A primera hora aún no hay mucho público. Más tarde, hierve |
En el teatro de Verano Ramón
Collazo, uno de los escenarios más
importantes del carnaval uruguayo- allí
se realizan las presentaciones de los conjuntos que compiten- también conocido
como "El Templo de Momo", hay un espacio que se llama "El
Pedregullo". Allí hay unos desniveles fabulosos- en uno de ellos me
esguincé el tobillo derecho el año pasado- Después de mi accidente y el de
otras personas, colocaron una
"barrera" para prevenir rodadas incautas- Yo no fui la única vieja que rodó
por el acantilado- Además de haber limitado ese peligro, hay, este año, una
renovada plaza de comidas. Cuando comenté en facebook que uno de los atractivos del teatro lo
constituye la amalgama de olores y puse algunas de las delicias que se ofrecen,
una amiga radicada en Estados Unidos, me
preguntó:- ¿ravioles?- Sí. Sí. Ravioles, choclos asados, papas fritas,
muzzarella, fainá, panchos, hamburguesas,
empanadas, tortas fritas, parrillada- incluso con ofertas de parrillada para
dos- Una de ellas, radicada en el pedregullo, es más para comer en la barra,
pero adelante hay otra más tipo "gourmet" con mesas y sillas. Los precios
son regulares. No es para todos los días porque no habría bolsillo que
soportara la demanda, pero, de vez en cuando, conviene "pecar" -para
mí que como sin sal es realmente un pecado capital - con alguna
"cosita". También hay bebidas de todo tipo. Si les da por el lado de
los dulces están a la orden los exquisitos churros, o empanadas dulces o
garrapiñada. Hay de todo.
Además allí se ubican los baños.
Hay otros adelante pero son de menor capacidad. Los del pedregullo, son más.
Damas a la derecha, caballeros a la izquierda. Alguna vez he visto a algún
azorado "caballero" buscando el correspondiente, en el sector femenino. No están bien
mantenidos- estoy hablando de los de "damas" porque por obvias
razones nunca entré al de "caballeros". A muchas puertas les faltan
los cierres y algunas maderas están carcomidas. Las mujeres nos ayudamos las
unas a las otras: entra una y otra, de inmediato, agarra la puerta por la parte
superior y la mantiene cerrada. Los de "damas" están al final del
peligroso acantilado donde me escraché el año pasado. La iluminación es escasa.
Para llegar a los baños, hay que conocer el terreno y caminar con la debida
precaución. Tienen -eso sí- amables asistentes que ofrecen papel o ayuda si es
necesario para las más descangalladas- entre ellas yo-, que vamos
al teatro de verano de puro gusto nomás.
Pero lo más importante de lo que
ocurre en el pedregullo, no es la comida-aunque
sea apetecible- sino las reuniones
sociales que se establecen entre los componentes- de todos los grupos- sus familiares, sus fans, su público. Es el
momento para pedirles fotos, para verlos sonrientes, ya distendidos después de
la prueba, palmearlos para animarlos, en
fin, es lo más lindo de lo social. En una época en que nos hemos convertido en solitarios seres
conectados a los celulares, pero no persona a persona, es un lujo y un privilegio dar un abrazo a un componente
que se admira. Se incluyen las
entrevistas que radio y televisión realizan "en vivo y en directo".
Todo un mundo de posibilidades. Todo un "pedregullo" de actividades
con su mezcla de sensaciones y sabrosos olores.
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