jueves, 25 de enero de 2018

POR LA CIUDAD

Por la ciudad, calle Chaná



Hoy de mañana, después de unos desagradables análisis clínicos, necesitaba respirar aire puro y dar una vuelta para calmar alma y cuerpo. Desde la calle Canelones, llegué a Bvar. Artigas y a mi aire, caminé hasta Chaná, pensando que, si no estaba muy lejos el Mercado Ferrando, podría tomarme un café con leche, y comerme un par de esponjosas medialunas, de esas que le vuelven el alma al cuerpo a cualquier desgraciado. Así lo hice. Para mi asombro, a la primera  cuadra de Chaná,  empecé a sentir esos olores característicos de mi infancia-  no se trataba de la magdalena de Proust pero casi- olía a sopas caseras, a tucos, a panadería con bizcochos recién horneados, y a recónditas madreselvas barriales.

Encontré una carnicería “a la antigua”- que me despertó recuerdos también, porque viví parte de mi infancia y adolescencia en un pueblo que se caracterizó durante muchos años por estar repleto de carnicerías-.
Quedan pocas carnicerías de barrio 

 Comprobé también que la viveza criolla sigue funcionando: como abrió el Mercado Ferrando muy cerca de ahí, ya hay algún local grande que se ofrece en alquiler,  y, con seguridad que si el emprendimiento progresa tendrá en algún momento algún candidato a inquilino que pueda sacar buen partido de él.
El local para alquilar, cerquita del Mercado Ferrando


Casi sin notarlo llegué al mercado.

Llegué así. 

 Encontré las deliciosas medialunas, y el capuchino humeante.

Delicias del Mercado Ferrando 

 Y, como no podía ser de otra manera, también me compré un libro de crónicas.  Muchas ya  fueron publicadas en periódicos y revistas:- una de las formas más amenas  de difundir conocimiento-. Cuando el autor, que más que nada se reconoce como periodista,  es responsable, informa, y antes de informar, investiga. Creo que este el caso. 

Mis primeras lecturas de este autor

A veces, si las rodillas me responden, emprendo alguna breve caminata para curiosear alrededores de la ciudad que no pude explorar antes.
Nadie me asaltó, ni me tiró al piso para sacarme el monedero, así que por lo menos esta vez, bien valió la pena.  

Librería surtida y con atención amable



1 comentario:

  1. Alfa,me encantan tus historias,con esa frescura que hace sentir los olores,y saborear las deliciosas medialunas.
    Gracias ,besos.

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