jueves, 16 de agosto de 2018

UTENSILIOS

Destapador y abrelatas del tiempo del jopo
“Para reconstruir una cultura lo más importante son los cacharros de la vida diaria”.
"Leonora"
Elena Poniatowska














Cuando recién me casé, mis parientes y amistades, contribuían con ideas y cosas. Alguna de mis tías, con varias casas, desmantelaba alguna de ellas para darme cacharros de distintas procedencias y utilidades.
Demás está decir que yo aceptaba todo. Así llegaron platos y vasos de diferentes juegos, que conformaron durante un tiempo mi primer ajuar. Muy lejos de los actuales que son del mismo cristal y diseño. Como buena pobre, todo venía bien.
Mi esposo había sido trasladado de Las Piedras, al Comercial de General Flores- nunca supe si esa agencia tenía algún nombre-. Tampoco fui jamás. No nos hacíamos visitas  a los lugares de trabajo. Lo que sí recuerdo era que tenía una clientela conformada por los pequeños comerciantes de la zona. Muchos eran fabricantes de utensilios diversos y se dedicaban a venderlos. Por supuesto que recibimos unos cuantos. Probablemente, hoy en día,  habrá objetos más sofisticados. Yo los tengo aún en pleno uso. Hay abridores de botellas y de latas.  Además, otro utensilio que sirve para hacer té- con hojas que se colocan en el pequeño recipiente calado que se pone en la tetera-. Asimismo tengo un pequeño  posador para las bolsitas de té- y una fuente alta de vidrio para poner masitas. Este última fue  regalo de una amiga, pero todos los otros utensilios son de mi época de recién casada y llegaron como diferentes regalos.
Siempre que limpio los cajones de la alacena, los acomodo para tenerlos a mano siempre.  Son útiles hasta ahora, aunque ya tengo otros abridores de botellas que sacan corchos sin hacer ningún esfuerzo, siempre busco el antiguo, que funciona a la perfección. El abridor de latas es una curiosidad. Basta con hincarle el pico y mover la mano para adelante. No corta más que la lata y la abre también sin ninguna dificultad. No sabría hacerlo de otra manera.
En uno de esos acomodos de cajones, hasta apareció un tapón, que tapa herméticamente una botella de manera tal  que el líquido no pierde su correspondiente gas. Sería muy fácil reconstruir “mi cultura” observando la variedad de cacharritos que tengo aún en completo uso.
Utensilios:Tapón, colocador de hojas para el té, y posabolsita de té 

Otro capítulo aparte lo constituiría  la ropa. Ni que  hablar. Me resisto a vestirme como una señorona del siglo pasado.  Doné  los  trajecitos que acompañaron mi vida docente, regalé las chaquetas de piel de zorro y de nutria, que quise  y usé tantísimo tiempo,  y cambié para un “sport casual”  sin desdeñar sombreros y boinas.  Procuro no ser ridícula. Que se puede se puede. Otro día les cuento.



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