Destapador y abrelatas del tiempo del jopo |
“Para reconstruir una
cultura lo más importante son los cacharros de la vida diaria”.
"Leonora"
Elena Poniatowska
Cuando recién me
casé, mis parientes y amistades, contribuían con ideas y cosas. Alguna de mis
tías, con varias casas, desmantelaba alguna de ellas para darme cacharros de
distintas procedencias y utilidades.
Demás está decir
que yo aceptaba todo. Así llegaron platos y vasos de diferentes juegos, que
conformaron durante un tiempo mi primer ajuar. Muy lejos de los actuales que
son del mismo cristal y diseño. Como buena pobre, todo venía bien.
Mi esposo había
sido trasladado de Las Piedras, al Comercial de General Flores- nunca supe si
esa agencia tenía algún nombre-. Tampoco fui jamás. No nos hacíamos visitas a los lugares de trabajo. Lo que sí recuerdo era
que tenía una clientela conformada por los pequeños comerciantes de la zona. Muchos
eran fabricantes de utensilios diversos y se dedicaban a venderlos. Por
supuesto que recibimos unos cuantos. Probablemente, hoy en día, habrá objetos más sofisticados. Yo los tengo
aún en pleno uso. Hay abridores de botellas y de latas. Además, otro utensilio que sirve para hacer
té- con hojas que se colocan en el pequeño recipiente calado que se pone en la
tetera-. Asimismo tengo un pequeño posador para las bolsitas de té- y una
fuente alta de vidrio para poner masitas. Este última fue regalo de una amiga, pero todos los otros
utensilios son de mi época de recién casada y llegaron como diferentes regalos.
Siempre que limpio
los cajones de la alacena, los acomodo para tenerlos a mano siempre. Son útiles hasta ahora, aunque ya tengo otros
abridores de botellas que sacan corchos sin hacer ningún esfuerzo, siempre
busco el antiguo, que funciona a la perfección. El abridor de latas es una curiosidad.
Basta con hincarle el pico y mover la mano para adelante. No corta más que la
lata y la abre también sin ninguna dificultad. No sabría hacerlo de otra
manera.
En uno de esos
acomodos de cajones, hasta apareció un tapón, que tapa herméticamente una botella de manera tal que el
líquido no pierde su correspondiente gas. Sería muy fácil reconstruir “mi cultura”
observando la variedad de cacharritos que tengo aún en completo uso.
Utensilios:Tapón, colocador de hojas para el té, y posabolsita de té |
Otro capítulo
aparte lo constituiría la ropa. Ni que hablar. Me
resisto a vestirme como una señorona del siglo pasado. Doné los trajecitos que acompañaron mi vida docente,
regalé las chaquetas de piel de zorro y de nutria, que quise y usé tantísimo tiempo, y cambié para un “sport casual” sin desdeñar sombreros y boinas. Procuro no ser ridícula. Que se puede se
puede. Otro día les cuento.
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