ANUNCIO DEL ESTRENO DEL DOCUMENTAL AVANT |
En los últimos tiempos he
visto documentales que no se pueden encasillar en lo que tradicionalmente se
consideró de esa categoría: ya comenté mis impresiones sobre “El Manual del Macho Alfa”,
ahora voy a contarles algo sobre “AVANT”.
Todos los uruguayos
sabemos que el bailarín argentino Julio Bocca fue convocado para dirigir el Ballet Nacional del
Sodre, y con esa dirección, asumir todas las responsabilidades que conlleva esa
función en este país. Nada fácil lidiar con problemas de carácter sindical
cuando se tiene un estreno en puertas y todo tiene que salir a pedir de boca. (Sin intencional alusión al apellido de Julio,
pero podría ser.)
Lo primero que se me
ocurre para comentar esta singular película es la palabra “construcción”. Está
en construcción el SODRE. Vemos sus paredes despintadas, sus pisos en obra, sus
empleadas de limpieza sacando manchas y polvo, y, como detalle sugestivo, una pared descascarada
que tiene pintadas las palabras “Ballet Nacional”.
Están también “en construcción” sus bailarines, los vemos
ensayando, respondiendo de la mejor manera posible a un Julio que se presenta
como suave, pero, al mismo tiempo, demandante. Los jefes de esta clase son
temibles, porque por una parte como son tan
gentiles, por más que uno se malhumore
no es posible mandarlos a rodar, y por otra parte, al exigir la perfección con una seductora sonrisa, no hay-tampoco-
manera de decirles que no. Al menos hay que intentarlo. Cualquiera que haya dado pasos de baile sabe que no basta con que salgan de manera
automática. Lógicamente el automatismo hay que lograrlo, pero además, después
que se aprendió, hay que dotarlo de gracia. Y la conjunción-nada fácil- sólo se logra con sangre, sudor y lágrimas. Vemos a la delgada bailarina
sudando a la gota gorda en un ensayo, y a un partenaire que habla en inglés
cumplir de manera instantánea con lo que le pide Julio. Se lo indica y lo hace.
Así. De primera. Pero eso no es lo más común. Lo más común es ensayo, ensayo y
más ensayo. Hasta que salga bien. Porque tiene que salir bien.
Algún bailarín viene a
confesarse y lo atiende con su característica deferencia pero –al mismo tiempo-
con una sinceridad apabullante. Sí. Es joven- aún. Esa juventud es la que hay
que aprovechar al máximo porque no se
puede bailar -como profesional-toda la vida. Lamentablemente, es una carrera corta.
Julio Bocca, el líder de la colmena del SODRE |
Cuando Julio
Bocca se retiró de los escenarios me
quedó muy grabada su idea: “se quería ir del escenario, bailando, no
caminando”. Y lo cumplió con creces. ¿Por qué me quedaron sus palabras? Porque
yo también estaba por retirarme de la carrera docente. En mi caso, había
llegado a los sesenta años,-la edad de
la sabiduría según los orientales- y tenía más que suficientes años de trabajo para
jubilarme, y la docencia, si uno no quiere terminar hecho un pingajo
humano rezongón -sin valor para nada y para nadie- es una carrera que tampoco puede prolongarse toda la vida.
Julio no es el único que
está al pie del cañón, él trabaja en equipo. De una u otra manera los embarca a
todos. Señala que lo que quiere es que cuando él se vaya, el SODRE siga trabajando para alcanzar cada vez más niveles de excelencia. En resumidas cuentas, entonces, el filme muestra al SODRE y al trabajo
encabezado por el líder Julio Bocca, como una bulliciosa colmena. Todos trabajan, todos hacen, todos
colaboran, cada uno en lo suyo, y, como debe ser, los problemas se van
solucionando, de una manera o de otra, los bailarines se van perfeccionando, las
jóvenes se convierten en solistas, y desde esa posición dan lo mejor de sí.
Todo lo que estaba por hacerse ha ido tomando forma. El teatro también. Y
funciona para regocijo de todos los que hemos podido ir a ver las exquisitas obras puestas en escena. Un verdadero deleite
para los sentidos y para el alma. Gracias Julio, a ti y a todo el enjambre. Que
la colmena siga produciendo la exquisita miel del arte.
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