miércoles, 20 de diciembre de 2023


VEJECES

A raíz de las circunstancias de estas festicholas que se avecinan, se me han ocurrido algunas ideas que voy a resumir con la finalidad de compartirlas.

No son gran cosa, pero son, ya que en este país de acuerdo al último censo que se hizo, somos más viejos que otra cosa. Queda algún jovencito, pero no muchos, y, es conveniente precisar en qué nos diferenciamos más.

En mi caso, me vino un ataque de vejez imparable. Ya no sé ni dónde vivo. Estoy más perdida que piojo en peluca.

Todo es digital. Nadie hace caso de nadie. Las cuentas, las transferencias, los pagos, todo, absolutamente todo se realiza (o debe realizar) “on  line”. Si sabés mejor, y si no sabés tenés que tener algún chico que te asesore porque vos sola, no salís ni en broma.



Bomberito tomado de la web de Australia


Les pongo un ejemplo típico. Quise hacer una transferencia a la cuenta de una amiga, pero ¡Oh! Sorpresa, no pude porque me pedía la “llave digital”. ¿Qué es eso? Pues una manera que tiene el banco de asegurarse de que vos sos vos y no un falsificador de ningún tipo. Por lo cual, no pude hacerlo hasta que fui al banco para obtenerla. Me la habilitaron en el celular. Es decir que si no tengo el celular o lo llego a perder,  no puede operar para nada. A su vez, la tal llave digital tiene un “pin”, ¿qué es un pin? Es un número secreto que también tenés que anotar en tu memoria, porque si te olvidás, ¡marchaste!

Así ando por el mundo, perdida a más no poder, sin ilusión de que alguien me lleve el apunte; ni siquiera un bomberito australiano que se ve tan bien en la foto con sus músculos abdominales bien marcados y una sonrisa de oreja a oreja. ¿Muy joven para mí? ¡Claro! ¡No me voy anotar con un vejestorio como yo! ¡Panzón y gordo a más no poder! Quiero al australianito hermoso que aparece con un tierno gatito en sus brazos. ¡Consíganme uno así!

 

 

 

 

miércoles, 18 de octubre de 2023

PATRIMONIANDO POR SAN RAMÓN

 


El sábado 7 de octubre del 2023, fue uno de los días del patrimonio.
Había logrado comunicarme telefónicamente, con la profesora Miriam Lanfranconi, historiadora del lugar, que gentilmente me había dado datos sustanciales, por eso; esta vez, decidí conocer  una localidad que no conocía: San Ramón.
Como llegué temprano, di una vuelta por los alrededores para ver si había algún bolichito donde almorzar. Nada. Apenas un minimarket, donde un lugareño nos miraba extrañado. Como no tuve ninguna suerte,  fui a dar una vuelta por Santa Lucía, una localidad que conocía desde mi  infancia. Mi madre solía llevarme para contrarrestar mi palidez original. Lo lograba casi siempre porque la alergia que siempre me acompañó, me aquejaba por medio de unas  hormiguitas del pasto,  que me comían y me dejaban colorada como una desgraciada. Así obtenía  mi cuota solar.
En una cantina de Santa Lucía, que había abierto el día anterior, comimos unas milanesas con papas fritas. Por suerte, tenían buena calidad y sabor.
 En las primeras horas de la tarde, los establecimientos fundados por Juan Pedro Tapié,en San Ramón,   estaban —felizmente—abiertos al público. Visité la Escuela Industrial. Muy bien mantenida, con una biblioteca con muchos recuerdos, incluidos varios catálogos del ¨London París”. A los más jóvenes les comento que mediante esos catálogos, la gente del interior tenía acceso a los modelos que vendía “el London”. Todos de primera calidad, y de buen diseño.
Lamentablemente, no había nadie presente. Por lo menos en esas horas, fuimos los únicos visitantes. Los fundadores de esta magnitud no son importantes para celebrarlos en internet. No tienen mayor difusión aunque hayan sido importantes para el desarrollo del país.
Una verdadera pena que los monumentos históricos—como esta escuela industrial— no se difundan más y se hagan virales. Sería muy interesante que los jóvenes (y no tan jóvenes, porque los hay mayores que tampoco se separan de los móviles y parecen atados a ellos) dejaran de lado los celulares y se ocuparan de lo que fue de gran importancia para el desarrollo del país.
Volví con una sensación extraña, por un lado tristeza por la falta de difusión de estos lugares entrañables y por otro lado,  la agradable sensación del deber cumplido y la muy grata sensación de haber conocido un lugar más del país.
 

domingo, 13 de agosto de 2023

LEO GRANDE

 Hace tiempo que no escribo nada  sobre películas  ni series.  Durante la pandemia vi de todo. Me costó encontrar algo que me sedujera. Finalmente, di con  la película  “Buena suerte, Leo Grande”,  que  me mantuvo  prendida a la pantalla.

 

No cometo ningún delito si cuento que el argumento es conocido: mujer veterana, que nunca tuvo orgasmos —pese a haber sido casada durante montaña de años—, requiere la atención de un trabajador sexual—joven y buen mozo— para darse el gusto.

 

Este argumento, suscitó una cantidad de comentarios, —algunos muy malévolos— en las redes sociales.

No sé la edad de los comentaristas, yo los imagino jóvenes y seguros de sí mismos y de sus conocimientos sexuales.

Yo conocí mujeres—no sé si aún las hay— que padecían porque no llegaban nunca a la cumbre del placer. Muchas eran casadas, pero con tal grado de timidez que nunca se habían atrevido a plantearles estas “limitaciones” a los maridos.

En realidad, les llamo “limitaciones” porque  no sé cómo denominar a una falta absoluta de confianza en la intimidad con la pareja.

Se sabe que  cada mujer es una caja de sorpresas.  Con un marido complaciente, tendría  que lograr la satisfacción tanto como él.

 La confianza se  logra con el tiempo, con la práctica y con la dedicación que hay que darle al propio cuerpo y al ajeno.

Mi abuela de crianza, me dio una vez  una clase magistral: me enseñó su camisón de recién casada; amarillento por la edad, con un agujero en el medio. Por ese agujero—me explicaba la nona— el marido ponía su aparato. Además de esa explicación práctica; indicaba que las mujeres teníamos una sensibilidad distinta: comenzábamos por atraer al hombre por acá (señalaba el bajo vientre); después había que conquistarle acá (indicaba el estómago) y por último se llegaba acá (apuntaba, con la mano completa,  al corazón). Esos eran los “caminos”.

No me acuerdo qué edad tenía yo, pero no eran  muchos mis años y tampoco mis conocimientos sexuales como para saber si era así o no. Nunca discutí con mis nonas. Todas eran sabias y me decían lo que les parecía que me iba a servir para la vida.

Al ver las tribulaciones de la Sra. Robinson, que no es el verdadero nombre, sino el que usa para vincularse con el trabajador sexual,  (Emma Thompson—magnífica actriz—)  pensé en algunas amigas con esas  características, que  nunca lo comentaron.  Nunca pensaron que sería importante en sus vidas, tuvieron hijos, los criaron. Crecieron y se fueron. Pero ellas, no lograron nunca ninguna satisfacción sexual.

Señalo tres aspectos relevantes y efectivos:

 

1) El trabajador sexual está muy bien preparado para todo. Detalles: Cuida su físico, (es su instrumento laboral más preciado).Las cosas que le piden son rarísimas y loquísimas. No importa; él, accede porque 1) le gusta 2)  vive de eso.

 

2) Sentido del humor.  Leo Grande,  le hace una eficaz demostración de baile para darle aliento. La danza, como es sabido,  saca contracciones, y, es una de las formas más genuinas del goce corporal. En la disciplina que se llama biodanza, se hacen ejercicios en pareja y en grupo.  La danza juega un papel preponderante.  Efectivamente, puede ser divertidísimo porque el baile—fuente de placer e inspiración—, quita inhibiciones y colabora increíblemente,  en procesos de curación.

 

3) Conversación.  Se manifiestan deseos de saber  qué hace el otro, de qué vive, cuáles son sus sueños,  sus planes de futuro, y de qué manera encara la existencia. Ella—que no por casualidad fue una profesora de Secundaria—  pregunta porque siente un interés personal que nunca fue usado debidamente con nadie, ni con el marido, ni con los hijos, ni con los alumnos, ni con las amistades cercanas.

 

El filme tiene escenas rescatables, por ejemplo:

 

La danza de Leo, que hace bailar y disfrutar del momento a la pacata Sra. Robinson.

La segunda, cuando la Sra. Robinson se encuentra en el hotel con una ex alumna   que le increpa su severidad. 

Prácticamente le dice que fue ella quién la inhibió para toda la vida. Algo para tener en cuenta: ser docente no implica castigar con palabras hirientes a los adolescentes, que precisamente “adolecen” por la edad y por el desconocimiento de sí mismos y de su propio cuerpo en transformación. Esa escena, concluye con  una anagnórisis, que no la cuento porque si van a ver la película ya  la apreciarán.

Insisto: vayan a verla. Se encontrarán con un filme diferente, con un tema controversial—es cierto—pero tratado en forma de comedia, de todas maneras,  llega a recónditas profundidades.

 

 

 

 

 

domingo, 23 de julio de 2023

PUNTOS DE VISTA

 

Discutí hace poco sobre este tema: los puntos de vista. Hay algunos que son inadmisibles, , y otros, que van cambiando según pasan los años y las circunstancias.

Hoy, fui al Shopping Punta Carretas con la finalidad de hacer un par de mandados. Con ninguno de los dos tuve suerte.

En el primer caso, me tocó una vendedora de mal genio que pretendía que yo me corriera para darle paso a otra que había hecho una compra después que yo. Mientras tanto, yo buscaba mi bolsa portátil—ya se sabe que las cobran y, como mi adquisición, era ínfima, no quería pagar más nada que el producto—. Pues, la joven, de muy mal talante, retiró mi compra del mostrador, me mandó para un rincón donde penosamente, pude extraer mi bolsita auxiliar para guardar lo comprado.

En el otro caso, se trata de un libro, que tuve, que leí y que quiero releer para hacer un trabajo de un taller. Se llama “Lágrimas en la lluvia” y la autora es Rosa Montero.  Me comentaron que está “agotado”—término que por acá significa: “no lo tengo”— Insistí en que no es un libro viejo descatalogado ni nada por el estilo. Incluso, se publicó hace poco la trilogía de Bruna Husky- la tecno/ androide/ replicante/ que es la detective protagonista de las tres novelas, porque en breve, habrá una serie sobre ella y sus aventuras. No hubo caso. “—Está agotado, señora— insistió el vendedor con tan mal talante como la primera tipa que me atendió y me hizo sacar mis pertenencias del mostrador antes de finalizar la compra.

En los dos casos que relaté salí triste y abatida como lechuza en panteón.

Pero el centro de este relato no son las compras frustradas de hoy, sino el recuerdo de una profe que para mí fue señera en mi carrera, porque se preocupó para que yo siguiera escribiendo textos alusivos a lo que me mandaban. Y lo hacía con gusto. Me prestaba los textos, yo leía extraía conceptos y después leía mis engendros en el Obelisco de Las Piedras, muy feliz con la distinción.

Ella se llamaba Julia Añorga.

Ya escribí un texto sobre ella y sobre su esposo, el pintor José Gurvich—de nacionalidad lituana que vivió en el Cerro— Pero en cambio, para una amiga, que también fue alumna de ella, la destrató de tal manera, que terminó odiándola con toda su alma.

 

Como ven, los puntos de vista, difieren con los años, las circunstancias y las situaciones. Para mí fue un ángel. Para otros, no. 

*Foto tomada de internet: la profesora Julia Añorga, con su esposo el pintor lituano José Gurvich-

martes, 2 de mayo de 2023

VIAJAR

 

Durante muchos años en casa se llevó una lista  que se llamaba- y se sigue llamando- “Venga  y atrévase a soñar”. El título estaba inspirado en un programa de entretenimientos que conducía Berugo Carámbula. Allí anotábamos las propuestas más inverosímiles de un futuro que nos parecía inaccesible: no teníamos auto, no teníamos casa, no teníamos plata, no teníamos nada de nada; pero sí teníamos muchísimas ilusiones. No sabíamos cómo, pero ahí estaban muy campantes haciéndonos soñar. Probablemente estaban auspiciadas en nuestra extrema juventud que nos daba alas para muchos sueños disparatados.

De noche, vencidos por el cansancio de extensas jornadas de trabajo, soñábamos en voz alta. Iremos a tal o cual lado, tendremos tal o cual casa, nos compraremos tal o cual auto. Y así seguíamos hasta que el sueño-rodeado de tantas ilusiones- nos adormecía y nos llevaba felizmente lejos.

Yo hice-antes de salir a ningún lado- muchos viajes de estilo literario ambientados por los libros que leía. Todos magníficos libros que  entregaban conocimientos por medio de la lectura atenta,  sin salir de la casa. Viajar de verdad, pertenecía a las ensoñaciones que teníamos con diversos panoramas soñados. Así desfilaron por nuestras mentes, varios lugares de América y de Europa, con sus correspondientes lugares y destinos. No se trataba de algunos de los viajes que después hicimos auspiciados por agencias de viajes que trasladaban pasajeros como ganado, con guías locales cuyo   espíritu era compartir nada; con gestos hoscos- más siendo latinos, despreciados, por ser confundidos con porteños y sin ninguna consideración por la diferencia de pertenecer a un país pequeño, vecino de Argentina, pero con una impronta propia- no porteña, obviamente-.

Supimos tempranamente que eso no era lo que queríamos. Necesitábamos “atención  personalizada”, que la invocaban pero no la daban jamás porque eran guías sin ningún tipo de vocación. Habían agarrado ese laburo porque no había otro que les permitiera ganarse un sueldito para solventar la vida en una ciudad cara y sin posibilidades de progresar en nada.

Nadie les dijo- como hizo Martin Luther King a los suyos- que había que ser “bueno”, sin importar el tipo de trabajo, Si era un barrendero, tenía que ser el mejor de los mejores, porque esa actitud le permitiría en el futuro, enfrentar mejores trabajos con mejores sueldos y, con posibilidades de progreso. Copié el texto de King, al cual le corregiría algo de  la estructura, pero, como lo quiero citar tal cual, así lo transcribo, porque igual se entiende:

„Si un hombre es llamado a ser barrendero, debería barrer las calles incluso como Miguel Ángel pintaba, o como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía poesía. Debería barrer las calles tan bien que todos los ejércitos del cielo y la tierra puedan detenerse y decir: aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo. “

Fuente:
https://citas.in/frases/68288-martin-luther-king-si-un-hombre-es-llamado-a-ser-barrendero-deberia/

 

 

Por eso, considero que los viajes tienen que ser como el que hizo Ovejero (China para hipocondríacos)  o Saramago (Viaje a Portugal): cada uno disfrutando las diferencias, investigando, si se daba el caso, y sobre todo disfrutando de todo con mirada de asombro.

 

 

domingo, 12 de marzo de 2023

 

BALANCE CARNAVALERO

 


Previo al juicio de un jurado con el cual puedo estar de acuerdo o no, paso a comentar aspectos del carnaval que pude apreciar este año en el teatro de verano.

Voy, primero, por lo negativo. Los responsables de la IMM y del departamento cultural están prometiendo una mejora en las instalaciones. Me parece muy bien, si se cumplen en forma ordenada y con beneficios para el público asistente. Por el momento, hay dos aspectos que no se contemplan de ninguna  manera:

1) El aturdidor sonido altísimo, con grandes desgastes que producen demoras de más de 50 minutos. En esta liguilla, hubo dos ocasiones en que se produjo una demora que acalambró a los ya desgraciados que esperábamos la continuación del espectáculo.

 

2) La tirada de papelitos, a cada rato, de manera sorpresiva, más que una diversión constituye una manifiesta  molestia para los desgraciados de la platea baja. Esas tiradas, se hacen con unas máquinas que sorpresivamente, irrumpen y tiran. Uno puede estar comiendo una muzzarella y en unos pocos segundos la muzza se tiñe de papeles que se pegotean con el queso y no hay con qué darle después. Es probable que el efecto visual por la tv sea agradable pero para los asistentes constituyen una verdadera tortura. Por otra parte, no agregan nada al espectáculo que se está dando. Para nada. Y, además, constituyen un soberano gasto al pedo.

 

3) En cuanto a los espectáculos: si bien es cierto que el gobierno no está haciendo todo lo que podría o debería hacer, también es cierto que anteriormente tampoco se hizo. De lo contrario no hubieran perdido el poder político. Si lo perdieron, –y así fue–, lo que deberían hacer, además de la crítica que debería ser constructiva y no tan cargada de odio como la que hacen CASI  TODOS los conjuntos, habría otro cantar, más  acorde y con menos carga de congoja y rencor. Ayer, uno de los componentes de un conjunto bajó a saludar al presidente del Frente Amplio; y dijo algo que es verdad: “esto parece un comité de base”. Y sí, eso es lo que parece, porque apenas se vislumbra alguna autoridad del Frente, el teatro se pone de pie. No hay nadie que no siga la consigna cargada de odio y rencor que se percibe por todos lados.

 

En los aspectos musicales y escenográficos, creo que hay una excelente calidad llevada a cabo con grandes sacrificios. El que se dedica al carnaval no es un privilegiado de clase alta que pone lo que le sobra para sacar a su grupo, sino un ser con una locura especial que lo hace salir aunque tenga que sacrificarse el resto del año para pucherear.

No tengo juicio definido en todos los rubros, pero voy a comentar los que me parecieron los mejores.

 

En NEGROS Y LUBOLOS: Hay dos comparsas que se llevaron mis aplausos:

VALORES: El espectáculo lleva el nombre de “Entre”. El tema de actualidad, no es común en la categoría. La línea argumental nos lleva a un reino, donde el príncipe presenta ambigüedad sexual: nació varón, pero tiene dudas, (y por eso el nombre “entre”) sobre qué es, realmente: ¿varón o niña? ¿Y si no es ninguno de los dos? ¿Y si se queda, así en esa ambigüedad, será un “elle”? ¿Cómo saberlo realmente? ¿Hay formas o maneras de detectarlo? El Rey —de personalidad tradicional— ¿aceptará a un hijo/hija “elle”? ¿Qué otros cambios deberán producirse para lograr esa aceptación? Vale la pena ver el espectáculo, aunque no se tenga la cabeza para aceptarlo así como así.

 

C 1080  Es un espectáculo que respeta los cánones de las comparsas. Se titula: Madraza.  El comparsero encarnado por Nacho Cardozo, se lleva todos los aplausos: actúa, baila, canta, y  todo lo hace bien. También vale la pena verlo.

 

HUMORISTAS

El espectáculo que más me gustó es el que ofrecieron “Los rollin” con un personaje Virgilio que resultaba muy cómico. A cada momento decía: “!Humoristas!” porque evidentemente, quizás no lo fueron totalmente en alguna secuencia. A mí me parecieron muy buenos. Pero no fueron los ganadores. Lamentablemente.

 

REVISTAS

De desempeño parejo, se quedó con el primer premio la que tenía mejor espectáculo desde el punto de vista técnico. No más de eso, porque todas estaban bien.

Como balance, ya señalé que fue negativo el sonido- demasiado alto—tuve  que llevar tapones para los oídos todas las noches— y, la mugre producida por los famosos “papelitos” a los que les agregaron unas serpentinas plásticas que tampoco agregaban nada positivo.

Es de esperar que en el futuro, se hagan los espectáculos con menos agresividad para los pareceres que son diferentes y,  con más tolerancia para los que tienen otra modalidad.

 

 

 

 

 

miércoles, 15 de febrero de 2023

KILOS DEMÁS

                                      Con la gorda chica; rumbo a tomar un helado en Luciano


E
n estos tiempos que corren, se estableció una verdadera y perversa persecución a las gordas.

En siglos anteriores, las redondas campeábamos como las mejores. Yo recuerdo a mi abuela de crianza, dándome consejos para que engordara, porque, según ella,  nadie me iba a invitar a salir y mucho menos a bailar si no ganaba unos cuantos kilos de peso y me redondeaba convenientemente. Eso no ocurrió en mi juventud, siempre fui una flaca perchenta, pero, llegados los años maduros, me empecé a redondear como quería la nona. Ocurrió sin darme cuenta. Ya conté en otro artículo, la sorpresa que me llevé cuando me vi en el shopping en una televisión que captaba a los paseantes. Me había convertido en una gorda infame y no me reconocí-azorada por completo-  en la gordinflona que veía.  Fue catastrófico. Lo mismo me pasa cuando me veo en fotos actuales. No importa que ropa haya elegido para ponerme. Me convertí  sin lugar a dudas, en la encarnación de Pochita Morfoni, y, de yapa, sin adecuada movilidad en las piernas.

Hace años, me había concientizado y me puse a dieta con una especialista/ acupunturista. Tuve éxito, adelgacé 15 kilos, pero después dejé el programa de tratamiento, que, por cierto era bastante severo, y volví a recuperar los kilos perdidos y aún más.

Hoy, revisando fotos viejas, me puse melancólica. Se me dio por pensar que le erré al  tiempo de vida, porque en el siglo diecinueve, habría sido cotizadísima, como lo fue Emilia Pardo Bazán, o, sin ir más lejos, Carlota Ferreira, que cuando la vemos ahora, pensamos que habría sido muy bueno que perdiera unos cuantos kilos para que, por lo menos, le bajara la papada enorme que tenía. Esa gorda sin remedio, sin embargo,  con esa  papada kilométrica que vemos ahora, en el retrato que le hizo Blanes padre, tuvo en jaque, a Blanes padre, a Blanes hijo, y al mismo Horacio Quiroga que se había enamorado de la madre y de la hija. Además de otros tantos que deambularon  locos de amor por la rellena. Por eso, reitero: le erré a la época. Debí nacer en ese tiempo.

Pero, como no fue así, me tengo que conformar con lo que tengo actualmente y, quizás algún día vuelva la moda para las gordas sin remedio como yo. Entonces, y solo entonces, todos los kilos demás que tengo, se volverán providenciales.

 

 

jueves, 5 de enero de 2023

TOCANDO A REBATO


                                                       Imagen tomada de internet


Desde hace un tiempo, -no pude percibir cuándo porque el verano largó hace poco y yo tengo doble vidrios en ventanales para evitar el ruidaje del barrio que, fue tranqui y que ahora es un caos de ruidos de toda clase.

A todos esos ruidos se sumaron las campanazos de la Iglesia Punta Carretas, que, con un sistema electrónico, toca TODAS LAS SANTÍSIMAS HORAS A REBATO. 

Intenté llevar una denuncia al Centro Comunal No 5, donde me informaron que no se ocupan de esos ruidos, sino de los “urbanos”. Yo me pregunto ¿Qué creen que son estos campanazos a rebato durante todo el día?

¿ Quién autorizó  tanto bochinche?

Con seguridad, que quiere atraer feligreses, con respecto a mí, ni por broma de  que yo me ponga de acuerdo con más ruido del que ya tiene el barrio.

Enfrente, me instalaron dos boliches de comida. Quiérase o no, se sienten los ruidos en verano, se les dio permiso para poner las mesas afuera,-o sea los famosos “deck”  y se quedan hasta las mil y quinientas horas de charlas y más charlas. El agravante del alcohol por supuesto que se siente; más de una vez me despiertan las peleas y los gritos de los supuestos comensales.

A eso le sumamos durante el día el ruido provocado por los toques a rebato que no tienen ninguna razón de ser.

Mandé un mensaje a la Curia; no sé si me darán pelota o no, pero fue lo único que me dijeron que podía hacer.

Entre las defensas o argumentos a mi favor de la población van algunos:

*No somos población de riesgo—salvo por la pandemia—

*No todos somos católicos, apostólicos y romanos, y por esa razón en un país que se considera laico no deberíamos  tener que soportar tanto ruidaje de una única religión.

*Estamos en un siglo avanzado en cuanto a comunicaciones; no hay ningún motivo para llamar a la población con toques a rebato

* Es un verdadero atropello, permitido por  autoridades—sean los que sean que estén en el poder— que no se responsabilizan por el ruido de estas instituciones.

Lamentable, deplorable, fantásticamente repudiable.

Que Dios los perdone, y que a mí me otorgue el bien de  vivir en paz.

Realmente es lo único que quiero. Si Dios quiere.

  “VIEJO BARRIO QUE TE VAS ”   Desde que vivo en Punta Carretas, el barrio se fue transformando en forma lamentable. Hay construccione...