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¡Me encantaría poder tener signos icónicos como estos para corregir los errores! |
De mañana mientras desayuno-no muy temprano, ya madrugué durante más de cincuenta años- intento ver un poco de televisión matutina. Me cuesta bastante encontrar algo “potable” en cualquiera de los canales de aire o de cable. Aclaro, por las dudas, que el cable que pago es el más económico. Y no quiero pagar más nada. Frecuentemente me llaman por teléfono para ofrecerme el oro y el moro para que pague más pero hasta el momento no me he dejado engatusar. No quiero “más de lo mismo”. No quiero tener más canales con las tonterías que circulan por acá. En un canal, las locutoras tienen voces de pito y-además- hacen comentarios anodinos. En otro, una señora intenta dar recetas acompañada por otro “comunicador” que la interrumpe y molesta constantemente. Mientras la pobre lucha denodadamente tratando de dar las explicaciones que-lógicamente, son propaganda de la firma auspiciante-, el otro se mete los calditos y los sobres de puré instantáneo en los bolsillos. Hay otro canal que tiene un cocinero que hace “cocina de autor”-como la cocina me gusta y no encuentro nada para ver, a veces trato de “seguirlo” intentando apreciar qué es lo que está preparando- pero, lamentablemente, sus acompañantes también utilizan “la cháchara insulsa” y es imposible seguir al esforzado cocinero y su receta. En otro par de canales-no más de eso- y si Dios está de mi parte, a veces, encuentro algo de interés.
Al prestar atención al vocabulario de los comunicadores noté el uso frecuente del “spanglish”. Cuando yo daba clases de español a extranjeros, lo “combatí” todo lo que pude, incluso hasta con juegos para erradicarlo. El spanglish es una curiosa mezcla de términos en español y en inglés. Es usual entre los estudiantes que tienen el inglés como primer idioma, o, que siendo de origen latino, están viviendo en comunidades donde el inglés es el primer idioma y por lo tanto, lo deben usar para estudiar. En cambio, en Uruguay, el primer idioma es el español-al estilo uruguayo, pero español al fin- y no encuentro ningún motivo para que usen –mal pronunciadas además-, palabras en inglés.
Por ejemplo:
-¡Que “heavy” que está, che!
La palabra “heavy” en inglés significa: pesado, pero por el contexto en que fue empleada me pareció que el comunicador, quiso decir algo así como: “extraordinario, o fuera de serie” o genial”. No sé. Me dio la impresión de que esa fue la intención.
También noté el abuso de palabras coloquiales que antes empleaban más nuestros hermanos mayores: los argentinos. Ahora ya no se trata únicamente de los comunicadores jóvenes que tienen su propio léxico y lo propagan-como una peste- entre los de su generación, sino que la emplean también los veteranos. Pongo como ejemplo: “laburo”. Entiéndanme, por favor, no es una crítica sino una comprobación de “contagio”. Las modelos- sobre todo,- dicen “Los argentinos me quieren en pila, me va muy bien en el laburo”.
Además de esta “extensión o propagación coloquial” también se cometen errores al hablar.
Por ejemplo: se extendió el uso del plural del verbo “haber” cuando su forma impersonal indica-al menos por ahora- que debe usarse en singular. Me refiero al vilipendiado “hubieron”.
Yo no estoy muy segura de que todos los comunicadores estudien para serlo, y tampoco sé si en los cursos de comunicación y periodismo se les enseña lo que los expertos llaman” gramática de uso”, pero sí sé que no conocer lo que es adecuado, tiene consecuencias negativas en el habla y en la escritura. Además-agrego- la gramática no se estudia “de una vez y para siempre”, sino que hay que actualizarla muy a menudo y cada vez más, porque la famosa globalización nos está llevando a mal traer debido a que no le prestamos atención.
El pobrecito verbo “ HABER”, -inocente de Dios, que se usa de cualquier mala manera- tiene fundamentalmente dos usos bien definidos. El primero es cuando “trabaja” de “auxiliar” de “asistente”, “de ayudante” de los otros verbos que son los que realmente se conjugan. Esto ocurre en los tiempos compuestos. Ahí sí hay que usarlo en singular y en plural según corresponda.
Pongo un ejemplo de la actualidad uruguaya de carnaval:
“Si los Curtidores de Hongos no se HUBIERAN DEMORADO, en la bajada de la segunda vuelta, NO HABRÍAN RECIBIDO, ninguna sanción”.
De paso, después del ejemplo, declaro al margen: “Los Hongos” cuya murga cumple cien años este año, están dando uno de los mejores espectáculos de carnaval y me dio mucha pena que les sacaran puntos.
Vuelvo al tema: en este caso, el verbo HABER, está ayudando a conjugar los tiempos compuestos de los verbos DEMORAR Y RECIBIR. Por eso, se pluralizan para ponerse de acuerdo con el sujeto: “Los Curtidores de Hongos.” Así de fácil.
En otros casos, el verbo HABER, “se tira por cuenta propia”. Y, como “cuentapropista” que es, le gusta que lo traten como un tipo independiente e impersonal. (Impersonal: sin sujeto.)
En esos casos, su presente es HAY.
(Con “hache” y con “y griega”-yo la sigo denominando así y chau-)
Voy a los ejemplos “de actualidad”:
En el concurso de carnaval HAY una calificación por rubro.
En el concurso de carnaval HAY diferentes calificaciones.
Aquí comprobamos que HAY NO SE MODIFICA CON EL PLURAL.
POR LO TANTO, TAMPOCO SE DEBE MODIFICAR CUANDO SE EMPLEA EN OTROS TIEMPOS:
En el concurso de carnaval HUBO una calificación por rubro.
En el concurso de carnaval HUBO diferentes calificaciones.
(Si en el presente, este “cuentapropista” independiente, no tiene plural, ¿por qué le inventamos un plural al pasado o al futuro o a cualquier otro tiempo en que se use? ¿Ehhhhh?)
¡Señores comunicadores, pongan las barbas a remojar!