miércoles, 27 de mayo de 2015

"EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD PARA PERSONAS MAYORES Y ENCANTADORAS-DOS- "

Lillete Dubey como la Sra. Kapur y Richard Gere como Guy Chambers

Otro filme para regocijo de veteranos

“Es la clase de película que te da la respuesta perfecta para cuando tu madre o tu abuela te llaman y te preguntan ¿Qué podría ir a ver con las chicas después de nuestra partida semanal de canasta?”  Chris Nashawaty  Entertainment Weekly.


El 6 de diciembre de 2012 comenté la película “El exótico hotel Marigold”-  que había alquilado en el finado “Blockbuster”-. Fui  a ver la segunda, esta vez en el cine.  Fiel a mi consigna de siempre, no leí ninguna crítica. Simplemente confié-como hago habitualmente- en mi propio gusto. Si la primera había sido entretenida,-como ya comenté - suponía que la segunda no tendría motivo para no serlo. Por supuesto que no esperaba una película del estilo de Bergman- ni  la buscaba tampoco- En  esta etapa de la vida prefiero cine liviano; tanto como un amigovio libre,-condición indispensable- con todas las cualidades que ya enumeré en mi artículo anterior.  También, si es posible con la apariencia de Keanu Reeves, o,  puede ser ¿Por qué no? la de Richard Gere. Y si no es así: “A otra cosa, mariposa.”   La verdad, es que para sufrir, basta  la propia vida y  sus circunstancias. En lo posible, procuro   la felicidad, no las torturas psicológicas- que por otra parte acuden solas, sin que las convoque para nada-.
Fui al cine en una hora temprana que es más cómoda porque es menos concurrida. Cuando me habitué a la penumbra vi que  la mayoría éramos mujeres de edad provecta, algunas solas,  otras con amigas. Incluso, ya empezados los comerciales, “cayeron” unas cuantas más con bastones y mucha torpeza para ubicarse. Por supuesto que no me extrañó porque las de la tercera o cuarta edad, también tenemos derecho a que haya películas para disfrutar como gorrinos en un charco (la expresión la leí en algún artículo de Pérez-Reverte y me encantó-aclaro que los gorrinos son cerditos-). En esta nueva versión tenemos a  Sonny (Dev Patel)  llevando a cabo su sueño de expandir su hotel para “personas mayores y encantadoras”. Entre esas “personas mayores y encantadoras” está  el elegante y buen mozo  Richard Gere, encarnando al inspector Guy Chambers y, comiéndose la película.
Sobre su soberbia apariencia, puse un comentario en facebook que suscitó urticaria.  No era para tanto el alboroto. No me vengan con que no actúa como en otras películas, con que lo pusieron  para que llevara público de nuestra edad y que tal y cual. La película con él no precisa nada más. Se deja  ver-completa-, mientras se come  un buen envase grande o mediano, -según con quién vayas-  de pochoclo, pororó palomitas o pop corn- que  sustituyó a la docena de bizcochos de la panadería de la esquina del cine de barrio-,  mientras una disfruta la vista con el panorama- de la India y sus alrededores-
¿John Madeen no es Ingmar Bergman? ¡No! ¡Claro que no! ¡No necesita serlo! Yo ya  no veo más películas, ni hago nada que me provoque sufrimiento. Las pelis, las elijo- si me resulta posible- livianas,  solo de vez en cuando, me animo con algún drama, siempre y cuando tenga ganas de verlo, pero, en general, en los últimos tiempos me inclino por lo intrascendente. Y si es de mi edad y para mi edad, ¡mejor! Las ácidas- aunque risueñas- palabras de Chris Nashawaty,  con las que di comienzo a esta entrega- indican una visión estrecha de una persona que piensa que la vejez no le va a llegar nunca, y que si llega hay que consultar con alguien más joven para pedir  consejo sobre algún filme adecuado para ver con las “chicas”-(todas ellas “mayores” porque son las madres o las abuelas)  como que no hubiera criterio formado, o  derecho a seleccionar por una misma, a pensar, a desear,  a  jugar. No estoy de acuerdo. Envejecer es un arte. Se puede envejecer convirtiéndose en  una ácida persona imbancable, cargada de arrugas y de mal humor, o se puede envejecer como Richard Gere-que mantiene su figura, su porte y su encanto, hasta en el tono de la voz-.
Es una elección personal, que debe comenzar en primer lugar,  tomando distancia de los que nos dañan, esos torpes seres cuyas ondas negativas perturban cualquier buen espíritu, y sobre todo, tratando de mantener el buen humor, un propósito de vida, rodeados  de seres positivos, luminosos, jóvenes, cuya energía se nos contagie. Lo demás vendrá por añadidura.
Y a la película “El exótico Hotel Marigold -Dos-“si pasaron la cincuentena, mantienen el buen humor y les gusta Richard Gere,  vayan a verla. Si son jóvenes, absténganse. Hay otras especiales, de “rompe y raja” en cartelera  para ustedes.
       





Envejecer así es un arte 

      




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