Por la ciudad, calle Chaná |
Hoy de mañana,
después de unos desagradables análisis clínicos, necesitaba respirar aire puro
y dar una vuelta para calmar alma y cuerpo. Desde la calle Canelones, llegué a
Bvar. Artigas y a mi aire, caminé hasta Chaná, pensando que, si no estaba muy
lejos el Mercado Ferrando, podría tomarme un café con leche, y comerme un par
de esponjosas medialunas, de esas que le vuelven el alma al cuerpo a cualquier
desgraciado. Así lo hice. Para mi asombro, a la primera cuadra de Chaná, empecé a sentir esos olores característicos
de mi infancia- no se trataba de la
magdalena de Proust pero casi- olía a sopas caseras, a tucos, a panadería con
bizcochos recién horneados, y a recónditas madreselvas barriales.
Encontré una
carnicería “a la antigua”- que me despertó recuerdos también, porque viví parte
de mi infancia y adolescencia en un pueblo que se caracterizó durante muchos
años por estar repleto de carnicerías-.
Quedan pocas carnicerías de barrio |
Comprobé también que la viveza criolla
sigue funcionando: como abrió el Mercado Ferrando muy cerca de ahí, ya hay
algún local grande que se ofrece en alquiler, y, con seguridad que si el emprendimiento
progresa tendrá en algún momento algún candidato a inquilino que pueda sacar
buen partido de él.
El local para alquilar, cerquita del Mercado Ferrando |
Casi sin notarlo
llegué al mercado.
Llegué así. |
Encontré las deliciosas medialunas, y el
capuchino humeante.
Delicias del Mercado Ferrando |
Y, como no podía ser de otra manera, también me compré un
libro de crónicas. Muchas ya fueron publicadas en periódicos y revistas:- una de las formas más amenas de difundir conocimiento-. Cuando el autor, que más que nada se reconoce como periodista, es responsable, informa, y antes de informar, investiga. Creo que este el caso.
Mis primeras lecturas de este autor |
A veces, si las
rodillas me responden, emprendo alguna breve caminata para curiosear
alrededores de la ciudad que no pude explorar antes.
Nadie me asaltó,
ni me tiró al piso para sacarme el monedero, así que por lo menos esta vez,
bien valió la pena.
Librería surtida y con atención amable |