Hannah Arendt
consiguió ser enviada a Israel como
reportera de la Revista The New Yorker, para presenciar el juicio que se le
hizo a Adolph Eichmann –capturado y detenido en Argentina por el servicio
secreto israelí “El Mossad” en 1960 -y a raíz de este hecho escribió un libro
que resultó muy polémico, muy discutido y probablemente NO entendido en forma
cabal que se llamó: “Eichman en Jerusalén” – “Un informe sobre la banalidad del
mal”.
Yo leí fragmentos
de este libro y no me quedó la impresión de que Hannah Arendt hiciera una “defensa” de
Eichmann ni que su postura filosófica
que llamó “la banalidad del mal” haya sido “antisemita”. Lo que ella afirmó fue
que Eichmann no le pareció “un monstruo” sino un tipo corriente, y mediocre que creyó- y fue lo que
sostuvo hasta que lo condenaron a la horca- que “cumplió las órdenes de sus
superiores”. No se le pasó ni remotamente por la cabeza desobedecerles. Hizo lo
que le mandaron; tampoco reflexionó
sobre las órdenes que le dieron. Las cumplió lisa y llanamente sin ningún tipo de cuestionamiento, ni reflexión
crítica, ni remordimientos.
Adolph Eichmann en el juicio |
Arendt también fue muy criticada por mencionar a
algunos judíos que- en el campo de concentración- asumieron el papel de “líderes”
y también “cumplieron” órdenes, sin pensarlas ni cuestionarlas- obedeciéndolas-
lo mismo que hizo Eichmann- a quien
Arendt consideró un hombre común, probablemente con afán de trepar socialmente
siendo un “instrumento” eficaz y
llevando a cabo “la técnica de gestión” que le pedían sus superiores. En
resumen: Arendt lo que sostiene es que Eichmann no estaba loco, ni era un psicópata,
era un tipo del montón que SIN PENSAR, NI CUESTIONARSE, es decir sin motivación
maligna, cumplió escrupulosamente con lo
que le encomendaron.
¿Acaso no hicieron lo mismo los militares que
torturaron, vejaron, robaron niños, enajenaron identidades, humillaron a más no
poder a los que no pensaban como ellos? Lo que sostiene Arendt es que son
culpables, -no los exime de la culpa-; merecen el debido castigo, pero han
sido: “operarios”, “obreros” obedientes dentro de un sistema que no
cuestionaron con determinados valores inculcados pero NO pensados. Tampoco se preocuparon por las consecuencias
de sus actos. Se cumplían “por mandato de superiores”. (La tan famosa y también
debatida y llevada y traída en nuestro país “obediencia debida”.)
De la misma manera-
siguiendo el razonamiento de Arendt- el gobierno francés le negó la ciudadanía
a ella y a otros que no la tenían, como fue el caso de la misma Nemirovsky que había
recibido educación superior en la Sorbona, hablaba, escribía y leía en francés
como si fuera su lengua materna porque la había aprendido desde temprana edad
con su institutriz francesa- la madre rehusó ocuparse de ella y también se negó
a albergar a las nietas cuando sus padres fueron asesinados-.
Es decir, Arendt
aunque fue acusada por muchos judíos-incluso por sus amigos más íntimos de “antisemita” , en realidad, no defendió a
Eichmann que indudablemente merecía la muerte por ser culpable de “no haberse cuestionado
ni pensado” que lo que hacía estaba mal.
De la vida personal
se destaca su relación amorosa con el filósofo Heidegger de indudable
influencia en su pensar y la cálida
relación afectiva con su segundo esposo Heinrich Blücher.
En la película, el
papel de Hannah Arendt-una mujer de gran fuerza espiritual y de gran tozudez-
lo encarna impecablemente la actriz
Barbara Sukowa.
No les comento más nada. ¡Vayan a verla y después me cuentan
ustedes!
excelente análisis
ResponderEliminarExcelente análisis
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Marlene. Tenías razón salió tres veces, pero lo publiqué una sola ¿ta? Besito
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