Dos novelas de imprescindible lectura |
A partir del 7 de agosto de 2015, se comenzó a celebrar en
el Centro Cultural de España la llamada “Semana negra” con invitados
extranjeros y nacionales. Variados. Tanto, que entre los extranjeros va a
concurrir un ex delincuente devenido escritor: Daniel Rojo, apodado obviamente,
“El Rojo”.
Hay autores que diferencian la novela policial de la novela
negra y para ello se apoyan en la idea de que la “novela negra” es producto de
la crisis. En fin. Demos un vistazo a algunos personajes de la novela negra. Es
evidente que para que sea “negra” tiene que tratar de delitos y, que para “descubrir” culpables es
absolutamente ineludible la figura del investigador privado, detective, o
policía. No hay duda de que son necesarios. No todos los autores encaran la
creación de personajes de la misma manera, pero, creo que Philip Marlowe todavía sigue en el tapete como un modelo
clásico. En general, en casi todos estos investigadores privados, se puede constatar una manifiesta afición por la bebida- si es bourbon mejor- una buena
dosis de cinismo, y una especie de inocencia que los lleva a cometer errores.
Encontramos novelas que no admiten una casilla única. “El peso del corazón” de Rosa Montero, es una de ellas. Nos volvemos a encontrar con un personaje que Rosa quiere mucho: la
célebre Bruna Husky de “Lágrimas en la
lluvia”. Cuando hice el primer
comentario lo titulé “La muy humana Bruna Husky”. (Si no lo leyeron y lo
quieren leer está en este blog publicado el 11 de noviembre del 2012). Bruna es
una detective. No voy a repetir acá lo que ya comenté, simplemente voy a
recalcar que este personaje tecnohumano, androide, o replicante- de todas esas
maneras es llamado- sigue en esta otra novela teniendo “esa humanidad” que se
vio en el relato anterior. Por ejemplo: continúa siendo sumamente sexual. Tiene muy buen sexo con el sobón o táctil que le mandan de “terapia”. Y se lo come con fruición y sin ningún aderezo,
pero el mayor motivo de sus desvelos es
el Inspector Paul Lizard,- que huele a bosque o a cedro-. Es “humana” por todos
lados: experimenta sensaciones
gustativas, olfativas, tiene sentido estético-artístico- y, además,
sentimientos. Por eso, después del sexo, necesita ternura. No quiere que el tipo se
levante, se lave y se vaya. Lo quiere tener a su lado, acariciándola y
mimándola:
“De pronto, a Bruna le urgió obtener una prueba de que ella
le importaba algo a él. Necesitaba un beso, un susurro, una caricia. Una
mirada. Pero el corpachón del hombre sólo trasmitía ensimismamiento,
indiferencia, frialdad.” (…)
(…) “Algo más, algo más. La androide necesitaba
desesperadamente algo más que esta humedad pringosa, este vacío. Por el gran
Morlay, necesitaba sentimientos. Que Lizard no se fuera. Que la abrazara. Que
la quisiera.” (pág. 107)
Los deseos de Bruna son los de cualquier mujer que se precie:
que el sexo sea bueno, sí, claro, pero
que después se afiance en la ternura.
Bruna concebida como
una tecno-humana detective es alta, esbelta y de combate. Participa de
investigaciones, a veces, con cierta torpeza o inocencia, que también exhiben-en
otras novelas- muchos de sus colegas hombres.
Otra característica que mantiene Bruna en esta segunda
novela es el sentido de la finitud: las tecnohumanas monterianas viven diez años. Nacen con 25 y mueren
indefectiblemente a los 35. Ella cuenta día a día cuánto le queda de vida.
Consulté en el Club
de Libros Rosa Montero sobre el género de la novela “El peso del corazón”:
¡Hola gente! Acá en Montevideo, empezó hoy la llamada
"Semana Negra"- en el CCE (Centro
Cultural de España). Nos visitan varios escritores extranjeros y nacionales que
han escrito ese tipo de relatos. Yo me pregunto y les pregunto:
"El peso del corazón" ¿Es una
"novela negra" o es una novela de "ciencia ficción"? Salamandra Madrid ¿Tú qué dices? Bruna Husky es una detective, siempre anda envuelta en
"casos", hay asesinatos, sexo, dobles y demás. ¿?
Así me contestó Salamandra Madrid- seudónimo que usa
Rosa Montero en su página-:
Salamandra Madrid Jajaja, es ambas cosas; es una novela de
ciencia ficción y también un thriller, y además es una novela política y una
novela existencial y una novela de amor y.... Varias cosas a la vez. Un besote
preciosa
Es indudable que las novelas que escribe Rosa son
“multifocales”, y por lo tanto difíciles de encasillar.
Por eso, en la contratapa dice esto:
"El peso del corazón
es un thriller, una novela de aventuras política y ecológica, de fantasía y
ciencia ficción, un relato mítico, un cuento para adultos, una reflexión sobre
la creación literaria, una metáfora sobre el peso de la vida y la oscuridad de
la muerte…¡Y una historia de amor! "
Lo cierto es que
muchas novelas actuales son así:
variopintas y con personajes vulnerables.
La novela de Hiber Conteris, “El rastro de la serpiente”, tiene también características múltiples,
aunque se afiance más firmemente en el género de la novela negra:
“El rastro de la
serpiente” se inscribe dentro del género novela negra ya frecuentado por su
autor en El 10% de su vida, El séptimo
año: la búsqueda de Ground Zero y en algunos cuentos. En esta ocasión,
Conteris sitúa el escenario de su nueva novela en el estado de Ohio, Estados
Unidos, donde dos antropólogos (uno mexicano, el otro rioplatense) en medio de
un ambicioso proyecto que intenta
vincular las culturas indígenas y prehistóricas de ese estado con las culturas
del valle de México, se ven involucrados en la desaparición de una seductora
mujer, periodista y crítica de arte, cuya búsqueda está en manos del implacable
comisario del condado donde se produjo el hecho. El lector se verá atrapado en
una trama que mezcla la intriga policial con la exploración de las culturas
selváticas de la región (el famoso monumento conocido como “el túmulo de la
serpiente”) mediante un sostenido suspenso y una estructura narrativa que imita
el ritual de los antiguos sacrificios de esas culturas.” (contratapa)
La novela se abre con un epígrafe que llama la atención:
"Hay tres cosas difíciles de conocer y una cuarta imposible:
el rastro de una serpiente sobre la piedra, el del pájaro en el aire, el del
navío en el agua, y el del hombre en la mujer". (Proverbio atribuido a Salomón)
En la cuarta premisa, se enfatiza la imposibilidad de conocer qué rastro deja el hombre en la mujer. Sin embargo, yo creo que si la relación ha sido intensa, y ha
permanecido a través de los años, con seguridad que ha calado en la profundidad
del alma. El "rastro" no será visto, pero sí intensamente sentido. Es más que probable que quede aunque sea imperceptible a simple vista, en los dos.
Los antropólogos de esta novela no son detectives, pero sí
investigadores. Los personajes tienen nombres significativos,- y no es porque a
mí se me haya ocurrido que los tengan sino porque algunos están explícitamente explicados-:
Eilan Cester
"Su abuelo era galés, había druidas y nigromantes entre sus
lejanos progenitores, había ciertamente un futbolista internacional, y sus
padres habían consentido en ese absurdo nombre, Eilan, que nadie acertaba a
comprender de dónde provenía o a qué santo invocaba, hasta que Cester explicaba
que en gaélico, eilan, significaba
isla y el onomástico le había sido impuesto por el centrofóbal o el abuelo, no
lo sabía muy bien, en recuerdo de un arrecife de basalto frente a la nativa
población de Fishguard, en el reino de Wales, desde donde sus antepasados se
lanzaban a la pesca del arenque, la langosta, bogavantes y cuanto crustáceo
cayera en la red o en el esparavel". “(p.37)
Soan
“Soan, Soan… - murmuró- (Cester) sabía que ese nombre me
decía alguna cosa.
¿Qué le dice a usted? Para mí siempre fue un
misterio.
Es el nombre genérico de la tradición de
los instrumentos tajaderas de la India.
Repita eso.
Las tajaderas. ¿Sabe de qué se trata?
Algo que sirve para tajar, supongo.
Eso mismo. Se aplica a cierto tipo de cuchillas
en forma de hoz o media luna. En la India hay toda una tradición muy antigua de
esos instrumentos." (p.74)
Soan tiene además un cuerpo atractivo- y se destaca en ella, más de una vez- su
parecido con la actriz Ali McGrawn de Love
Story:
“Se había entubado en un vestido enterizo de blouclé gris perla que resaltaba cada
una de las anfractuosidades de su cuerpo y acentuaba los negros reflejos de
ónice de la melena Ali McGraw y la intensa sugestión de los ojos basálticos.” (p. 60)
Ali McGraw con su gato. De la época de Love Story Imagen tomada de Internet |
Patricio Adena
El antropólogo
mexicano, lleva un nombre connotativo-“patricio” significa de noble estirpe- y su apellido remite a una cultura amerindia.
Just Priesthood
El comisario-sabueso, el sheriff
que quiere resolver el enigma. Su nombre Justo- no necesita explicación y su apellido
significa: sacerdocio. (Averigüen porqué.)
Sybil McPrey
La sirena, la nadadora, o la mujer tiburón. Sybil significa profetisa,
y el apellido remite a “presa”.
Hay-además de la trama policial con desaparición,
investigación, sospechas y muerte, otra trama subyacente que se enlaza con lo religioso desconocido. Hay referencias al misterio de los Hopewell –que no
dejaron nada escrito- y también a la Iglesia Nativa Americana y sus ceremonias
con el peyote.
El peyote fue tenazmente perseguido y prohibido por las
autoridades estadounidenses y también con la misma tenacidad, los indios se
empecinaron en seguir usándolo. Finalmente, fue autorizado para sus ceremonias religiosas-no sin cierta
animadversión -
También está presente en esta novela esa persecutoria
obsesiva, que se enreda con la trama principal.
Artículo tomado de Internet |
Hay también- no podía faltar- una historia de amor que se
entrelaza y desvanece entre el fragor de
los acontecimientos. El centro primordial es Soan- “la que taja”, Patricio- “el
de noble estirpe” y Eilan, “la isla” –aunque hay un cuarto más, no lo tomo en
cuenta, porque lo esencial ocurre entre estos tres- Y les dejo que descubran
con quién –supuestamente- se quedará “la que taja”.
“El rastro de la serpiente” entra más holgadamente en la
categoría “novela negra” que “El peso del corazón”. Y no les cuento nada más. Lean las novelas. Ambas
se dejan leer con gusto.
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