viernes, 21 de septiembre de 2012

¿No tiene más chico? Comprar-si se puede- es Divino

La mesita que no pudo ser mía
Hace años que llevo una lista de aspiraciones que se llama como un viejo programa de televisión: “Venga y atrévase a soñar”. Mi marido llevaba otra que se llamaba “La cajita de los sueños”. La mía-que aún sigo escribiendo- se relaciona con objetos para la casa, y la de Carlos era más que nada una lista de lugares para conocer.
Mi lista nunca fue ni es excesivamente ambiciosa, según lo que veo en el mercado anoto y voy adquiriendo en la medida de mis posibilidades. Este año compré dos cosas: un perchero y un revistero rojo. Nada del otro mundo. Lo cierto es que en los últimos tiempos noté que tengo dificultades para acceder a lo que quiero. No sé si a todos les pasa lo mismo. Hoy fui al Shopping Punta Carretas, más específicamente al Palacio de la Música donde funciona Red UTS. Mi intención era comprar una entrada para ir a ver este próximo jueves en el Teatro el Galpón a las cantantes Teresa Parodi y Ana Prada.  Me atendió una muchacha desganada a la cual tuve que repetirle dos veces de qué espectáculo se trataba y dónde se realizaba. Cuando apareció en la pantalla la disponibilidad, señalé una de la punta en la fila 10 y le extendí un billete de mil pesos. El  corto diálogo que siguió fue este:
-“¿No tiene más chico?”
-“No, no tengo más chico”- le contesté.
-“Entonces, no le puedo cobrar.”- Y me devolvió el billete de mil pesos.  
-“Bueno, muchas gracias”. Y me di vuelta sin más trámite.
Perdonen Teresa Parodi y Ana Prada, a mí me hubiera gustado muchísimo verlas cantar en ese espectáculo al que le pusieron un título tan atractivo: “Cosido a mano y a medida”. Estoy segura de que será estupendo, pero con esta “desatención al público” entenderán que me desmoralicé y quedé de capa caída. No me dio la nafta para seguir insistiendo. Sería bueno que la RED UTS pusiera robots expendedores de entradas –tipo cajeros automáticos, con cambio, claro- o que en su defecto, enseñara a sus empleadas a procurárselo si no lo tienen consigo y también buenos modales para ofrecer alguna solución al que va con la sana intención de comprar como por ejemplo, decir  con  un poquito de amabilidad: "-¿No trajo ninguna tarjeta de pago, Sra? Cambio no tengo pero igual puede pagar con tarjeta". Algo así. Quizás esa opción  sea dificilísima porque la mayoría de los espectáculos se cobran al contado, tacataca-no con tarjeta de crédito- ¿Ir a buscar cambio? ¡Eso lo puede hacer sin problemas! En primer lugar RED UTS funciona en el Palacio de la Música donde hay un cajero que casi con seguridad tiene cambio. Además, a pocos pasos funciona un cambio , y a otros pocos pasos hay varios bancos. ¿?  ¡Ah! Otro detalle: RED UTS trabaja con el horario de 12.00 a 20 p.m. Hora "uruguaya": No vayan muy cerca de las 12.00 porque no hay nadie, y tampoco alrededor de las 20.oo porque ya se fueron ¿ta?
No suelo tomar de inmediato la resolución de comprar cosas. Me gusta tomar nota en mi lista, y después ver si realmente me sirve lo que pretendo. Doy más vueltas que galleta en boca de vieja, lo sé,  pero tengo que hacerlo porque tampoco nado en la abundancia. Durante un tiempo anduve acariciando la idea de comprar una mesita de cocina roja, redonda, de tres patas. Entré un par de veces a verle los detalles sin molestar para nada  la entretenida charla de los vendedores y la cajera. El local tiene unos enormes letreros en colores rojo y blanco  que anuncian alegremente:
"¡AHORA O NUNCA! 40% OFF".
Hace unos días me decidí. Llevé la tarjeta OCA-que supuestamente era la más ventajosa- y logré interrumpir la animada charla de los vendedores que estaban todos-como corresponde- al santo botón. Uno de ellos le dijo a otro: “te toca atender a vos, William”. Y el tal William con una sonrisa de compromiso, me hizo la clásica pregunta de cajón:
-“¿En qué la puedo servir? “Señalé la mesita roja, le pedí las medidas que de mala gana tomó –el precio y las condiciones las conocía- y me dispuse con una enorme fuerza de voluntad a realizar la compra.
-“Bueno. Me la llevo.”
- “No, señora. Me dijo muy sonriente. Esta mesa es  de muestra, no está a la venta”.-“Vienen desarmadas”- me aclaró para desalentarme aún más.
-“Está bien” insistí como vieja porfiada que soy-. –“·Tráigame una desarmada, ya conseguiré quien la tornille”.
- “¡Ah no! No tenemos ninguna desarmada. Esto no es un depósito. La tiene que encargar y más o menos en una o dos semanas la podemos tener acá.”
Yo-empecinada- seguí insistiendo: -“¿Las tienen en Avenida Italia?”
“-No. Están en un depósito en otro lugar, señora. Hacemos el Voucher de OCA, y yo la llamo cuando llegue.”
Me salieron todos los traumas juntos: "Vengo del SPA; ¿estaré tan horrorosamente vestida? ¿Me están atendiendo tan mal porque además de estar de championes, calzas y campera, estoy vieja?"  Si pago con OCA y la mesa demora un par de semanas en llegar, resulta que ya estoy  pagando algo que NO TENGO EN MI CASA... ¿VOY A SER TAN PERO TAN PELOTUDA?
Finalmente reaccioné. No voy a ver a Teresa Parodi y Ana Prada, y tampoco tendré la mesita roja.
Hice lo que los “anti vendedores” querían.  No les compré nada.
 ¿Les ha pasado alguna vez algún episodio similar?

2 comentarios:

  1. Alfa. Lo último que escribiste es una pequeña joya. No te lo digo para hacerte algún cumplido más o menos sentido. Te lo digo muy sinceramente. Has tenido una capacidad descriptiva muy pero muy buena. Y una excelente captación psicológica del personaje o, mejor dicho, de los personajes a los cuales te refieres que no son solamente los vendedores, sino los “jóvenes” de hoy en día, nuestra sociedad.
    E con eso sales de los confines aparentes de lo acontecido en tiendas de Montevideo para abarcar consideraciones universales. Dos magnificas pinceladas. Y has encontrado en mí un lector-espectador que las aprecia mucho porque, además, las comparte.
    Davvero, molto buone quelle due pennellate.

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  2. Aldo:Muchísimas gracias por tus palabras. La verdad es que realmente incomoda mucho salir con sanas intenciones de comprar y-en cambio- recibir mal trato. Quizás por eso mi "capacidad descriptiva"-como dices tú- se aguzó. ¿Será que los empleados no necesitan más vender? Esta vez me referí a dos de los locales del Shopping; pero no han sido los únicos. Idéntico mal trato recibí en "Champagne"-un local que tenia estupendos muebles y artículos para el hogar- que por supuesto ya cerró. ¡Imposible permanecer abierto con esa falta de atención! ¿Verdad? ¿Será porque somos "vechios" que nos "malatienden" así,caro mio?

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