viernes, 20 de octubre de 2017

BLADE RUNNER 2049

"K"- o Joe-, con Joi- el holograma casi humano- ( Imagen tomada de Internet)


Después de la desagradable noticia del cierre del Club de los Grandes, - o después de cualquier otro evento negativo- tengo que volver  a armarme nuevamente para seguir adelante. Eso lo aprendí desde muy pequeña, y de a poco una se va rehaciendo o proyectando en otras actividades. El cine, suele ser un entretenimiento que  me arranca de los malestares. Lógicamente no desaparecen del todo, pero se alivian. Por eso, fui a ver esta película. Tengo una buena cantidad de amistades que no van a ver pelis  de ciencia-ficción ni atadas, pero yo sí. Así que fui apenas se estrenó.
Para los que vimos la primera Blade Runner hace muchos años, es un “desprendimiento” actualizado, porque se retoman antiguas temáticas pero con la parafernalia tecnológica que tenemos hoy en día.
Se agrega, con gran acierto, la actuación impecable de Ryan Gosling, en su papel del “agente K”. No sé si haberle puesto esa letra como denominación, tendrá algo que ver con el “K” de Kafka, quizás sí. Hay algo sereno, frío y misterioso en la vida de ese ser, que ha sido designado y probablemente confeccionado para perseguir y matar a los  modelos antiguos que lograron huir. Ese es el comienzo de la película. “K” se mete en un mundo hostil, caído y destruido para “cazar” a un prófugo. Su actuación como “exterminador” es apabullante. Sin embargo, empiezan a entrar en la filmación, aspectos inquietantes. Unas flores vivas- en un mundo que se murió hace rato- una fecha que tendrá mucho que ver en todo el desarrollo posterior.
Si bien se ve que “K” obedece ciegamente- para eso fue “construido”- , se van filtrando interrogantes que siembran dudas. ¿Qué es “K”? Un replicante,- es decir una máquina programada para tal o cual función- o un hombre “nacido de mujer”,- o lo que sería aún más milagroso- un ser nacido de una replicante?
Las interrogantes se mantienen –y nos mantienen a los espectadores- en vilo de principio a fin.
También es muy buena la actuación de Ana de Armas en el papel de Joi: “la acompañante virtual” –casi humana- que tiene “K” en su casa. Además de poder cambiar de atuendos, y de salirse de ambiente, aporta detalles, como, por ejemplo, la necesidad de  “tener un nombre”- porque todo ser que se precie lo necesita-. Y ella le da un nombre a “K”- porque siente que es importante- . Lo llama Joe. Las escenas de ternura, el afecto, y  la dedicación que muestra a “K” son  muy humanas-no virtuales-  Y si bien ha sido concebida como un holograma tiene con “K” una empatía extraordinaria, por eso,  exterioriza un deseo profundo de “corporizarse” para satisfacerlo. Él la aprecia, y le corresponde tiernamente. Una actitud muy fuera de lo que se espera de un robot o replicante: tiene sentimientos y los manifiesta, la llama “honey”, por ejemplo, que a mí me suena tan afectuoso como “negrita”. (En fin, hace mucho tiempo que nadie me llama así, y me gusta. Cada una tiene sus gustos.)  A Joi no le importa que ese otro ser-corpóreo- se aproveche de la ventaja de ser real, porque al quererlo tanto, lo único que le importa es hacerlo feliz. No piensa en otra cosa, y por eso, además de brindarle un cuerpo para relacionarse, lo mima entrañablemente.
La  tarea de “limpieza” de “K” se complica porque debe buscar, encontrar y  matar a un  niño nacido irregularmente.
 Son interesantes las pistas que va encontrando y cómo las va uniendo para “armar” el rompecabezas. La memoria, los recuerdos de la infancia, juegan un papel muy especial. Hay-incluso- un “caballito perdido”- de madera- que aparece como un elemento real. Y tiene una intrigante fecha en su base.



Imagen tomada de Internet


Dilucidar esos misterios, revelarlos-aunque no del todo- encontrar a Rick Deckard- el antiguo personaje encarnado por Harrison Ford- presentarle un holograma casi perfecto de la esposa que lo hizo padre, -aunque con diferente color de ojos- son otros aspectos interesantes.
A mí  me gustó. Es larga, pero  volvería a verla. Vale la pena. Y Ryan Gosling también. Obvio.








jueves, 12 de octubre de 2017

SE NOS VA EL CLUB DE LOS GRANDES

 Esencial para disfrutar un espectáculo: un buen barman

Yo empecé a concurrir este año a esta  institución pionera en la agrupación y atención personalizada  de personas mayores. Tenía de todo: peluquería, restaurante, talleres diversos, gimnasia, y entretenimientos. Pero este mes, sorpresivamente, —para los socios—se anunció  que lo cerrarán el 31 de octubre.
Circularon  varios “mitos” con respecto a cómo se ingresaba, qué se requería y demás. Yo no tuve  requerimientos extraordinarios: simplemente, concurrí, me anoté, y el descuento de la cuota me lo hacían de  una tarjeta de crédito. Así de sencillo. Era un club a la medida de cada uno, con una cuota accesible, y buenos servicios. Para los  espectáculos cobraban un boleto artístico y la consumición de comida y bebida acorde a los precios normales del país. Nada del otro mundo.
La forma que eligieron para comunicar el cierre,  fue por medio de una circular, la causal que acusan es no haber podido alcanzar la suficiente cantidad de socios para mantenerlo. Es probable que sea así, indudablemente, sin embargo,  fue un duro golpe. En un mundo que rechaza a los viejos, en este club,  se esforzaron por atendernos de la mejor manera posible. Todos. Porque se formó un grupo humano estupendo: selecto, amable, paciente, dotado especialmente para el buen trato. Todos, sin excepción, se esmeraron por atendernos de la mejor manera posible.  En   el país no hay  ningún emprendimiento de esta naturaleza.
La circular de despedida 



 Incluso tenía un estupendo grupo con dos excelentes instructores de Biodanza. 
Prontas para la biodanza 

Pero caemos siempre en el mismo pozo: sin buenos patrocinadores no hay dinero,  y los que hubo se fueron, buscando mejores oportunidades. El dinero atrae al dinero, no hay manera de sostener instituciones que no se financian a sí mismas.
Por supuesto que se están buscando “soluciones alternativas”, pero este Club desaparece tragado por la falta de viabilidad.  Vuelvo a repetir que  no hay nada igual en el país. Hay sí, instituciones deportivas, o, incluso,  estéticas, pero de ninguna manera con la  dedicación total que se brindó en este club.
No nos quedan nada más que palabras de profundo agradecimiento  por la gentil amabilidad que nos brindaron en todo momento. Otra institución pionera para el recuerdo. Muy lamentable.


lunes, 2 de octubre de 2017

" DOS ALMAS EN LA NOCHE"


Las almas solitarias protagonizadas por Jane Fonda y Robert Redford
( Imagen tomada de Internet)


“Las relaciones sexuales entre gente mayor pueden pasar por situaciones molestas o de cómica indolencia, pero también poseen una ternura que suele escapársele a los jóvenes. Pueden tenerse los pechos caídos, o la pija colgando, pero la piel sigue siendo piel, y cuando alguien te acaricia, te abraza o te besa en la boca, te sigues derritiendo de la misma manera que cuando creías que ibas a vivir eternamente.” 
Paul Auster
“Brooklyn Follies”. Capítulo “Una vida nueva” Primera edición Ciudad Autónoma de Bs.As. Julio 2013  Página 321

Así se llama la última película protagonizada por Robert Redford y Jane Fonda estrenada por Netflix, a cincuenta años de aquella memorable- que todavía soporta que se la vea-  de  “Descalzos en el parque”.  

"Descalzos en el parque" -50 años atrás- 1967

Me pareció una película digna, amable,  actuada con solvencia por estos dos veteranos de la actuación y de la vida—ambos octogenarios—.
El argumento en este caso, no es lo más me interesó. Lo más llamativo—al menos para mí— es el planteo de un mal de la época, en un pueblo, o en cualquier lado: la soledad de la viudez. Después que se ha criado a los hijos, que ya han aparecido los nietos, de todos modos, cuando falta la pareja, se fue, sin lugar a dudas nada más y nada menos que nuestro interlocutor. ¿A quién le contamos qué hicimos durante el día? ¿ Con quién compartimos lo cotidiano? ¿A quién le preparamos nuestras delicias culinarias? ¿Con quién comentamos el último libro leído? ¿O la última película? Y además, algo muy importante: ¿Quién nos abraza en la noche para que nos durmamos pacíficamente? En la película todas estas interrogantes quedan planteadas delicadamente.

Compartiendo lo cotidiano- Imagen tomada de Internet- 

Por esta película, y por estar practicando biodanza, me di cuenta de que lo que plantea esta disciplina, tiene que ver no únicamente con la “danza de la vida”- que sería la etimología más próxima-, sino con el unir a los seres humanos en actitudes que ayuden a descubrir potenciales que- hasta el momento- no habíamos experimentado plenamente. Al mismo tiempo, hay una búsqueda de superación de la carencia emocional- esa soledad habitualmente nocturna- que nos ataca a la noche a los que quedamos viudos. Por otra parte, cuando está bien dirigida por instructores hábiles, con experiencia, es posible mejorar la comunicación humana. Nada más y  nada menos. Además, permite algo que asiduamente, nos lo negamos: el instinto lúdico- los bailes son muchas veces, propuestos como juegos, y de esa manera se estimula el  disfrute de la vida-.
No nos quita la soledad, pero nos estimula al contacto con los otros- no virtual sino físico, por medio de la caricia y del abrazo, que son demostraciones afectuosas de ternura  que la era virtual ha ido dejando de lado casi por completo. Hay sí, muchas manifestaciones de solidaridad por Facebook, por Twitter, y más redes sociales, pero nos “tocamos” virtualmente. Y los seres humanos necesitamos el estímulo del contacto, de las caricias, de los besos y  de los abrazos. Por eso, la biodanza fue extendiéndose más y más, en diferentes regiones y países. Simplemente necesitamos manifestar el amor. Darlo y recibirlo. Eso es lo que nos vuelve más humanos. Sin duda. Basta echar una mirada alrededor. 


  “VIEJO BARRIO QUE TE VAS ”   Desde que vivo en Punta Carretas, el barrio se fue transformando en forma lamentable. Hay construccione...