sábado, 20 de enero de 2018

BUENOS DÍAS, ME LLAMO FULANITA

Estrés, dolor de cabeza( imagen tomada de Internet) 

Yo tengo un seguro médico que contraté hace años.
En su momento, muchas empresas pagaban parte de ese gasto a sus empleados (sí, aunque no lo crean, hubo  épocas de  vacas gordas)  y se aseguraban  una buena asistencia laboral. Cada uno optaba por la que le parecía más conveniente. Después, como todas las cosas de la vida, hubo deterioro, las empresas que pagaban,  se fundieron con la crisis,  vino la jubilación, la vejez, y ya no fue-ni es-  posible hacer  ningún cambio.
Actualmente,  pago una mensualidad altísima-porque después de la crisis con la consabida  jubilación, recortadísima por impuestos-  no tuvimos más derecho a nada-  y, sin embargo, pese a que incorporaron algo tan moderno como la “video consulta”, no recibo la atención merecida. Les cuento. Ayer, solicité la repetición de  un medicamento que tomo para la hipertensión. No es nuevo, está en mi ficha médica. Se me venció la receta de  tratamiento prolongado, y como gran solución me daban la opción de ir a buscarla-yo o algún familiar-  a los Consultorios del Puerto, es decir que me tenía que desplazar desde mi casa para que un  médico me la extendiera, para luego, pedirla a FARMASUMMUM.
¿Para qué sirve la “video-consulta” si un médico no puede recetar aunque así figure en el boletín que envían a domicilio? ¿Servicio “personalizado”? ¿Cuál? En la realidad, es un seguro de salud con unos servicios burocratizados-como todos- y prestaciones inexistentes.
No fue el único caso, pero sí el más flagrante.
En el mes de enero, es muy común  para mí, recibir llamadas con propuestas inverosímiles, desde las que quieren asegurarme la vida, hasta las que me proponen una multitud de  auxilios inexistentes. Casi todas las llamadas empiezan con un “Buenos días, me llamo Fulanita”. Ya se sabe que después de eso, viene la propuesta. Habitualmente, les digo que no desde el principio, pero las han preparado tanto  para la insistencia que  resulta muy difícil sacárselas de encima. Por eso, hay que mantenerse en el molde a rajatabla para insistir en  la negativa. Tengo los servicios,- o por lo menos,  creía tenerlos como les conté anteriormente-,  que considero precarios, porque  ninguno cumple con las expectativas-  pero  a mi edad, ya no puedo prescindir de ellos porque no los puedo cambiar. Lamentablemente.  Tampoco  quiero añadir ningún otro de la misma índole.

¿Razones? Me sobran. ¿No les parece?

Maravillosa escultura de Kyuin Shim: "Compartir" 

La   maravillosa escultura del coreano Kyuin Shim, se llama “Compartir”. Eso es lo que hice: compartí mis desazones, para quitarles peso y no llevarlas  en completa soledad: La verdad es que estamos pagando servicios despersonalizados que se reducen a simples y vulgares trámites burocráticos, llenos de lucecitas de colores, pero obsoletos,  inservibles, inefectivos, inexistentes.



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