sábado, 9 de mayo de 2015

ELECCIONES

Acá voté las tres veces

Muchas cosas en la vida están basadas en las elecciones. Se elige una prenda de ropa,  un perfume, un apartamento, un auto, un amigovio, o un amante. Depende de las circunstancias. Lo malo es que no siempre lo que se elige da las satisfacciones esperadas.
La prenda de ropa, después de puesta sobre nuestro cuerpo, no luce como en el maniquí que vimos en la vidriera-evidentemente el maniquí era esbelto-.
El perfume que nos encantó cuando la vendedora nos puso una gota en la mano, después de pagado a precio de oro, diluye su aroma en un abrir y cerrar de ojos.
 El apartamento tiene humedades por todos  lados-nadie de la inmobiliaria  nos lo advirtió- el auto, no rinde el kilometraje esperado, el amigovio, exhibe excesivo interés por el fútbol y por su amado celular, y el amante es casado. No se puede quedar a dormir con una. Con lo lindo que sería poder  arrimarle los pies helados ahora que ya empezó el frío. Una verdadera pena. La política también. En Uruguay nos hemos pasado más de un año con elecciones. Las ofertas fueron de todos los colores y de todos los partidos. Nos avasallaron con la propaganda-usualmente denigrándose los unos a los otros-. Los predictores le erraron como a las peras, mal de los oídos, y también mal del olfato. No olieron nada de verdad. Ahora, nos tocó la última-creo- Después de mucha propaganda por unos y por otros: las elecciones para  las Intendencias departamentales. Más o menos todos prometen de lo  lindo-como usualmente lo hacen- pero luego de llegar al poder,  “a otra cosa, mariposa”. Si te he visto no me acuerdo.
En las elecciones presidenciales anduve a la caza fotográfica por las cercanías. Es una manera divertida de “tomarle el pulso a la república”-viejo dicho que se usaba hace años-.
Lo más llamativo que encontré, fue un cartel en una casa de abajo. Evidentemente se trataba de una propiedad horizontal, con distintos dueños o inquilinos. La de arriba lucía el cartel de la 71. La de abajo, un cartel de un “No a la baja”-impreso- con una leyenda  a mano que decía “Acá no votamos a la 71”. Y ya estaba todo dicho.
Acá NO votamos a la 71 

Arriba sí  votamos a la 71 

























Uno de los grandes problemas es la inseguridad. Pese a lo que dicen los políticos que detentan el poder, es muy difícil caminar por la calle, sin que un delincuente no te tire al piso con violencia  para robarte. Lo mismo si andás en el auto. Unos  niños que no levantan ni un metro del piso, mientras parás en el semáforo,  te rompen el vidrio del acompañante  para hurgar debajo del asiento-lugar privilegiado donde las mujeres meten las carteras- Una  de las pruebas de que la inseguridad  no es moco de pavo y va en aumento cada vez más, es la cantidad de rejas que hay colocadas por todos lados. Aquí tienen el quiosquito de Ellauri, y nada más y nada menos que la Iglesia de Punta Carretas, también enrejada. En el portal de la casa de Dios, se venían a dormir muchos “sin techo”,   y el  cura será muy piadoso pero puso coto.


La casa de Dios, también enrejada 


Quioskito Ellauri enrejado 

El reclamo de la población es general. Todos prometen que van a combatir la inseguridad. Lo cierto es que vamos de mal en peor.
La propaganda ha sido –y es- variopinta. Pero también es engañosa. En un “edificio de alta gama”-como se suelen apodar ahora- apenas había un solitario y triste cartel de la 15.

En un barrio de "alta gama" cartelito de la 15-uno solito nomás- 

Por la misma zona pude observar una placita-que estuvo abandonada durante mucho tiempo- que estaba siendo refaccionada. Es como una manera de decir: “¿Ven como la Intendencia colabora con los vecinos? ¡Miren qué linda que la estamos dejando!” 

En época de elecciones la IMM arregla la placita ¿Ven cómo trabajan para dejar divina la ciudad? 

Un lindo detalle fue el carnaval que se armó en la Rambla de Pocitos. Distintos partidos, distintas consignas, distintos colores, en la lucha por ganar el primer puesto. ¿Por qué no? Al principio parecía un sueño imposible. Ya no.

Carnaval de colores y de propuestas 

Dejé para lo último un toque de humor-no todo puede ser tan negativo-En una vidriera: se venden “salceras” y “Salcera”- El que escribió estos cartelitos, no se enteró de que la “salsa” además de ser un baile y una preparación gastronómica, va con “s” y-como rasgo de familia- el resto de las palabras que la aluden, también.

Se vende "salcera" ¿qué será? 

¡Hay de todo en la viña del Señor!
Y que nos siga asistiendo para seguir viviendo en esta ciudad, sean quienes sean los gobernantes de turno elegidos.





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