Lillete Dubey como la Sra. Kapur y Richard Gere como Guy Chambers |
Otro
filme para regocijo de veteranos
“Es
la clase de película que te da la respuesta perfecta para cuando tu madre o tu
abuela te llaman y te preguntan ¿Qué podría ir a ver con las chicas después de
nuestra partida semanal de canasta?” Chris
Nashawaty Entertainment Weekly.
El 6 de diciembre de 2012
comenté la película “El exótico hotel Marigold”- que había alquilado en el finado
“Blockbuster”-. Fui a ver la segunda,
esta vez en el cine. Fiel a mi consigna
de siempre, no leí ninguna crítica. Simplemente confié-como hago habitualmente-
en mi propio gusto. Si la primera había sido entretenida,-como ya comenté -
suponía que la segunda no tendría motivo para no serlo. Por supuesto que no
esperaba una película del estilo de Bergman- ni la buscaba tampoco- En esta etapa de la vida prefiero cine liviano;
tanto como un amigovio libre,-condición indispensable- con todas las cualidades
que ya enumeré en mi artículo anterior. También,
si es posible con la apariencia de Keanu Reeves, o, puede ser ¿Por qué no? la de Richard Gere. Y
si no es así: “A otra cosa, mariposa.” La verdad, es que para
sufrir, basta la propia vida y sus circunstancias. En lo posible, procuro la
felicidad, no las torturas psicológicas- que por otra parte acuden solas, sin
que las convoque para nada-.
Fui al cine en una hora
temprana que es más cómoda porque es menos concurrida. Cuando me habitué a la
penumbra vi que la mayoría éramos
mujeres de edad provecta, algunas solas, otras con amigas. Incluso, ya empezados los
comerciales, “cayeron” unas cuantas más con bastones y mucha torpeza para
ubicarse. Por supuesto que no me extrañó porque las de la tercera o cuarta
edad, también tenemos derecho a que haya películas para disfrutar como gorrinos
en un charco (la expresión la leí en algún artículo de Pérez-Reverte y me
encantó-aclaro que los gorrinos son cerditos-). En esta nueva versión tenemos
a Sonny (Dev Patel) llevando a cabo su sueño de expandir su hotel
para “personas mayores y encantadoras”. Entre esas “personas mayores y
encantadoras” está el elegante y buen mozo Richard Gere, encarnando al inspector Guy Chambers y, comiéndose la película.
Sobre su soberbia
apariencia, puse un comentario en facebook que suscitó urticaria. No era para tanto
el alboroto. No me vengan con que no actúa como en otras películas, con que lo
pusieron para que llevara público de
nuestra edad y que tal y cual. La película con él no precisa nada más. Se
deja ver-completa-, mientras se come un buen envase grande o mediano, -según con
quién vayas- de pochoclo, pororó
palomitas o pop corn- que sustituyó a la
docena de bizcochos de la panadería de la esquina del cine de barrio-, mientras una disfruta la vista con el
panorama- de la India y sus alrededores-
¿John Madeen no es Ingmar
Bergman? ¡No! ¡Claro que no! ¡No necesita serlo! Yo ya no veo más películas, ni hago nada que me
provoque sufrimiento. Las pelis, las elijo- si me resulta posible- livianas, solo de vez en cuando, me animo con algún
drama, siempre y cuando tenga ganas de verlo, pero, en general, en los últimos
tiempos me inclino por lo intrascendente. Y si es de mi edad y para mi edad,
¡mejor! Las ácidas- aunque risueñas- palabras de Chris Nashawaty, con las que di comienzo a esta entrega-
indican una visión estrecha de una persona que piensa que la vejez no le va a
llegar nunca, y que si llega hay que consultar con alguien más joven para pedir
consejo sobre algún filme adecuado para
ver con las “chicas”-(todas ellas “mayores” porque son las madres o las
abuelas) como que no hubiera criterio
formado, o derecho a seleccionar por una
misma, a pensar, a desear, a jugar. No estoy de acuerdo. Envejecer es un
arte. Se puede envejecer convirtiéndose en
una ácida persona imbancable, cargada de arrugas y de mal humor, o se
puede envejecer como Richard Gere-que mantiene su figura, su porte y su encanto,
hasta en el tono de la voz-.
Es una elección
personal, que debe comenzar en primer lugar,
tomando distancia de los que nos dañan, esos torpes seres cuyas ondas
negativas perturban cualquier buen espíritu, y sobre todo, tratando de mantener
el buen humor, un propósito de vida, rodeados de seres positivos, luminosos, jóvenes, cuya
energía se nos contagie. Lo demás vendrá por añadidura.
Y a la película “El
exótico Hotel Marigold -Dos-“si pasaron la cincuentena, mantienen el buen humor
y les gusta Richard Gere, vayan a verla.
Si son jóvenes, absténganse. Hay otras especiales, de “rompe y raja” en
cartelera para ustedes.