Angra Dos Reis desde el buque |
Que
conste que son indicaciones para
mujeres. (No creo que esté demás aclararlo.) Además, son para mujeres que no
rebasen los 50. Si ya andan por los 60 o más lo único que les puedo recomendar es: formen un “club de mujeres solidarias”.
Puede ser útil.
“Que
Dios las ayude y a mí no me desampare”.
1) No vaya sola.
Use las redes sociales. ( A mí me recomendaron Badoo, antes, asesórese con alguna experta-le aseguro
que las hay-,) Consígase “algo”. Un
amigo, un amigovio, un amante, un “peoresnada”. Inténtelo con buena onda y
mucha fe. Por favor, que sea libre como el viento. No se meta jamás de los
jamases con un tipo “ni comprometido, ni casado
ni nada”. Generalmente las mujeres los tienen bien atados por donde
usted ya sabe, y no los sueltan por nada del mundo. Si no lo logra porque ya está muy vejacona y
su calderín no pesca más, forme un grupo de amigas que tengan buen humor y conformen un clan solidario para salir
juntas. “Algo es algo”. Pero sola, lo que se dice “sola, sola” no. Jamás.
Calderín, copo, mojarrero, o como quiera llamarlo-sirve para pescar- aunque usted no lo crea |
2) Estudie BIEN todas las posibilidades.
Conéctese. Averigüe. ¿Qué personas hacen esos cruceros? ¿Es un crucero familiero? ¿Es amiguero? ¿Es gay? ¿Es de
solos y solas? ¿De qué edades? ¿Nivel
social? ¿Nivel económico? ¿Nivel educativo? Importantes incógnitas que tienen
que ser develadas antes del viaje. Si lo que consiguió por medio de las redes
sociales no tiene la estampa de un “bombero de Madrid”-de esos bombones que
pusieron en el calendario solidario-, y es, en cambio, un gordito simpaticón, no se
desanime. Pruebe. ¿Tiene buen sentido del humor, baila bien? Si la hace reír, y se defiende bailando, será un buen compañero de viaje, si es un arrogante amargado, y –además- no baila nada, descártelo, un tipo sin buen humor y sin ritmo no merece ser tenido en
cuenta. Siga-más bien, con mucha paciencia- conformando su grupo de
amigas solidarias.
Él es el bombero "Enero 2015". Gracias a mi amiga Enri, ya está en casa. Sea solidaria, pida el suyo-el calendario- y recréese la vista mientras prepara el crucero |
3) Repase bien sus conocimientos
idiomáticos. ¿Cómo anda su inglés? ¿Todavía le sirve para
comunicarse? Tampoco le va a venir mal repasar el italiano- si su intento de crucero es de bandera italiana- Apréndase, por lo menos,
la letra de alguna canción tradicional, como por ejemplo la que dice: “tu sei
per me la piu bella del mondo”- mutatis
mutandis, claro. No le recomiendo “Champagne”. Es clásica,- en el crucero que hice yo, había
un cantante que la entonaba muy bien-, pero habla de un “amore proibito””. (Sí. Me
parece que va sin hache.)
De
todos modos, no se olvide nunca de llevar el calderín. Téngalo siempre limpito
y pronto para sumergirlo en el agua. Donde menos se espera, salta la liebre –o
la mojarrita-. Déjese sorprender.
Calderines de tul- también pueden servir- |
4) Observe detenidamente todas las excursiones ofrecidas.
¿Son con guía que se queda con los pasajeros o se va disparando para otro lado?
¿Incluye almuerzo o cena? ¿De qué tipo? ¿Incluye la bebida? ¿De qué tipo? (Tenga
en cuenta de que si es buffet es una porquería. Le van a dar ensaladas ácidas,
pasta vieja, carne ídem con muchos días de heladera y va a terminar cagándose
como gallo dormido.)
5) En caso de quedarse en tierra algún
día: ¿Cómo es la hotelería? ¿Cuántas estrellas tienen los hoteles
pautados? Mírelos bien. ¿Dónde están situados? Si quedan afuera del mapa, o por
donde el diablo perdió el poncho o sea en el culo del mundo, le va a costar
mucho llegar a los lugares céntricos que es generalmente donde está lo
interesante y tendrá que gastar una fortuna en traslado. Las estrellas a veces
son un “engañapichanga”, las tienen porque a las habitaciones les pusieron un aire acondicionado que hace más ruido que
un avión y que no modifica ni el frío ni el calor de ninguna manera. Y usted a
la noche, o se muere de frío o se muere de calor.
6) Lleve ropa de salir. No
tiene porqué ser de gala, pero si un atuendo sentador con el que pueda ir a un teatro, a un cine, o
a bailar.
7) Lleve alguna ropa interior subyugante con la que se sienta seductora. Y si no se
siente seductora, invéntese que sí. Al fin y al cabo “todo es cuestión de
actitud”: un erótico camisolín, unas
medias negras caladas por arriba de la rodilla, un corpiño con encajes. Por lo
de la liebre- o la mojarrita-. Nunca se sabe.
8) Lleva maletín de maquillaje lo
esencial y por lo mismo.
9) Haga gimnasia Tiene
que bajar varios kilos antes del crucero, sí o sí. Sáquese esa
barriga de más. Enfúndese de nuevo en
esos juveniles vaqueros con roturas que se compró el verano pasado y en los que
ahora ya no puede entrar de ni de canto. Propóngaselo como objetivo de guerra.
Va a ver qué bien se va a sentir apenas
logre que no le salte ningún rollo,
ninguna lorza-como leí en algún artículo
de Arturo Pérez Reverte-, y que el
cierre suba sin inconvenientes hasta arriba.
10)
Suba
y baje escaleras en forma constante. Es un esfuerzo que
cuesta, pero sepa que la elegancia de
sus nalgas depende de ese ejercicio. Y usted sabe que unas nalgas en buen punto
pueden mover montañas.
11)
Ejercite
de vuelta sus miradas. Los ojos son las ventanas del alma-qué cursi
que me puse- vea si los suyos aún
brillan,-si no, aclárelos con algún producto- maquíllelos, suba y baje las
pestañas frente al espejo. Tírese besitos y dígase “linda”. Nunca estará de
más.
12)
Tómese
su tiempo para la decisión final No
haga nada precipitado. Hoy en día con todos los recursos que nos brinda
Internet, usted puede obtener toda la información que quiera y la que no quiera
también. Atrévase. Después me cuenta.
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