Eric Bana y Connie Britton (Protagonistas de "Dirty John"-Imagen tomada de internet-) |
No es la primera vez
que escribo sobre este tema, (http://cosasdeviejucin.blogspot.com/2016/05/seduccion.html) quizás porque conocí – tanto
en la ficción como en la realidad- a más
de un seductor hijo de puta.
Obvio. La mayoría lo son.
Tienen características inconfundibles: son atractivos desde la punta de los pies
hasta los pelos de la cabeza, habitualmente son más jóvenes que las
mujeres que pretenden; muy pagados de sí
mismos; fingen ser profesionales (aunque no tenga ni libreta de conducir).
Son encantadores, fascinantes, amables. Difícilmente intentan forzar una situación, porque esperan
a que el fruto esté apetecible, maduro,
a punto para hincarle el diente.
Eximios
estafadores. Inventan historias para apartar todos los obstáculos que se
les interpongan, y fingen emociones que están muy lejos de sentir.
Geniales
mentirosos patológicos; nada ni nadie se les puede resistir. Abonan el terreno de
modo magistral: saben mimar, acariciar, besar. Poco a poco, comienzan a adueñarse de las posesiones
económicas de la mujer, con total impunidad. La consigna es: “Lo tuyo es mío,
lo mío es tuyo” (pero, él no tiene nada
de él; así que la que pierde es la incauta que le deja posesiones carísimas en
su poder).
Engatusadores
natos: complacientes siempre. Saben
preparar desayunos, tragos, cocinar, halagar. Tienen historias conmovedoras
siempre listas para contar. Aparecen siempre como casualmente, en momentos
apropiados, vestidos según lo que necesitan para cumplir con sus propósitos. Y
también –fortuitamente- proponen casamiento a una mujer (generalmente veterana,
de buen pasar) que ha caído embelesada por sus encantos.
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La historia verdadera ocurrió entre John Meehan y
Debra Newell. Obviamente, que el entorno favoreció
la relación. Debra, divorciada cuatro veces; intentaba
dejar su soledad recurriendo a sitios de citas. De
ahí, van surgiendo los diferentes pretendientes sin
mayor pena ni gloria. Ninguno la satisface como
para entablar una relación más estrecha. De pronto
aparece John. De atractiva figura, buen conversador,
sabe guiar hábilmente la charla. Y, muy importante,
la hace reír. En la primera salida, no concreta sus
propósitos y parecería que no se va a dar lo que
pretende. Sin embargo, logra encarrillar la situación
y continuar con su conquista. Quizás pueda
considerarse que el argumento tiene muchas
vueltas, de todos modos, creo que se puede ver y
pensar qué cosas pueden ocurrir en esos sitios
donde las personas no se conocen de una manera
clásica y nunca se sabe a ciencia cierta quién es
quién. Está en Netflix. Prueben a verla.
Después me cuentan.
La historia verdadera ocurrió entre John Meehan y
Debra Newell. Obviamente, que el entorno favoreció
la relación. Debra, divorciada cuatro veces; intentaba
dejar su soledad recurriendo a sitios de citas. De
ahí, van surgiendo los diferentes pretendientes sin
mayor pena ni gloria. Ninguno la satisface como
para entablar una relación más estrecha. De pronto
aparece John. De atractiva figura, buen conversador,
sabe guiar hábilmente la charla. Y, muy importante,
la hace reír. En la primera salida, no concreta sus
propósitos y parecería que no se va a dar lo que
pretende. Sin embargo, logra encarrillar la situación
y continuar con su conquista. Quizás pueda
considerarse que el argumento tiene muchas
vueltas, de todos modos, creo que se puede ver y
pensar qué cosas pueden ocurrir en esos sitios
donde las personas no se conocen de una manera
clásica y nunca se sabe a ciencia cierta quién es
quién. Está en Netflix. Prueben a verla.
Después me cuentan.
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