sábado, 24 de agosto de 2013

NOSTALGIANDO ANA CLARA

Ana Clara bailarina
Ana Clara en su vida universitaria 


Hace unos días me contactó por facebook una antigua compañera de estudios con la intención de reunir a los que compartimos aulas y zozobras estudiantiles. Hacía muchos años que no nos hablábamos, no por nada en particular, sino porque la vorágine de nuestras vidas no había propiciado ningún encuentro. Empezamos-como siempre- haciendo un “recuento” de quiénes estarían dispuestos a juntarse otra vez en honor a esos años compartidos. Me preguntó por algunas compañeras, las contacté, algunas dijeron que sí otras que no. No a todas les gustan las reuniones “revival” y pienso que quizás las causas estén en el tiempo que pasó y en los cambios que nos fue marcando en su transcurso. Algunas de las “chicas” de nuestra época, ya fallecieron, lo cual nos hace pensar que a estas edades, ya nos quedan –como decía El Cuque- menos cortes de pelo. Ayer volvió a llamarme despavorida. Una de las “nuestras” está en una casa de salud. ¿Qué pasó? ¿Qué fue de la algarabía de esos años estudiantiles tan fervorosos? ¿Dónde quedó la cantina de las catacumbas donde todas las tardes me comía la extraña mezcla de dos panchos con un café con leche y ella un alfajor? El tiempo lo vemos en los chicos que crecen, -me decía mi amiga- lo noto en mi hija que ya tiene 24 años. ¡Nosotras seguimos “igualitas”! -dice otra de las que tiene mejor sentido del humor. Con frecuencia, nos negamos a ver esos inhóspitos cambios, los kilos que se nos ganaron demás, las “arañitas” en las piernas, las patitas de gallo alrededor de los ojos, las canas que prácticamente nos han ganado ya toda la cabellera. Se nos fueron sin remedio los años mozos. Afirmemos –como para convencernos- que cada etapa de la vida tiene su belleza. ¿Qué quedó de ese bebote gracioso de hace veintitantos años? Un buen mozote con barba y pelo largo que viste ropas caras pero sumamente informales y que anda siempre cámara en mano. ¿Y la nena? ¿Qué fue de la nena que llegaba a mi casa del Prado y se iba gateando a pararse nada más y nada menos que frente a mi biblioteca? ¿Dónde quedó la grácil bailarina? Llamada Ana Clara-en honor a la canción de Viglietti- está en Valencia, estudiando y militando, o militando y estudiando, según se entienda el valor que le da ella a sus dos actividades primordiales. La niña inquieta que no dejaba títere con cabeza, dio paso a esta hermosa joven que se casó y se fue con su esposo a buscar futuro en otro país. El tiempo fluye irreparablemente. Disfrutemos cada instante como si fuera único, porque ES único. ¿No les parece?

1 comentario:

  1. Sí, es único.
    Yo, acá, leyendo tus cosas y haciéndome "seguidora" de tu blog! Te mando un besos y nos vemos en estas vueltas virtuales! Mua

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