¿Los recién nacidos son superdotados que ya piden recuperación salarial? |
La expresión oral y escrita, debería enseñarse durante toda la vida. Se nota cada vez más la falta de precisión, la pobreza en los diálogos, las frases entrecortadas, el uso de expresiones fuera de tono y los errores. En una telenovela argentina de la noche, uno de los personajes y -no precisamente el “paseaperros” -en el colmo del romanticismo- le dijo a su conquista: “Me perfumé las pelotitas para vos”. Les juro que a mí se me atragantó la milanesa. Además de este lenguaje desfachatado, es posible apreciar en nuestros comunicadores el uso de las innecesarias muletillas: este, ehh, bueno, etc. En un programa televisivo de la tarde, se ha instaurado la muletilla “como sí”. No sé si se la debemos-como tantas otras cosas- a nuestros hermanitos argentinos o, si una de las divas de chispeantes ojos la puso de moda. Lo cierto es que la conversación chismográfica- se encuentra salpicada de esos “como sí”:
-“Yo no sé si fulanito sigue saliendo con sultanita, pero es “como si” todavía la siguiera viendo, ¿viste?”
-“¡Claro!- le contestan- parece que es como si todavía le picase el bichito del amor, aunque se dijeron de todo en público”.
-“Bueno, pero la cosa no pasa por ahí. Es como si pasara por otro lado”.
Y así siguen. No sé si toda la tarde porque me llegan a pudrir tanto, pero tanto tanto, que termino apagando el bobero, lo cual me viene muy bien para salir a caminar, que buena falta me hace.
Sin embargo, me parece más importante, más destacado, y de más cuidado, cuando los “percances” se dan en el lenguaje escrito, porque –como todos sabemos- allí no tenemos los gestos, ni las miradas, ni el tono de la voz para dar más indicaciones.
En alguna ocasión hice un “concurso” que tuvo mucho éxito. Su nombre: “La caza del gazapo”. (Gazapo significa “conejo” y “error”). El procedimiento era sencillo, los alumnos buscaban en la calle, sobre todo en la cartelería, algún posible error, lo fotografiaban y lo traían a clase. Los viernes, hacíamos la exposición fotográfica en la cartelera. Pongo un ejemplo: en el cartel de un taller encontraron: SE REPARAN CORTINAS DE ENRROLLAR”. Además de la exposición, comentábamos qué era lo que estaba mal expresado, y se sugerían posibilidades para la corrección. Obviamente, en este caso, se trataba de la “rr” que no se necesita cuando la precede una N (enrollar). De paso, se repasaban las reglas.
Ahora, con las modernas camaritas y teléfonos celulares, se “apresan” verdaderas joyas expresivas, como esta que fotografié en el Hospital Pereira Rossell. ¿Qué entenderá alguien que no esté familiarizado con el entorno de esta situación? Lo más probable es que piense que los niños recién nacidos –superdotados obviamente- han entablado a pocos días de nacer una demanda por el aumento salarial que se merecen por haber tenido la osadía de venir al mundo. ¿Verdad? ¿Se podría haber mejorado la expresión para no dar lugar a esa interpretación? Sí. Por supuesto. Simplemente basta con colocarle a la expresión recién nacidos, unas comillas al principio y al fin, pues este signo ortográfico, sirve-entre otras cosas- para poner de relieve una palabra o expresión:
“Recién nacidos” en conflicto por recuperación salarial.
Ese destaque o relieve, indica al lector que los “niños” no son superdotados ni revolucionarios, -pobres angelitos inocentes- y aunque sí han tenido la valentía de venir a este mundo actual tan complicado, no son ellos sino el personal del sector de “Recién nacidos” los que reclaman el aumento.
De vez en cuando voy a seguir alrededor del lenguaje.
Les deseo que hablen bien y que escriban mejor.
Hasta pronto
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