El programa del concierto de Paco de Lucía |
Fui a ver a Paco de Lucía,
“el mejor guitarrista flamenco del mundo”-como dice el programa. Por cierto que
lo es. La actuación con su septeto fue impecable.
Llegué bien temprano,
mucho antes de que empezara el espectáculo. El Cuque decía que viajaba en
ómnibus para sacar tema para sus crónicas, ya que ese medio de transporte le
permitía observar más y mejor, y yo, que
soy una copiona, cuando llego temprano a los espectáculos también me dedico a lechucear el entorno. Así que aquí plasmaré algo de lo que observé.
Me llamaron mucho la
atención las vestimentas dispares. Vi
mujeres con tacos altos, peinadas y maquilladas, con vestimenta como para una
fiesta, y otras a las que se le notaba a la legua que ni siquiera se habían dado
una duchita reparadora- era un domingo caluroso- y cargaban la famosa “mochila-
camello” a la espalda. De cerca despedían un tufillo sospechoso mezcla de pelo
sucio, sudor y menstruación. El mismo contraste en los atavíos masculinos. Los
había de traje y corbata, algunos de camisa negra-por afuera del pantalón- y otros
de vaqueros rasgados, de coleta, moño o rastas, barba, bigote y
championes. Hasta vi uno con un gorrito playero que se dejó puesto durante todo
el espectáculo.
Bob Marley y el León de Judá- ¿Las rastas que vi anoche, serán por motivos religiosos o dictados de la moda? |
Cero perfume. Ni siquiera
el de un jaboncito Dove o Astral que les
hubiera venido muy bien. El olor similar al de las mujeres, (sin el de la
menstruación, pero lo compensaban con el de vinacho). - Hay mucha “onda Frente Amplio” -dijo una muy
paqueta señora que conversaba con otra en el hall del SODRE-.
Cuando los empleados
comunicaron que se podía pasar se dividieron las aguas: la paquetería fue para
las plateas, el resto nos encaramamos en las alturas. Los astronómicos precios de las
entradas no me permitieron pagarme
una platea, así que lamenté no haber ido
con los vaqueros gastados. De un lado se me sentó uno de moño con vaqueros rotos, y del otro un
vejestorio de calzas y pelo largo abundante y sin rebajar. Lo único que faltó
fue la matera, porque la mochila concurrió y fue al piso.
Antes de empezar el
espectáculo hubo un vídeo del Contador Enrique Iglesias, agradeciendo a la
concurrencia por haber colaborado con la “puesta a punto” del Espacio Lorca, ya
que lo recaudado tendrá esa finalidad. El Contador Iglesias, fue lo único que
vi grande. A Paco de Lucía, y su septeto, aún con los lentes puestos, los vi en
miniatura. Nunca había estado “tan arriba”. Eso sí; los pude escuchar
que era lo más importante, pero no puedo negar que me
hubiera gustado tener una posición mejor para apreciar al bailaor que
aunque lo vi diminuto fue espectacular.
De todas maneras, aún
desde las alturas, pude apreciar las
virtudes de Paco de Lucía y de sus músicos- entre los cuales hay un uruguayo-
todos destacadísimos en sus interpretaciones.
No dejan tomar fotos, así
que la que acompaña esta nota es la del programa. Una lástima.