El pajarraco Joancito en acción
El 27 de marzo de noche, en el estadio Charrúa, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina presentaron su show “Dos pájaros contraatacan”. Y lo hicieron contra viento y marea. Los que me leen ya saben que yo no salgo a pasear sin contratiempos. Fui con mi familia, me vinieron a buscar a casa con el auto recién arreglado. Pero… ¡Oh, sorpresa! en la rambla entró a recalentarse-al mismo tiempo que su conductor- y, en la calle Concepción del Uruguay, hubo que hacer una parada de emergencia. Íbamos bien, pero ese inconveniente nos retrasó. Al mismo tiempo, para colmo de males, cayó un chaparrón desalentador. Después de otra obligatoria parada más, ya cerca del estadio, finalmente llegamos. Hubo que buscar la puerta y localizar los lugares. Nada fácil. Finalmente nos asignaron unos –que no eran los que teníamos, porque de VIP no tenían nada- pero desde allí cantamos, aplaudimos, bailamos y nos reímos de los dos desfachatados que estaban totalmente a sus anchas junto a su público. Saqué unas fotos malas, pero ahí las tienen como prueba. El show comenzó con la intervención de dos pajarracos propiamente dichos, que aparecen al principio en la pantalla, -muy parecidos a Tuco y Tico, las urracas parlanchinas-, seguida alternadamente de diálogos, monólogos y canciones. Todo “regado” con una sarta de palabrotas dichas con una frescura extraordinaria. “¡Pero ustedes están cagados de frío”! dijeron. Y sí. La pura verdad, sí. El frío era de cagarse nomás. El que haya ido sabe que no es ninguna mentira. Sin embargo, el show fue de tanta calidad, que todos aguantamos felices mientras el dúo desgranaba simpatía a raudales. Apenas se notó que estaban programadas hasta las canciones finales que todos pedíamos a gritos como yapa. Fue un show muy disfrutable. ¡Vuelvan pajarracos, pero vuelvan en verano, carajo! (¡Ups! ¡Me contagié! )
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