Jesús Caño-Guiral nació en Cádiz, España, el 22 de noviembre de 1932.
Estudió en: España, Irlanda, Inglaterra y Uruguay. (Titulado en Universidad de Dublín, Irlanda; Universidad de Londres; Universidad de La República Oriental del Uruguay.)
Residió en Uruguay desde 1960, donde formó familia, y realizó una labor encomiable tanto en la docencia como en las letras.
De su primera esposa, la uruguaya Gladys Calvete, que lo conquistó en Londres, donde ella realizaba estudios de post-grado en Lingüística aplicada y literatura inglesa, tuvo cuatro hijas: María Noel, Maira, María Jesús y Soledad.
De Gladys Calvete enviudó y años después, se casó con Patricia Landoni, también uruguaya, con quien tuvo su última hija: Teresa de Jesús Guiral Landoni.
Falleció repentinamente el 19 de octubre del año 2002.
Sobre su desempeño laboral y cultural
Debido, -como me comentó el propio escritor- a su “respaldo” irlandés, trabajó en el colegio Stella Maris College (Christian Brothers of Ireland), desde su llegada a Montevideo en 1960 hasta 1972.
En Facultad de Humanidades y Ciencias ganó su primer concurso en 1966, como Prof. Asistente. Desde 1969 dictó clases para la Licenciatura de Teoría e Historia de la Psicología. En 1971 cuando quedó vacante la cátedra de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval, por fallecimiento del Dr. Enrique Grauert, se presentó y ganó el concurso en efectividad.
Esa cátedra, la desempeñó hasta que la intervención lo cesó cuando llegó el momento de la renovación en 1976. Eso era lo que se hacía en la época para evitar el problema legal, simplemente se comunicaba que “no correspondía la renovación”. Nunca quiso rebajarse a preguntar el motivo.
En 1977, fue invitado a dictar cursos sobre Filosofía Medieval Islámica, en la Universidad de Minnesota, con honores de Profesor Visitante. A partir de 1978, lo contrataron como Profesor Efectivo.
En 1980, el entonces Director del Uruguayan American School, lo contrató para que viniera a enseñar inglés. Le aseguró que allí podía enseñar, ya que el colegio, no dependía de las autoridades uruguayas. En el Uruguayan American School, trabajó hasta que se retiró en 1999.
En 1985, cuando volvió el régimen democrático en el país, con sencillez pero con todos los honores, fue restituido en la cátedra de Historia de la Filosofía en la Facultad de Humanidades y Ciencias.
Tiene, a mi juicio, una importante obra editada que constituye una participación significativa a tener en cuenta en la cultura nacional, pero aún no ha sido ni comentada ni evaluada convenientemente.
Sin pretensión de análisis exhaustivo, se pueden constatar las siguientes publicaciones.
Narrativa **
Novelas:
1964 Los altos muros Esta novela recibió el primer premio de Editorial Alfa, Montevideo.
El jurado estuvo integrado por: Mario Benedetti, Carlos Martínez Moreno,
Ernesto Maya y Arturo Sergio Visca.
1967 Las abejas y las sombras Novela también publicada por editorial Alfa.
1986 De soles, cruces y espejos Primera novela de la llamada “trilogía del paréntesis” publicada por
editorial Amesur, Montevideo.
1988 Toda la verdad sobre el caso Elhers Fue la segunda novela de la trilogía del paréntesis,
publicada por Amesur, Montevideo.
Cuentos (publicados en antologías, diarios y revistas):
1965 El hombre del sombrero de paja (Época- Montevideo)
Paro de transporte (La Mañana- Montevideo)
1966 Alhucema (Revista Temas- Montevideo)
1968 Volver a Tiriwaaki (Revista Prólogo)
Ciencifixión (Editorial Sandino, Montevideo. (2da. edición Buenos Aires, 1974)
Poteen (Cedal, Buenos Aires)
Las vueltas del laberinto
La mayoría sabe cuán contraria soy a los programas de Literatura “kilométricos” que me tocó estudiar – mejor expresado: mal estudiar y mal conocer- y también en más de un caso, obligada por las circunstancias, a “mal enseñar”. Nunca estuve de acuerdo con ese criterio que pide que el alumno “conozca” un montón descomunal de nombres que después no va a saber ni siquiera reconocer y cuyas obras no llegará nunca a leer. Mi experiencia como estudiante, indudablemente, fue formando mi criterio.
Hace muchos años, en la década del 70, cuando era una novel estudiante en el Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras,-actual Universidad Católica-, solía preparar para los exámenes, además de las bolillas temáticas, unas extensas bolillas de información que formaban parte de unos también muy extendidos programas de Literatura Iberoamericana y Literatura Uruguaya. Hubo una en particular que se refería a “los nuevos narradores del 60”. El material disponible era muy escaso. Internet no existía y, además, corrían tiempos difíciles en el país. Yo había logrado guardar algunos fascículos y libritos de Capítulo Oriental, comprados en mis tiempos liceales por muy módicas sumas. En uno de ellos, encontré la información mínima para preparar la bolilla en cuestión. Había logrado retener algunos de los nombres de los veintidós autores que se mencionaban con los títulos de las obras y alguna otra consideración. Entre ellos estaba Jesús C. Guiral. No era posible acceder a sus obras por lo tanto, Jesús Guiral habría sido olvidado después del examen si no hubiera sido por lo que me ocurrió en la parte oral, que siempre fue para mí un suplicio tan solo comparable a las visitas de Inspección de clases, después de obtenido el título. Uno de los profesores puso su dedo sobre la extensa lista y me pidió que le hablara sobre Jesús Guiral. Contesté con la información exigua que había leído en el mencionado Capítulo Oriental,- número 38 para ser exacta- donde la profesora Mercedes Ramírez, había descrito a Guiral como un “vigoroso novelista”. Algo de eso creo que fue lo que dije, sin embargo, el profesor que me interrogaba no quedó conforme porque me pidió que le hablara sobre el tema de Los altos muros, -la novela que había ganado el premio de editorial Alfa de 1964-. Ahí sí tuve que contestar que no había leído la novela, ni ninguna novela de los mencionados “nuevos del 60” porque sus obras no estaban “en circulación”. En las paradojas de la preparación para la Licenciatura solía ocurrir eso y también cosas peores. El profesor, quizás apiadado de mi julepe-una nunca sabe- cambió la pregunta por otra sobre las unidades temáticas y mi susto no pasó a mayores, pude aprobar.
Ese fue mi primer contacto-tangencial- con Los altos muros de Jesús Guiral. Lógicamente no olvidé ni su nombre ni el título de la novela que, con el correr de los años se volvió más que sugestivo.
Los años del silencio-felizmente- pasaron. Un buen día, vieja hurgadora libresca, encontré Los altos muros en una librería de usado. Leí el libro en una tarde. Mis balbuceantes respuestas al profesor no habían sido del todo desacertadas pero la novela decía mucho más, y ahí sí comprendí lo de “vigoroso novelista”.
Volvieron a pasar más años. En 1986, comencé mi tarea docente en el departamento de Idioma Español y Literatura del Uruguayan American School. El contrato era por un año, pero, por diferentes circunstancias, me quedé veinte, hasta que me jubilé en el año 2006.
El primer día conocí al profesor de inglés más apreciado por todos sus alumnos: Jesús Guiral. A la hora del almuerzo en la cafetería, le pregunté ingenuamente si él y el escritor de Los altos muros”” tenían algo que ver”, y me contestó con una sonrisa que sí, que “tenían algo que ver”, porque él era el mismo que había escrito Los altos muros, y-melancólicamente- me dijo que era un escritor olvidado de la Generación de la Crisis, o de la Generación del 60 o como se le quisiera llamar.
¡Se podrán imaginar mi estupor!
Entablamos una cordial relación, que se puso de manifiesto en consultas-permanentes de mi parte- que él atendía siempre con una sonrisa y con una explicación concisa y “de primera fuente” sobre los integrantes de su generación o sobre cualquier otro tema que se le planteara porque su sabiduría era infinita y la prodigaba a manos llenas. Me hubiera gustado escribir alguna crítica sobre “Los altos muros”, o sobre alguna de las novelas que publicó después del “paréntesis”-como le llamó a la dictadura militar-, pero, las exigencias laborales,domésticas y vitales me fueron llevando por otros rumbos que no coincidieron con la escritura ni con la crítica literaria. Por eso, hoy, en mi blog, rescato de la memoria algunos apuntes sobre este profesor y escritor excepcional que supo ser Jesús C. Guiral, un ser estupendo, reconocido y estimadísimo por todos los que tuvimos el gusto de conocerlo, de leerlo, y de apreciarlo.
Considero que:
Jesús Caño-Guiral, debería tener su merecido reconocimiento en el Uruguay donde desarrolló su existencia y publicó sus obras. Tuvo, además, la deferencia de no querer publicar nada-aunque tuvo ofertas para hacerlo- durante los años de la dictadura. Siempre afirmó que lo poco o mucho que significara su obra para la literatura en lengua española o castellana se lo debía al Uruguay. Ojalá que esta escueta semblanza sirva de incentivo para buscar sus libros, -usados se pueden conseguir- leerlos, profundizarlos y así sacar del olvido, a esta obra de singulares valores para la historia cultural del país.
*La mayoría de los datos los obtuve directamente de su generosa colaboración.
**Creo que se ha destacado más su labor como filósofo, pero no he visto ningún trabajo sobre su narrativa. La reseña que hice no tiene-repito- carácter de exhaustiva, es simplemente eso: una reseña de algunas de sus publicaciones literarias.
Muy interesante, ahora me doy cuenta lo poco que lo llegué a conocer a Jesús!
ResponderEliminarSeguí escribiendo!
Beso,
Maria C.
¡Es cierto, María! ¡A veces hay excelentes personas- como Jesús Guiral-que pasan por nuestras vidas y no las llegamos a conocer! Conmigo fue muy bondadoso. En el UAS- no únicamente me ayudaba con los programones de literatura-en especial el filosófico Borges que él dominaba al dedillo-, sino hasta con el inglés que yo no entendía al principio....
ResponderEliminarRealmente, se le ha reconocido como filósofo, pero falta reconocerlo como el excelente escritor que dejó una obra édita muy singular.
Dr. Guiral was one of my best professors EVER. He taught our English classes as if they were college courses. I'll never forget his vocab quizzes and the way he taught us how to "precis" ... so invaluable in my future career as an editor! Me gustaria leer alguna de sus obras, pero temo que a estas alturas entenderia poco, jajajaja.
ResponderEliminarI feel the same way on both counts! He was a marvelous teacher, storyteller and person, and I'm sure that my meager teenage-level Castellano would be inadequate to read and "profundizar" any of his works. :-(
EliminarRolando Ray
UAS Class of '83
En el año 84 entré a estudiar en la Facultad de Humanidades y Ciencias y Caño Guiral fue mi profesor en Filosofía Antigua y Medieval. Fue un excelente docente y se merecía todo el respeto y reconocimiento de sus estudiantes, por sus conocimientos, por su pedagogía y por su seriedad. Que bien que exista un blog para recordarlo, muchas gracias, Sandra
ResponderEliminarGracias por recordar a un profesor tan querido como èl. Yo lo tuve en el año 84-85 como docente de filosofía Antigua y Medieval en la facultad de Humanidades y Ciencias en Montevideo. Fue un excelente docente, Sandra
ResponderEliminarSandra:
ResponderEliminarMe alegra saber que Guiral sigue recibiendo su merecido reconocimiento por este medio. Muchas gracias a ti por tus cálidas palabras
¿Hubo una tercera novela para completar la trilogía del paréntesis?
ResponderEliminarRolando Ray
Hi Rolando Ray: Thank you very much for your kind comments. I am writing you in English because I supose it is more confortable for you. I think that Dr. Guiral was in mind one more novel -the number 3- but he did not published it. At least I do not have any information about it.
ResponderEliminarI remember that he told me about the title something like: "Al sol lo llaman Lorenzo", but maybe life circunstances did not give him enough time for the publication.Again, thanks a lot for your comments.
¡Qué alegría encontrar esto!..Caño (así solíamos llamarlo en FHCE)fue un docente magnífico , un Filósofo y un literato ...Su muerte sorpresiva nos provocó desazón y dolor..aún lo recuerdo el miércoles anterior a su deceso despidiéndose "hasta el lunes" , de su último seminario sobre el pensamiento heterodoxo...Lamentablemente la facultad de Humanidades nunca le ha rendido el homenaje que merecía y el reconocimiento..Su lugar allí todavía hoy sigue sin ser cubierto.
ResponderEliminar¡Para mi también es una alegría inmensa que Jesús Caño Guiral siga cosechando merecidos elogios ! Lamentablemente es como ustedes señalan: yo tampoco he visto ningún intento de rescate de su labor. Como ya expresé en el comentario, en algún momento intenté hacerlo, pero las circunstancias personales de mi vida, me "torcieron" las intenciones. Por esa razón decidí-al menos- escribir reseñas en mi blog. Millones de gracias por leerlas y tener a Guiral presente en la memoria. Es la única forma que tenemos de preservar a los seres luminosos que -como él- pasaron alguna vez por nuestras vidas dándole sentido.
EliminarEn 1988 visité al profesor Caño-Guiral en su casa y me quedé encantado con su recepción. Yo pensaba que sabía Filosofía y hablé con el de igual para igual. Que pretensión la mía. Pero fué una de las mejores charlas de mí vida! Gracias profesor Jesús, gracias Soledad! Antonio Rodrigues
ResponderEliminarTuve a "Mr Guiral" de profesor en el Christian a principios de los años sesenta. Era muy querido y respetado por alumnos y colegas. Hoy, casi sesenta años más tarde, me encontré con esta simpática nota y tenía que dejar mi testimonio del aprecio que le tuvimos.
ResponderEliminarGermán Ott
paduaaprs y Germán Gracias por los comentarios
ResponderEliminar. Los publico recién ahora, porque no sé porqué pero recién los vi ayer. Por supuesto, se aprecian y mucho. Jesús Caño Guiral fue un ser de excepción y valió la pena conocerlo, ser su amiga y disfrutar de su sabiduría.