UN NEGRO RETINTO CON UN OJO DE VIDRIO |
En alguna oportunidad escribí sobre
mi padre- el negro Pinela-.
http://cosasdeviejucin.blogspot.com.uy/search?q=Mi+padre+el+negro+Pinela
Era negro- eso es sabido por todo el mundo-. Tuvo que luchar tenazmente para salir a flote y lo logró. Yo-como todos- cargo con mi lotería genética y la llevo lo mejor que puedo, sin ocultarla ni denigrarla.
http://cosasdeviejucin.blogspot.com.uy/search?q=Mi+padre+el+negro+Pinela
Era negro- eso es sabido por todo el mundo-. Tuvo que luchar tenazmente para salir a flote y lo logró. Yo-como todos- cargo con mi lotería genética y la llevo lo mejor que puedo, sin ocultarla ni denigrarla.
Hoy vi " Luz de Luna"
la película que mereció premios. Yo no la declararía una gran película, pero sí
expresa varios temas que son actuales. A uno de ellos, ahora lo llaman
"bulling". Cuando yo crecí era simplemente burla. Y había que
aprender a defenderse. Así se manifiesta en la película y en la vida
misma. La discriminación es otro puntal derivado de
la burla. Mi padre la debe haber sufrido porque siempre trató de apartarme de
la negritud. Supongo que debe haber pensado que si era rubia y de ojos claros
no tenía porque "plegarme" a ser discriminada. Ya lo expresé en otra crónica, pero lo repito: cuando alguien le
decía que yo era linda, él-indefectiblemente- contestaba: "linda no es, es
vistosa". A mí me bastaba ese juicio.
Por otra parte, me gustaba ser blanca y de ojos claros porque apenas
adolescente intuí que era un "plus" para la conquista, pero mi padre
siempre era mi padre y me gustaba que fuera como era aunque nos peleáramos a
muerte por nuestras diferencias.
Lo cierto es que las controversias pueden aparecer en cualquier
momento de la vida. Ahora, también. Hace un tiempo en el SPA, me encontré con
una vieja conocida de La Paz. Como en todos los pueblos, nos identificamos por
nuestra familia. Yo le indiqué enseguida que era la "hija del colchonero
Segovia" y la ubiqué a ella como "una que vivía en la
carretera". No fuimos ni compañeras de escuela ni de liceo, pero en un
pueblo chico era habitual que nos encontráramos en la calle, en la estación de tren, en los
cines, en los bailes. Aunque no lo parezca, también en los pueblos se forman
"clases sociales" según las familias que tengamos. Lo cierto es que
creo que ella no me ubicó realmente por el episodio que paso a relatar.
Hace unos pocos días nos
encontramos desayunando en un Mc Donald. Yo estaba acompañada por una amiga que vino de Buenos Aires.
Ella estaba con otra de La Paz-
que no reconocí, aunque sí me sonó el nombre y el apellido-. De mañana yo no tengo muchas
ganas de hablar pero tampoco me gusta ser descortés, por lo tanto, las saludé,
cambiamos algunas palabras y volví a ubicarme como "la hija mayor del
colchonero Segovia". Ahí, la otra empezó a tratar de meterme en alguna
casilla conocida- que por otra parte es lo que hacen todos-.
Le di- para más datos- la
dirección de la colchonería. Ahí sí saltó mi compañera de gimnasia-ahora sí
"ubicada"- o no, según se mire-
que enseguida dijo:
"¡ Vos no podés ser la hija
de ese negro retinto con un ojo de vidrio!"
Mi amiga -que me conoce hace más
de cuarenta años- largó una carcajada, y
yo, sacando la billetera le confirmé:
"¡ Sí, ese negro retinto con
el ojo de vidrio, era mi padre!"
Enseguida, le mostré una foto que siempre llevo conmigo. No
se desmayó, pero casi.
Lo cierto es que en su expresión
hubo absoluta discriminación: " ¡no podés ser la hija de ese negro retinto!" . Además, saltó -también- su defecto físico: el ojo de vidrio.
Como ven, no importa cuánta agua
corrió abajo del puente. En todo momento, y aunque hayan transcurrido más de
cincuenta años de una muerte, puede
surgir una crítica venenosa, un comentario mordaz, una frase denigrante, un
juicio reprobatorio.
Volviendo a la película: Se llama "Luz de luna" porque al protector en su infancia, alguien le dice que a los negros, con la luz de la luna, se les ve "azules". Así se lo cuenta a "Little"- apodado así por lo pequeño, y, de paso,- convengamos en que muchos apodos provienen de una característica desprestigiada, dolorosa o no querida-.
Aunque la película sea lenta, y con altibajos, el tema de la discriminación social prevalece en los episodios de la misma manera que campea en la vida misma. ¿Quién lo puede poner en duda?
Hay Alfa yo conoci a tu padre y lo quise mucho me acuerdo con Isabel jugabamos en la oficina de el .Mi hermana Teresa era mas de tu edad y ustedes se llevaban muy bien .Todo eso forma parte de mi pasado .gracias escribis cosas muy hermosas.
ResponderEliminar¡Hola Marita! Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, mi hermana Isabel jugaba contigo. Yo anduve por esos pagos de La Paz durante 9 o 10 años- Parte de mi infancia y adolescencia. Tu hermana Teresa fue un puntal muy importante en esos años para "salir del cascarón". Y sí. Nos llevábamos muy bien. Por suerte, encontré en la vida, en distintas circunstancias seres luminosos que compartían su luz conmigo. El comentario sobre "el negro retinto con un ojo de vidrio", lo escribí porque el hecho ocurrió. Y, felizmente, tengo de testigo a mi amiga "catauruar"- catalana- uruguaya- y argentina- que todo eso es mi querida Pepi.Prueba que la discriminación "aparece" en cualquier momento, aunque haya pasado más de medio siglo que mi padre murió. Y así también ocurre en "Luz de luna". Una película lenta, quizás no la mejor de todas, pero sí con un planteo sobre la discriminación: la negritud y la homosexualidad- Que nunca son aceptadas del todo. (Aunque se diga lo contrario) Te mando un fuerte abrazo. Y de nuevo, gracias por el recuerdo.
EliminarHola Alfa vaya episodio el que te toco vivir con esa conocida! Yo sabia por ti misma q tu papa era negro. Lo que sí llama la atención ed que tu seas tan blanca, rubia y de ojos claros! Cosas de la genética...Si a 50 años de la muerte de tu padre aún sufres la discriminCión, CUANTO LA HABRÁS SUFRIDO DE NIÑA!!!!
ResponderEliminarEn realidad, aprendí a defenderme desde niña. Muchas veces con las mismas frases que empleaba mi padre. Y también lo conté en alguna otra crónica. Probablemente fui discriminada por alguna posible "suegra"- no la santa que por suerte me tocó- pero en su momento no me di cuenta. Mi abuelita Elivia- madre de mi padre- morocha de tez blanca y de ojos claros- cuando alguien le mencionaba socarronamente sobre mi blancura, contestaba: " En el barrio, pasaban muchos lecheros vascos por las casas"- y se reía. Y yo también. Se vive con eso, como también vivo con las "marcas de mis ancestros"- que son lunares distintivos de la negritud-.En la película se observa la discriminación como también se aprecia en la vida misma.
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