los dos, en Roma,etcetera etcetera.
--C) el 15/8 relata episodios de la vida failiar, cuendo mi abuelo cortaba el pan como un patriarca.
Pero creo que con eso ya termina la trilogia familiar de los Berardi,mi apellido materno.
Ciao bella, statti bene !