Con recortes: dos de las famosas "mujeres azules"(Imagen tomada de Internet) |
Henri Matisse con sus recortes- Una de sus obras de arte- (Imágenes tomadas de Internet) |
Hoy de mañana ya estaba
pronta para ir al SPA cuando alguien me contactó por Internet y chateamos un
rato. El otro lo precisaba y yo no suelo dejar a los que quiero en el suelo,
debatiéndose inútilmente por alguna pena. Así que el diálogo duró lo suficiente
como para perder la clase de gimnasia y después –al salir de la rutina-
dedicarme a otros menesteres propios del hogar, como hacer mandados y cocinar.
Mientras hacía lo posible
por hacer los mandados con calma,- sin llevarme, ni dejarme llevar por los
carritos de cuanta enajenada circula haciendo las compras matutinas-, el
pensamiento inconsciente- ese que Cortázar ponderaba tanto- me regresó a la
tarde anterior. Una amiga había ganado en una trivia un par de entradas para ir
a ver Matisse y me localizó para invitarme. Como todos
saben, el celular lo uso mudo. Es una manera muy práctica y efectiva de combatir la adicción al aparatejo. Pero, en lugar de eso, lo que sí hago un par
de veces al día, es revisar los mensajes escritos, o de facebook. Allí estaba esta
amiga-desde temprano-comentándome alegremente su triunfo para compartirlo
conmigo. Y acepté. Sin muchas expectativas porque de Henri Matisse no sabía
mucho. Más bien casi nada. Recordaba sí, algún cuadro famoso por sus colores,
pero no mucho más. La película forma parte de un ciclo que se llama “Del Museo
a la Pantalla” y consiste en un recorrido por exposiciones de los grandes
museos llevadas al cine. Pero no es únicamente un frío recorrido, sino que
reúne elementos para acceder a la vida y a la obra del artista en forma amena,
con un equipo de técnicos que van desde los curadores y expertos que ilustran
sobre las técnicas empleadas, informan sobre qué influencias ha tenido el
artista para llevar a cabo su obra y, brindan testimonios de los que aún quedan
con vida y pueden aportar sus opiniones.
Henri Matisse haciéndole mimos a su gato (Imagen tomada de Internet) |
Realmente me llevé una enormísima e
inesperada sorpresa. Esos cuadros famosos de su última etapa de vida, ya
anciano, con más de ochenta años, cuando ya estaba postrado y muy enfermo, los hizo con pedazos
de papel pintados, no directamente en la tela, sino que son recortes que iba haciendo y que sus asistentes iban
colocando a medida que recibían sus indicaciones. Es una obra prodigiosa. Nadie
podría pensar que estando tan enfermo, podía hacer una obra tan luminosa y
llena de vida. Pero la hizo. Lo que prueba una vez más que el arte, resplandece
aún en las más perversas circunstancias y que es un motivo para aferrarse con pasión a la
vida.
Obra de Matisse (Imagen tomada de Internet) |
Salimos fascinadas. Y fue ese embeleso el que me llevó a escribir esta
nota que cierro con un pensamiento de Matisse que me gustó mucho:
“Sueño
con un arte de equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe,
algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón.”
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