|
Normas para convivir pacíficamente en nuevos entornos virtuales ( Imagen tomada de Internet) |
Terminé un muy interesante microtaller del
Plan Ceibal, sobre “el uso educativo de
las redes sociales”. Comprobé que la tecnología sigue avanzando y que si no
sigo haciendo esfuerzos por “aggiornarme
” en breve me va a pasar por encima. Felizmente,
en estos entornos virtuales se trabaja en forma colaborativa, hay tutoras,
dinamizadoras, colegas y uno-lentamente, cual vieja tortuga tecnológica- va
saliendo a flote de a poquito. Por eso,
retomo este tema de las “netiquetas”.
A mí nunca me gustó
discutir. Ningún tema me parece digno como para enfrascarme en una polémica. Siempre he pensado que cada
cual debe ir con su cada cuala. Eso sí, que no me molesten ni me traten de
convencer de que me conviene tal o cual
candidato, o partido, o club de fútbol, o dejarme las canas, o un vestido o pantalón o
blusa o lo que sea. Con la edad que tengo, creo que me gané el derecho a pensar
lo que se me cante sobre la mayoría de los aspectos. Tampoco intervengo en nada
que dé posibilidad a que se planteen divergencias. No lo hago por cobarde, lo hago por respeto, a mí
misma y a los otros.
Por esa razón, desde los primeros cursos que hice para aprender a “moverme” en las redes sociales, traté de aprender muy bien
las reglas que rigen estos novedosos entornos. Después, con el tiempo, fui
agregando las mías.
Hay muchas, pero lo cierto
es que no veo que todo el mundo las maneje con eficacia, por eso hoy tomé este
tema para garabatear algunas básicas que son indispensables. Se encuentran en
muchas páginas de Internet, pero como no las veo bien aplicadas, insisto. Las netiquetas, constituyen “la
vestimenta” que adorna nuestros dichos, nuestras fotos, nuestras elecciones
para mostrar. Y de la misma forma que no vamos zaparrastrosos a una fiesta
elegante, tampoco debemos dejar de “vestirnos” para presentarnos en esta nueva
sociedad.
1) Colaborar para crear un ambiente
agradable.
|
Es fundamental la diplomacia para manejarnos eficazmente en las redes sociales (Imagen tomada de Internet) |
Esto
significa que hay que seleccionar bien a los amigos, y también hay que elegir
muy bien las palabras para escribir en nuestro muro. Cualquier “anomalía” puede
ser malinterpretada. Es necesario ser amable y cordial. Se puede emplear-a mí
me encanta- el humor negro- pero hay que saber –por eso hay que elegir
cuidadosamente a “los amigos”- quién nos va a leer. No se puede criticar en
forma mordaz y esperar que el otro nos aplauda. Por lo tanto, si somos de
partidos o de clubes de fútbol diferentes, no colguemos un vídeo ofensivo
contra el partido o el club contrario. Primero porque no hay necesidad: tenemos
que ser conscientes de que los partidos se han sucedido en el poder, y no vale
ninguno más que el otro. A esta altura del partido-precisamente- todos sabemos
que más o menos son “el mismo perro con diferente collar”. Y se diga lo que se
diga y se prometa lo que se prometa, se sabe que cada uno trata de arrimar agua
para su molino. Si el candidato que ha ganado la Presidencia no nos gusta- lo
que puede suceder sin lugar a dudas- seamos discretos con lo que expresemos. No
lo maldigamos. Ni a él ni a su señora. Esperemos más tiempo para ver bien si
“cojea” o no. ¿Quién sabe? Quizás sea de todas maneras una buena opción. O no.
Y si no lo es, sepamos que, como estamos en democracia, después de cinco años se puede cambiar. El
poder no es para siempre. Ni el político ni
ningún otro. Y los uruguayos añosos, lo sabemos muy bien. En el correr
de los años, hemos visto muchas transformaciones. Seamos pacientes.
2) Críticas y/o comentarios
Mucho
cuidado con este aspecto. Aprendamos a usar la moderación y la discreción. El
sarcasmo es un recurso del lenguaje pero empleado en forma desmedida nos arriesga a recibir-del
mismo modo- comentarios mordaces. Hay una verdad de Perogrullo que siempre hay que
tener en cuenta: si se vulneran los derechos de otros, también los propios
podrán ser vulnerados de la misma manera.
Hay que evitar a toda costa la humillación.
Nunca se puede/ -o no se debe- hacer una
“corrección”- ortográfica o de léxico o de sintaxis-la que sea- en el muro, de otra persona que tiene títulos
universitarios obtenidos con “sangre, sudor y lágrimas”. La autoestima es uno
de los mayores valores que tiene una persona. Si se lastima, ya nada volverá a
ser igual. Si hay una duda, o si realmente esa persona escribió algo mal- y
nosotros estamos seguros de que es así- lo que hay que hacer, si no podemos con
nuestro genio corrector, es mandarle un mensaje privado con lo que a nosotros
nos parece que hay que corregir. El mensaje privado tiene la virtud-por suerte-
de ser “privado”. Será entre esa persona y uno. En cambio, si se lo escribimos
en el muro, “la escrachamos”- como se dice en la jerga policial- la dejamos
“pegada”, porque ahí lo lee todo el
mundo. Y esa persona se sentirá vapuleada por alguien que –probablemente- sepa
mucho menos que ella, pero que busca joderla por un error que quizás se debió a
la prisa por escribir. Es notorio que lo que quiere es hacerla pasar un mal rato y sobre todo,
dejarla mal con los lectores de su muro.
3) Respeta tu privacidad y la de los
otros
|
Un poco de buen humor puede matizar una situación (Imagen tomada de Internet) |
Las
redes sociales son unos potentes sistemas de comunicación, pero precisamente
por eso, debemos ser cuidadosos con la privacidad. No debemos-de ninguna
manera- publicar y/o etiquetar fotos sin el debido permiso de los involucrados.
A lo mejor hay alguna foto que al otro no le gusta, no se ve bien, no tiene los
ojos claros, se ve demasiado gordo. En fin. Respetemos sus criterios. No la
publiquemos sin su autorización. Tampoco
hay que divulgar- en público- y cuidado, los muros son públicos- intimidades
que alguien haya confiado. En realidad
las redes sociales no deberían ser utilizadas como confesionario, pero si
alguien cuenta algo personal, nuestro
deber es contestarle de la forma más cordial posible-mejor si es por mensaje
privado- evitando por todos los medios de que esa información se propague.
4) No aceptar todas las solicitudes de
amistad, ni participar en nada que no sea de interés
Es
muy usual que en las redes sociales aparezcan páginas pidiendo aprobación por
medio del clásico “me gusta”. Si no se está seguro, no hay obligación de
aprobar. Tampoco hay que aceptar a todas
las personas que piden “amistad”. Si no
se conoce a alguien, hay que fijarse en
la lista de sus amigos y si hay alguno
que se conozca, se le puede preguntar, por
mensaje privado quién es esa
persona y si vale la pena tenerla en la lista. A mí eso me ha pasado con
frecuencia. Escribo en un blog, es fácil
encontrarme porque estoy con mi
verdadero nombre, y dos por tres me “cae” algún pedido de “amistad” de gente
que no conozco. Más de una vez, acudiendo a los conocidos de conocidos me
sugirieron la no aceptación. Por lo cual, no lo hago. No es
ningún pecado. Uno tiene derecho a elegir a quién quiere de amigo y a quién no.
5) No continuar con amistades nocivas, o con las que no se perciben sus intenciones con total claridad
No es obligatorio continuar con una
amistad que resulta molesta o agraviante. Todas las redes sociales tienen dispositivos para borrar a
los “indeseables”. Tampoco hay porqué aceptar invitaciones a juegos o a cadenas
o a páginas que no son de nuestro agrado. Si algunas personas-aunque han sido
advertidas- siguen insistiendo en mandar lo que no nos gusta, simplemente se “borran” de la lista de amigos. De esa manera
no molestarán más, y, poco a poco habrá una lista “selecta” o “depurada” de la gente con la cual poder
departir sin agravios. No es necesario ni se debe ser nunca agresivo. Basta con un “no va más” discreto. Y “a otra cosa,
mariposa”. O, dicho de otro modo: “A otro perro con ese hueso”.
6) Ser responsable
Las redes sociales no son
un juego, tenemos que ser responsables de lo que publicamos, compartimos,
escribimos. Si hay dudas, o temores, en relación a la experiencia con las
redes, siempre hay algún colega, algún amigo de confianza a quien consultar
para que nos ayude a salir de “la Troya”. Con seguridad que lo hará porque una
de las virtudes de estos nuevos entornos está focalizada en la colaboración
para compartir, aprender y disfrutar.
7) Utilizar –siempre que se pueda-
expresiones positivas. Si no es posible, abstenerse de hacer comentarios
sarcásticos, agresivos, o hirientes.
Hace muchos años, un amigo me regaló un
libro que me resultó muy útil. Se llama “Como ganar amigos e influir sobre las
personas” de Dale Carnegie. Para algunos es un “manual de buenas costumbres”, para
otros un libro alcahuete o hipócrita. A
mí, me enseñó que vale más una expresión amable o dirigida con buenos modales que cualquier expresión agresiva o fuera de
tono. A veces, sin que nos lo
propongamos podemos “herir” a alguna persona susceptible. No hay nada más
hiriente que unas palabritas en contra de nuestro querido cuadro de fútbol- por
ejemplo- Y lo pongo como paradigma porque el fútbol es uno de los temas que
provoca más urticaria-. A mí no me gusta que me hagan bromas sobre fútbol. Soy
de Peñarol, por herencia, mi padre lo era, y aunque no sé ni siquiera cuáles son los nombres de
los jugadores actuales porque no vivo prendida a la actividad futbolera, igual me importuna enormemente que me tomen el
pelo con el cuadro de mis amores.
En el terreno político soy peor. No soy
frenteamplista-para mí el FA, actualmente, es otro partido más-, y tampoco me
merecen confianza ninguno de los otros partidos. Procuro estar informada pero
como no confío en ninguno, tampoco espero milagros. De todos modos, fiel a la consigna de no agredir, no
pongo-nunca- nada injurioso en ningún muro. Simplemente: como no puedo decir
nada positivo, sin ser hipócrita, no
hago comentarios.
8) Las netiquetas son la vestimenta con la cual
nos presentamos a los demás.
Por
lo cual es absolutamente necesario recordar que lo que no nos gusta para nosotros,
tampoco debemos usarlo contra los demás. Jamás se le debe decir a nadie que: “está
equivocado”. Esa persona, puede pensar de manera diferente a la nuestra, y
tiene pleno derecho a hacerlo. No somos los “dueños de la verdad”.
El
terreno de la opinión es muy vasto y demasiado susceptible para pensar que únicamente
nuestro criterio es el válido. Hay otros que –aunque no nos gusten- merecen
nuestros respeto. Recordemos las palabras de Evelyn Beatrice Hall- cuyo
seudónimo era: Stephen G. Tallentyre- biógrafa de Voltaire- a quién
erróneamente se le atribuyeron:
“Estoy en desacuerdo con lo que dice,
pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”:
Estas consideraciones que
desarrollé no son las únicas, pero sí son básicas y si logramos tenerlas en cuenta con eficacia,
seguramente nos moveremos en estos nuevos entornos con alegría compartiendo lo
que nos gusta, y sobre todo, aprendiendo con los otros-que es una de las
mejores formas de aprender-
|
"Hay tabla"- ( hay un golpe) si se transgreden las normas (Imagen tomada de Internet) |