Estrés, dolor de cabeza( imagen tomada de Internet) |
Yo tengo un
seguro médico que contraté hace años.
En su momento,
muchas empresas pagaban parte de ese gasto a sus empleados (sí, aunque no lo
crean, hubo épocas de vacas gordas) y se aseguraban una buena asistencia laboral. Cada uno optaba
por la que le parecía más conveniente. Después, como todas las cosas de la
vida, hubo deterioro, las empresas que pagaban, se fundieron con la crisis, vino la jubilación, la vejez, y ya no fue-ni
es- posible hacer ningún cambio.
Actualmente, pago una mensualidad altísima-porque después
de la crisis con la consabida jubilación,
recortadísima por impuestos- no tuvimos
más derecho a nada- y, sin embargo, pese
a que incorporaron algo tan moderno como la “video consulta”, no recibo la
atención merecida. Les cuento. Ayer, solicité la repetición de un medicamento que tomo para la hipertensión.
No es nuevo, está en mi ficha médica. Se me venció la receta de tratamiento prolongado, y como gran solución
me daban la opción de ir a buscarla-yo o algún familiar- a los Consultorios del Puerto, es decir que me
tenía que desplazar desde mi casa para que un médico me la extendiera, para luego, pedirla a
FARMASUMMUM.
¿Para qué sirve
la “video-consulta” si un médico no puede recetar aunque así figure en el
boletín que envían a domicilio? ¿Servicio “personalizado”? ¿Cuál? En la
realidad, es un seguro de salud con unos servicios burocratizados-como todos- y
prestaciones inexistentes.
No fue el único
caso, pero sí el más flagrante.
En el mes de
enero, es muy común para mí, recibir
llamadas con propuestas inverosímiles, desde las que quieren asegurarme la vida,
hasta las que me proponen una multitud de auxilios inexistentes. Casi todas las llamadas
empiezan con un “Buenos días, me llamo Fulanita”. Ya se sabe que después de
eso, viene la propuesta. Habitualmente, les digo que no desde el principio,
pero las han preparado tanto para la
insistencia que resulta muy difícil
sacárselas de encima. Por eso, hay que mantenerse en el molde a rajatabla para
insistir en la negativa. Tengo los
servicios,- o por lo menos, creía
tenerlos como les conté anteriormente-, que
considero precarios, porque ninguno cumple
con las expectativas- pero a mi edad, ya no puedo prescindir de ellos porque
no los puedo cambiar. Lamentablemente.
Tampoco quiero añadir ningún otro
de la misma índole.
¿Razones? Me
sobran. ¿No les parece?
Maravillosa escultura de Kyuin Shim: "Compartir" |
La maravillosa escultura
del coreano Kyuin Shim, se llama “Compartir”. Eso es lo que hice: compartí mis
desazones, para quitarles peso y no llevarlas en completa soledad: La verdad es que estamos
pagando servicios despersonalizados que se reducen a simples y vulgares
trámites burocráticos, llenos de lucecitas de colores, pero obsoletos, inservibles, inefectivos, inexistentes.
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