Frente de la Casa de las Américas |
La primera de las visitas
estaba programada por la agencia. Se nos había prometido un “paseo
cultural” y - nos llevaron a “Casa de las Américas”-.
Nos recibió un cubano
simpatiquísimo- como la mayoría de ellos- Gerardo Hernández- que nos asesoró
sobre todos los tesoros que allí se albergan. Fue muy emocionante transitar por
los mismos lugares que tantos compatriotas pisaron anteriormente. Nos consta
la simpatía que les profesan por los comentarios que nos hicieron. También
tienen en sitial superior a personajes que hicieron historia. Uno de ellos,-
indudablemente- es el Che. Mientras
esperábamos a que todos los compañeros se nos unieran Gerardo nos contó un
episodio. Un uruguayo fue a dar una conferencia- no recuerdo el nombre, pero lo
que interesa es la confusión que
originó- que en su alocución, manifestó que el Che había sido “un mojón” para
toda Latinoamérica. Parece ser que varias personas acudieron a Gerardo para
preguntarle “qué tal era ese uruguayo del discurso” hasta que se enteró de lo
que había dicho. En el coloquio cubano, “mojón” significa lo mismo que para
nosotros, “sorete” en el rioplatense.
¡Nada más alejado de lo que él había querido significar! –Concluyó Gerardo con
una sonrisa- ¡Si habrá que tener cuidado con el uso del lenguaje cuando se sale
de la comarca habitual!
El Che en Casa de las Américas. Visión parcial de un trabajo artístico |
Otro personaje por el cual manifiestan gran
simpatía es José Mujica. También
recibieron a la murga “Agarrate Catalina”, y escucharon-pasmados- las gruesas
bromas que se hacían sobre él- absolutamente inadmisibles para ellos que no
juegan de ninguna manera con los que quieren y admiran-. Nada más alejado de nuestra
realidad, porque los conjuntos de carnaval- y en especial, las murgas- sacan
partido de las características más salientes de las personalidades de la realidad
nacional. Hubo – y hay -políticos que se
enojan cuando forman parte de un cuplé sardónico, pero si eso ocurre, las murgas se ensañan aún más con ellos, por
lo cual lo más aconsejable parece ser lo
que hacen Mujica y su señora- se sientan en la primera fila del teatro de
verano y se ríen a mandíbula batiente de las ocurrencias-
Las obras de arte que se
exhiben en Casa de las Américas son maravillosas: “Para que la libertad no se
convierta en estatua”, allí están deleitando los ojos de los maravillados
espectadores.
"El árbol de la vida" en Casa de las Américas |
VISITA A “EL VIGÍA”- LA
CASA DE ERNEST HEMINGWAY-
El frente de la casa "El Vigía" de Ernest Hemingway |
“El Vigía” fue-desde el
principio- uno de mis objetivos.
No fue nada fácil hacer
coincidir voluntades porque todo el mundo decía que “quedaba lejos” y que había
que pagar una camioneta que me/nos llevara hasta allá y me/nos esperara durante
el rato que durara la visita. Pero como yo ya tengo bastante experiencia en
viajes, sé que hay que insistir para lograr lo que se quiere. El viejo dicho:
“el que se quema con leche, ve una vaca y llora” es pura verdad. En uno de mis
viajes a Europa, en Barcelona, me quedé sin conocer el parque Güel- diseñado por Antoni Gaudi-
porque el maldito guía catalán se empeñó en que “quedaba lejos” y “no estaba
dentro del itinerario”. Yo ya no creo
que pueda volver otra vez a Barcelona,-realmente- por lo cual, me quedé sin
conocer ese lugar tan especial. A fuerza de golpes, se aprende. ¿Queda lejos,
no está en el itinerario? Santo y muy bueno. Si “queda lejos y no está dentro
del itinerario”- el que diseñan para apurados turistas- hay que pagar más y agregarlo por las de uno. Así de simple. Con
mi habitual tozudez: insistí, insistí, e insistí. Insistí tanto que –incluso-
dije que pagaba yo solita la excursión si no conseguía suficientes personas
interesadas. No fue así. Felizmente, fuimos nueve. Todas mujeres- con un
paciente y amable guía-. Creo que fue una de las mejores tardes porque no
anduvimos a los apurones- las visitas “por la ciudad” y similares son a vuelo
de pájaro y no dejan tiempo ni para respirar-. Esa tarde, en cambio, paseamos a
nuestro gusto por los amplios jardines de la casa, sacamos y nos sacamos fotos
de todo tipo y disfrutamos a más no
poder de un entorno de privilegio. Tanto fue así que hubo algunos
instantes en que pensé-locamente- que en cualquier momento, se nos iba a aparecer
Hemingway-con sus pantalones de explorador-cazador y su sonrisa más amplia- con
uno de sus daiquiris en la mano-
Una ternura: la máquina Corona, instrumento de trabajo de Ernest Hemingway |
Aunque no dejan entrar a
la casa, desde las ventanas pudimos ver todo el interior. No es una casa
lujosa, tampoco la calificaría como una “mansión”. Sí es una casa cómoda, con
ambientes grandes y libros por todos lados-incluso en el baño-. Hay recuerdos de
su vida de cazador- grandes cabezas colgadas de animales disecados- A mí no me no
me causó ninguna impresión negativa. Leo a Hemingway desde la niñez, porque sus
libros estaban en la biblioteca de mi madre. ¡Ya sabía que era cazador y que
había tenido una vida aventurera! Tuvo cuatro esposas, y quién sabe cuántas
aventuras más. Sé también que fue alcohólico, que se enfermó y se suicidó. No
en la casa de Cuba, sino en la otra que
tenía en Ketchum-Idaho- ¿Vamos a
juzgarlo por eso? Yo no. A mí me importa su magnífica obra narrativa y su insuperable
calidad para trasmitirla. ¿Lo demás? ¡Es puro cuento!
En "El Vigía" hay libros hasta en el baño |
OTRA VISITA SOÑADA: EL
DELFINARIO
Un delfín nadando tranquilamente en la laguna antes de la actuación |
El agente de SIUR que nos recibió en Varadero dio una
información somera sobre los posibles paseos. Yo tenía “otra idea fija”: ir al
delfinario. No me dio casi nada de información y además trató de disuadirme
diciendo que “no había espectáculo con los delfines” que simplemente "se
pagaba una entrada para entrar a la
laguna con ellos”. Mentira. Hubo espectáculos. Se daba uno de mañana y otro de
tarde. El agente lo que más promocionó fue una excursión a Cayo
Blanco que ofrecía ir en barco, y pasar un buen tiempo en el Cayo. La “estupenda
atracción” de ese paseo era ese viaje,-supongo que en un catamarán- a mitad de camino la visita a un delfinario en el mar,-donde si el clima lo ameritaba, se podía hacer “snorkel”-, almorzar y disfrutar del aire
libre. A mí no me interesó. En el enorme hotel de Varadero teníamos todo incluido-incluso hubo
algunas entradas reservadas para los que querían ir a los restaurantes
especiales en lugar del buffet-. Por otra parte, tengo experiencia en esos
promocionados “paseos en barco”. Ya fui a uno en Brasil y al regreso hubo una
tormenta tan brutal que prácticamente puso al barquito de punta. En este caso,
en Varadero, no fui muy afortunada con la información brindada por el hotel, por lo cual gasté más dinero del que
hubiera empleado si me hubieran brindado la correcta información pertinente.
Pero de todas maneras, con la compañera Kily, nos alquilamos un taxi y fuimos
por las nuestras- únicamente ella y yo-. Fue una delicia y ninguna de las dos
se arrepintió ni mucho menos. Yo no quise meterme en la laguna porque aunque
tenía chaleco salvavidas me producía
terror la idea de no hacer pie, pero de todas maneras, siguiendo las
instrucciones del entrenador los delfines se aproximaron, acercaron sus hocicos
a mis mejillas, se pusieron “panza arriba” para que los acariciara y yo quedé
contentísima. Kily sí, se tiró al agua
con destreza y la foto en la que aparece con los delfines es prueba contundente
de su alegría. Indudablemente, otro logro efectivo. Contagiamos el entusiasmo a
otro grupito que fue al día siguiente y
experimentó la misma felicidad que
nosotras. ¿Qué más se puede pedir?
Antes de la actuación pasan niños a recibir caricias de los delfines |
Las agencias de viaje tienen criterios“estándar”, por
esa razón, es aconsejable trazarse un
“plan propio” de paseos o lugares a visitar y no ceder ante ningún intento
disuasivo. ¡Vale la pena hacer lo que se
quiere, cuando se quiere y donde se quiere! ¡Se los aseguro!
Alfa:sigo con mucho interés tus relatos....Tu experiencia como turista viajada...te sirve mucho para jerarquizar, optimizar calidad,interés y tiempo...
ResponderEliminarLa casa de las Américas un refugio muy bien armado...al igual que la visita a al lugar donde Hemingway paso tanto tiempo.No conoci el delfinario...Para otra....Gracias.
Gracias por tu comentario Mabel. En una de las novelas de Cervantes- "El Licenciado Vidriera" que tiene muchos aforismos, me quedó uno que sirve de ejemplo para lo que tú señalas: "Las luengas peregrinaciones hacen a los hombres discretos". Viajar nos hace más discretos; conocer otras culturas, otras costumbres, otras maneras de sentir, otras comidas nos hacen menos estúpidamente necios y ayuda a que se nos desaparezca la soberbia-ese pecado que figura y con razón como uno de los mortales- El delfinario vale la pena, y no me cabe duda de que lo conocerás apenas puedas. Estoy segura de que te encantará.
ResponderEliminarAlfa; me encantó esta entrada. Para que te de un poquito de rabia te contaré que en Barcelona, me fui por las mías al Parque Güell. Maravilloso.
ResponderEliminarRespecto a los tan mentados tours, es verdad, cuando he viajado en alguno de ellos, te llevan a donde quieren , ves poco, lo que te interesa te lo pasan de largo. Está muy bueno, dentro de las posibilidades de cada uno, averiguar primero y luego tratar de concretar aquello que puede gustarte. Una experiencia inolvidable es conocer un lugar con un nativo que lo ame y te muestre esos lugares increíbles fuera de los circuitos. Saludos.