miércoles, 23 de diciembre de 2015

DÍAS PREVIOS

Carro rebosante

La algarabía ya tiene más de un par de meses, pero la intensidad va subiendo de tono a medida que se acercan las fiestas tradicionales. Vivo en un barrio que-lamentablemente y ya lo he dicho- se ha convertido en una mini-ciudad comercial. Contribuyó a ello, de manera muy especial el Shopping Punta Carretas. A su alrededor, se siguen demoliendo casas y más casas para hacer galpones comerciales para alquilar. Y desde ahí se montan los más  inverosímiles negocios, desde una tienda de  maternales hasta una boutique erótica. Ya comenté cuando me quedé atónita en una de las vidrieras mirando fascinada una especie de pequeños sapitos de colores, cuyo uso no supe dilucidar.
Hoy, después del desayuno, me “armonicé” con varios “omm, omm omm” para lograr energía positiva e ir a hacer mandados. En el Disco, el gentío y el estruendo que producía tanto público era descomunal. No utilicé ningún carrito, porque cuando llegué a unos de los chicos, me atropelló con toda la saña posible una vaquillona, que me lo arrebató. Como estaba armonizada, se le dejé. No sin antes largarle una buena puteada mental. (Estaba armonizada, lo juro, pero no es para tanto.)
Logré llegar hasta la góndola de las pastas y sacar un par de cajas de capellettis (y lo escribo así porque así está escrito en las cajas- pero yo sé que el plural en italiano es sólo con la “i”-¿vieron como todavía me acuerdo?) Como no había logrado agenciarme ningún  carrito, no llevé más nada.

Mucha gente comprando de todo 

El asunto fue después llegar hasta una caja y pagar. La cola de las llamadas “cajas rápidas”  era una misión imposible, me dirigí entonces a las cajas de “diez unidades”- donde también había gente a patadas, pero me quedé-armonizada, vuelvo a repetir- mirando el bullicio, los juguetes, los padres desesperados, y las menudencias que ponen especialmente abajo,  para que todos los enanos manoteen y berreen a más o poder para que les compren. Mientras observaba con la distracción mas ingenua- de esas que me atacan más de una vez-  unas preciosas cajitas rosadas sobre la mano derecha, vi por el rabillo del ojo, que una señora que estaba en la otra fila me torcía los ojos desesperadamente, entonces, me calcé los lentes y miré. Miré las preciosas cajitas rosadas y me di cuenta. Eran preservativos.  Con gusto a frutilla-por eso rosadas- y para “practicar sexo oral”. Así nomás. ¡Por eso la doña me revoleaba los ojos como dos huevos duros! ¡Y yo, inocente de mí, en plena Babia! Le hice una especie de guiñada y los dos huevos duros se aquietaron. Cuando llegamos -las dos al mismo tiempo- a las cajas,  me espetó: -¿Te das cuenta? ¡En mis tiempos no se exhibían “esas cosas”! Simplemente me sonreí. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué yo había visitado un museo erótico inca y que había visto cosas peores? ¡No! ¡De ninguna manera! Me salí por la tangente con una sonrisa comprensiva.
Y al pagar, tomé estas fotos para ilustrar la nota.

Hay que sacar muy bien las  cuentas 

 En los  días previos a las festicholas parece que se acaba el mundo. Pero no es así. Por eso, armonícense  con quien puedan, y diviértanse lo más que puedan también. (Y si les gusta “el sabor frutilla”, ¡ya saben!)



sábado, 19 de diciembre de 2015

SEGÚN PASAN LOS AÑOS

El fabuloso postre de frutos rojos con helado del Club Hípico- toda una delicia-

Es el título de una canción de la  famosa película  CASABLANCA. En inglés “As time goes by”. La película la vi muchísimas veces, pero no me voy  a referir a su argumento-porque es una historia de amor y desamor-  sino a esa sensación extraña que nos embarga cuando nos encontramos con personas que hace muchísimo tiempo que no veíamos. Esta vez, se trató de un reencuentro de esos  y nos emocionamos hasta las lágrimas. Nos sentimos alegres, sin importarnos la edad ni las vicisitudes de la vida. Todos hemos pasado por distintas circunstancias y los recuerdos se tiñen de nostalgia cada vez que los sacamos a luz.
En realidad, fuimos compañeros de trabajo, pero lo fuimos durante tantísimos años, y ahora, nos encontramos por medio de las redes sociales, pero “persona a persona” se volvió a dar hoy. Y fue muy emotivo.

Risas y sonrisas 

De Estados Unidos vino la familia Becerra, que hacía nueve años que no estaban en el país. Ese fue el motivo de la reunión en el Club Hípico, al cual accedimos gracias a una de ellas. El almuerzo fue sensacional, y –como siempre pasa en esos casos- nos sacábamos la palabra los unos a los otros- 

Otra muestra de la algarabía con los postres ya en la mesa


Asistieron  personas que yo aprecio mucho, en especial dos de ellas, que, cuando yo había ingresado “novel”  en el UAS,-treinta años atrás- me ayudaron a  expresarme en inglés, dándome conversación en ese idioma.
Pero también debo algo a cada una de ellas, una, por ejemplo, me prestó su saloncito cuando yo había perdido- por malas artes- el mío.  Hoy  comenté cosas así,  porque formaron parte de mi existencia durante muchos años. Trabajé más de veinte en la misma institución y  aunque no nos viéramos todos los días, ni estuviéramos asignadas a las mismas tareas o niveles el afecto-felizmente-  se mantuvo para nuestro total regocijo.  


¡Pica ahí familia Becerra! 

Sin embargo, en ningún momento  he considerado un lugar de trabajo como “mi casa”.  Nunca dije. “mi” colegio, sino “el” colegio.  El “lugar” fue siempre eso: el “sitio” donde ejercí, lo mejor que pude- no siempre con éxito, porque no todas las veces se puede considerar exitosa una labor tan ardua-. Pero sí pude apreciar a través de los años compartidos,  a cada una de las  personas que traté en particular, en la coincidencia o en la divergencia- porque no siempre estuvimos de acuerdo-  y saber, que pese a la distancia, al tiempo que voló,-por eso titulé esta entrega: “según pasan los años” (en alguna parte de la canción, dice algo así como: “Las cosas esenciales tienen su valor según pasan los años”.) Indudablemente cierto. Así se aparece en nuestros sueños un antiguo amor, y queramos o no queramos- podemos sentir  el olor de su querida piel, sus besos y su calor.
En este caso, pese   a los avatares de la existencia, a que la vida nos ha dado y nos ha quitado, en el reencuentro se dio la risa y la algarabía porque nos gustó mucho volvernos a ver. Más veteranas, más gordas, más flacas, más canosas, pero con una buena onda increíble.
Millones de gracias  a todas las personas que fueron. Lo pasamos bomba, y, sin lugar a dudas, tienen  un lugarcito cada vez más grande en mi corazón.


¿Serán los bomberos que vinieron a saludarnos?




lunes, 14 de diciembre de 2015

APAGÓN

La pequeña radio portátil salvadora del apagón 
Hoy tuve que cambiar abruptamente los planes del día. Me había levantado voluntariosa, con ánimo para ir a clase de yoga, me preparé el desayuno y estaba plácidamente disfrutándolo, mirando un programa de “Amor al Arte”- que me interesó porque el arquitecto Samuel Flores Flores hablaba de su concepción sobre la conservación de la arquitectura como un bien preciado- acá se tira todo, en breve no sabremos ni quiénes fuimos-  cuando de golpe ¡zas!  Se apagó la luz. A partir de ahí mi mañana se transformó. Es increíble el poder de la tecnología en nuestro diario vivir. Lo primero fue pensar que  no podía- mejor expresado- no debía salir. Una escalera de seis pisos en plena oscuridad sin pasamanos no es recomendable para mi artrosis de rodillas. Además, por motivos de seguridad, hace muy poco,  se colocó un cierre eléctrico en  la puerta de calle. Y la pregunta ante este nuevo dispositivo fue: ¿abriría? Si después de enfrentar el desafío de bajar por la lóbrega escalera, la puerta no me abría significaba desandar el camino- esta vez hacia arriba- Después empecé a modificar mi itinerario matutino. Al no salir, podía lavar ropa,  cocinar. Con lo que tuviera en la heladera, naturalmente. Y constaté lo que había: dos tomates perita, un envase de crema de leche, un cuartito de pechuga ya horneada y media cebolla. En mi terraza coseché para gusto: orégano, ciboulette y romero.

La salsa  y los rigatoni prontos


 Y luego lavar el piso de la cocina. Bien. Hasta ahí bien. ¿Lavar ropa? Sí. Lo indispensable a mano. Entre otros menesteres tuve también que pensar cómo mitigaba el ruido proveniente del aparato generador del hotel de al lado que es atronador. Lo logré generando mi propia música con  una radio portátil. Después fui solucionando los otros inconvenientes. La música que encontré en la radio portátil no era totalmente de mi elección- los programas que encontré eran más bien “plomo”-, pero al menos con unas cumbias disimulé el ruido, y logré cocinar unos rigatoni al dente y una salsa. ¡Almuerzo solucionado! ¡Bien! Acto seguido acudí al celular y me conecté con todas los whatsapp habidos y por haber para saber cómo era la situación en otros lugares. Constaté que estábamos en las mismas condiciones muchos  montevideanos  de distintos barrios y también en la Ciudad de la Costa: ya sé que “mal de muchos, consuelo de tontos” pero hace bien no sentirse tan sola en estos avatares. Estuve sin luz más de dos horas. Y constaté que la tecnología es un privilegio, pero, puede fallar, y si falla, lo mejor es tener elementos  de sobrevivencia. Esto me hizo acordar a un ejercicio que algunas veces proponía a mis estudiantes extranjeros: “si usted tuviera que irse a una isla desierta mencione cinco elementos indispensables que se llevaría para sobrevivir”. Para mí, serían indispensables una loción antimosquitos-(soy alérgica y difícilmente sobreviviría en una isla desierta)  una cantimplora, una olla, los fósforos.
 Y un gato. Tierno, mullido, afectuoso. Sí.  Alguno de esos que están pensando. Aquí pongo dos ejemplos contundentes. ¿ O no? 

Imagen tomada de Internet: Richard Gere 


Imagen tomada de Internet: Keanu Reeves 
            

jueves, 10 de diciembre de 2015

Tango para tararear o-directamente- para aprender a cantar.



Este es el tango que fui tarareando esta mañana mientras buscaba la sucursal de correo. 

PERIPECIAS

Sucursal de correo uruguayo de 26 de Marzo 3391 casi Julio César- Pocitos Nuevo 
El 19 de octubre de este año, con el título “Esquemas” me referí a las múltiples dificultades que encuentra un usuario común para hacer algunos trámites sencillos, como desayunar en un Mc Donald-después de las 11 de la mañana-  comprar un medicamento, enviar por el correo uruguayo un libro a la vecina orilla.
No voy a abundar sobre el particular. Hoy voy a otro. De mañana, me levanté temprano, desayuné en mi casa- y, ya curada de espanto,  me dirigí al Montevideo Shopping. Mi idea era bien sencilla: mandar una tarjeta postal –clásica, y “a la antigua” a una de las amigas que tengo en España. Ya también “curada en salud” con el mal trato que recibí en la otra agencia, decidí que podía ir a la del Montevideo Shopping, donde si todos los astros estaban alineados a mi favor, podría recibir una atención  más esmerada. Craso error. No existe más la sucursal de correo uruguayo en el centro comercial. Se mudó a 26 de marzo 3391 casi Julio César. ¿Motivo? Según lo que me explicaron, a los centros comerciales no les interesa tener locales ocupados por instituciones públicas, prefieren alquilarlos- a buen precio-, y dejar a los pobres usuarios en pampa y la vía. Así que junté coraje, le pregunté a uno de los guardias más o menos cuántas cuadras tenía que caminar y emprendí la marcha. No son muchas cuadras, quizás cuatro, quizás cinco, pero, en esa zona, 26 de marzo es “en subida” y no tiene ni un mínimo arbolito para guarecerse del sol. Para colmo de males, la artrosis de rodillas me tiene a mal traer por lo cual caminar se ha convertido en una experiencia bastante dolorosa. Pero no me quedaba otro remedio, así que lentamente, tarareando “Nuestro balance” de Chico Novarro, emprendí –lentamente- la caminata.
Felizmente, llegué y  fui bien atendida por  una joven, que hasta me elogió la letra manuscrita- destacando mi “letra de maestra”- condición adquirida después de  muchos, pero muchos años de planas caligráficas- . En amena charla le hablé de mi blog, y de las veces que escribo sobre estos problemas barriales.
 Yo tenía una preciosa sucursal del correo uruguayo en el Punta Carretas Shopping- ya todos saben que vivo a media cuadra- y podía enviar todo lo que se me antojara con un mínimo esfuerzo. Ya no. No tengo ninguna sucursal a mano. Fui muy bien atendida, pero no me queda cerca. Tengo que ir en ómnibus o en el auto- si encuentro dónde estacionarlo- problema que se ha agudizado también en los últimos años, porque no hay suficientes espacios para dejarlos seguros. En la Sucursal de Pocitos Nuevo también me encontré con la empleada que me atendía en la sucursal Punta Carretas. Y le manifesté la verdad: que la extraño enormísimamente,- a ella y a su amabilidad siempre lista para aconsejarme la mejor manera de realizar un envío-. Les dije a todos  que iba a  escribir en mi blog. Prometí enterar al Consejal del Municipio CH, el señor Andrés Abt- que según tengo entendido se ha ocupado y se ocupa mucho de lo barrial- para ver si de alguna manera, puede realizar alguna gestión positiva para que Punta Carretas vuelva a tener su sucursal de correo. Ojalá que sí. Los vecinos nos la merecemos. No les quepa la menor duda.





domingo, 22 de noviembre de 2015

SUITE FRANCESA

Michelle Williams y Matthias Schoenaerts como Lucillle Angelier y Bruno von Falk (Imagen tomada de Internet) 


Con el  mismo nombre que la novela de Irene Nemirovsky la película Suite Francesa, presenta una visión parcial- como toda película por otra parte-, de la novela que se hizo famosa hace unos años. Irene, de origen judío, nacida en Ucrania, y educada en París,  murió en Auschwitz. Sus novelas son estremecedoras, pero también su propia historia.

La novela es mucho más compleja que la película; además quedó inconclusa,  porque a Irene Nemirovsky  la mataron antes. Si mal no recuerdo, iba a constar de cinco partes, de las cuales pudo escribir dos. A mí no me quedó en la memoria la historia de pasión que pone de relieve la película sino las historias de hipocresía social, los reveses de la fortuna, la codicia de los fugitivos que eran capaces de cualquier cosa por cuidar de sus bienes materiales, como si no se hubieran dado  cuenta de que el peligro mayor era la pérdida de sus vidas, cuyo valor se había eclipsado por completo. Podían violar a las mujeres, ejecutar a los hombres, y dejar sin efectos cualquier ley que no fuera la que ellos quisieran imponer.

"Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio."   Julio Cortázar

La película, en cambio,  se centra más bien en la pasión de una francesa por un soldado alemán en el entorno de la invasión de los vencedores ante el rechazo- o acomodo, porque hay de todo en la viña del Señor- de los franceses.  El marido, el “ausente-presente”, está en el frente de guerra.
El alemán- que viene a vivir en la casa-,  toca el piano, y será ese instrumento el que los acerque al principio. Se trata, por supuesto, de un amor prohibido. Ambos, además de ser casados, tienen como muro de separación concepciones antagónicas provocadas por el ambiente. Pero  ya se sabe del viejo dicho: “El hombre es fuego, la mujer estopa, viene el diablo y sopla”. Es sutil que el  sabio dicho involucre al diablo en la explosión. El amor  en tiempos de guerra, como en este caso, tiene todos los ribetes del pecado: la atracción ineludible, la pasión,  “el pecado de la carne”- que creo que es el que tiene más mala prensa- y  la “caída”- como se le llama a la seducción consumada. Aunque la pasión entre los dos es insoslayable, no hay  posibilidad de futuro. En las familias descendientes de emigrantes- como la mía- se conocen historias similares. Incluso con hijos habidos de esas relaciones clandestinas, criados como propios por “padres”, que, por supuesto, ignoraron siempre la verdad.
Como señalé al comienzo, la película es parcial. (También señalé que la mayoría de las películas basadas en novelas, lo son). Pero también es cierto que se ve con interés, el clima de incertidumbre está logrado, la fotografía y la actuación son  excelentes, y la música también. Nada más se le puede pedir. Les aconsejo que lean la novela, y después vayan a ver la película.  Yo la vi  con interés, pero la novela me dejó apesadumbrada,  con muchísimas más interrogantes sobre la condición humana que las que podría suscitar el filme.




domingo, 15 de noviembre de 2015

EL VALLE DEL HILO DE LA VIDA

Cartel que nos recibe al llegar 
Durante mucho tiempo ignorados por la mayoría de los montevideanos, los parajes de las sierras de Lavalleja, además del encanto propio del paisaje, guardan misterios aún no resueltos. Después de ir al templo budista, y de pasar el día allá, nos había quedado por conocer este otro sitio arqueológico. Circundado por un paisaje de ensueño, el Valle del Hilo de la Vida, recibió ese nombre porque lo recorre –precisamente- un “hilo” de agua que corre rumoroso por el entorno. 

"El Hilo de la Vida"- un pedazo del paraíso- 

Para ir, es necesario pactar con alguna agencia que haga el recorrido y que arregle con los dueños, la charla, el almuerzo, y la visita guiada. Nosotras optamos por ir con la misma agencia que nos había llevado al templo budista: Atlanti-tour. El “formato” es el mismo. Los de Montevideo, partimos de la terminal 3 Cruces, y por el camino, se fueron sumando otros viajeros. Esta vez pasamos por Atlántida- donde la agencia tiene su sede-
Al llegar fuimos recibidos por el ginecólogo Gustavo Guerrero, -que, en lugar de traer bebes al mundo se ha dedicado a instruir a los que llegan sobre las bondades del lugar, que es otra modalidad de asistencia natal-.
Juanita tomando energía del lugar- atrás el Dr. de la vida:- Gustavo Guerrero-


 Lo primero que se establece fácilmente es  que es una fuente energética. Todos vamos con distintas expectativas: unos buscando curas psicológicas, otros, curas físicas, y también algunos vamos de pura curiosidad para ver si realmente se puede percibir esa energía de la que tanto se habla. Sí, se percibe. Las varillas de apreciación sirven, pero también sirve  la sensación de paz y de armonía que de inmediato se adueña de los estresados excursionistas. Como en toda travesía el público es diverso porque  como dice el dicho “hay de todo en la viña del Señor”. Desde el ruidoso insoportable que describía el Cuque Sclavo en una de sus crónicas,  ese que desde que sube no deja de hablar a los gritos y que prorrumpe en alaridos de felicidad ante cualquier pelotudez:
-¡Mirá la vaquita con el ternerito! ¡Qué divino! ¡El ternerito está mamando!
Y te lo grita en medio del oído que tenés más sensible. No importa que durante el viaje aparezcan muchas –digo: MUCHAS- vacas paridas con sus terneros porque el susodicho cada vez que vea una te lo dirá – y se lo dirá a todo el pasaje, a grito pelado- por las dudas, por si no nos habíamos dado cuenta. Y por si a alguien se le fuera a escapar algún detalle, se levantará y recorrerá TODO el autobús de punta a punta con guarangadas similares gritadas a viva voz. 
Vaca con ternero mamón: - ¡ Oh un ternerito mamando! ¡Oh, oh, oh! 


Tampoco falta la rompe pelotas que desde que sube va contando todas sus peripecias de salud-todas horrorosas y tremendas- sin interrupción de ningún tipo. Y vos, no sabés qué decirle porque también tenés una rodilla hecha pelota por la artrosis y te cuesta un triunfo subir la cuestita de morondanga para contemplar los túmulos indígenas y tomarte una foto con tu hermana- con mucha suerte quizás lo logres porque la lima-huevos te seguirá a sol y a sombra para seguirte contando A VOS. Pura y exclusivamente A VOS que heredaste ese karma de mierda que es “ligarte” la compañía de cuanto bipolar anda suelto por el mundo-. Y no podrás huir porque con la rodilla hecha pelota es imposible que corras. Juanita puede porque tiene quince años menos, pero vos no. Vos te la tenés que bancar durante todo el viaje. ¡Oh Dioses del Olimpo!
En pleno ascenso para contemplar los túmulos 

De todos modos, la comida se deja comer.  Apenas te da un repelús cuando te cobran 100 pesos uruguayos por una media copita-escasa- de un vino carlón- y 70 por un refresco. Pero, como decía Alberto Castillo: “que le vachaché”- así es la life-. El comercio se ha expandido y no somos tantos los que agarramos para el lado esotérico-.

Mesa brindando: con las copitas de $ 100 cada una. ( Los refrescos a 70 )

 Valió muy bien  la pena el rato pasado al borde del hilo de agua que corre feliz y sin preocupaciones- hasta el gritón se quedó quieto por un ratito-.
El ganso Narciso contemplándose a sí mismo en el ventanal 

Lo más misterioso son los túmulos que se levantan en una línea-para vos incomprensible, pero intuís que por algo será así- que no son “enterramientos indígenas"- como alguna vez se pensó- porque no  se encontraron huesos humanos en ellos. Sí se sabe que de una manera u otra están relacionados con lo  espiritual porque nuestros indígenas no eran tan torpes como nos quisieron hacer creer los viejos libros de historia.

Frente a uno de los túmulos con Juanita-en el centro tomadas de la mano-
(Imposible salir solas)

De todos modos,  igual llegará el  momento en  que podrás abstraerte, quedarte en el medio del misterioso paisaje- meditar no, imposible- pero por lo menos sentirás que estás en un lugar increíble, con un “lagarto Juancho” que te viene a saludar al comedor, y con un ganso Narciso que se contempla embelesado en el vidrio del ventanal.
El "lagarto Juancho"- que vino al comedor y se dejó fotografiar-





miércoles, 11 de noviembre de 2015

LOS SENIORS DE LA VIDA

Robert De  Niro,- como Ben Whitaker- y  Anne Hathaway como- Jules Ostin-
(Imagen tomada de Internet )
La palabra SENIORS la empecé a usar cuando ingresé a trabajar en el Uruguayan American  School porque así se denominan a los estudiantes del último grado de la Secundaria. Sin embargo, en la actualidad, también se aplica a los veteranos que  nos reinsertamos en alguna actividad después que dejamos   los  trabajos habituales y   pasamos  a la categoría de jubilados. En un mundo que ha hecho un culto absolutamente  extraordinario de la juventud, parecería que los jovatos quedaríamos  para siempre en una posición desventajosa,  sin trabajo, sin  amor, sin sexo, condenados a sentarnos en las plazas para dar de comer a las palomas- no tiene nada de malo, pero es una actividad que ya se llevaba a cabo en los siglos pasados-. 
Judi Bench como  Evelyn en Hotel Marigold
(Imagen tomada de Internet) 

Sin embargo, algunos filmes de los últimos tiempos desmienten esa condición. Por ejemplo, la serie de películas 1 y 2 de “Hotel Marigold”; “Directo al corazón”;  “Ricky and The Flash”; y la última que recuerdo: “Pasante de Moda”. En todos los filmes que mencioné se “restituye”- por así decirlo- a los veteranos un papel protagónico. De alguna manera, “vuelven al ruedo”. Sobre todo en la última: “Pasante de Moda”.
Practicando Taichi- en "Pasante de Moda"- (Imagen tomada de Internet) 

Por supuesto que todas las películas que he mencionado son comedias, y en muchos casos con  toques  sarcásticos, sin embargo, pintan una realidad diferente: la de los sexagenarios- o más- que luchan por reinsertarse en una realidad que tiende a excluirlos. En la primera película  de El Exótico Hotel Marigold, una de las protagonistas encarnada por la actriz Judi Dench- Evelyn en el filme- aparece en las primeras escenas luchando para ser atendida por una persona de carne y hueso y no una máquina contestadora. Cuando lo logra, le piden que hable el titular- que lógicamente es el marido que ha muerto- Yo también pasé por esa crueldad y otras similares. El “titular” no está más; y el que queda con vida tiene que luchar con la torpeza humana que no tiene límites, para lograr un propósito tan simple como cancelar un servicio que no va usar más. El hecho no es irrelevante. Cuando se ha dependido de un esposo para todas las circunstancias, es muy difícil, convertirse de golpe y porrazo en un ser independiente. Lleva años de aprendizaje.
¡Hasta para el sexo y el amor puede haber lugar!
( Imagen tomada de Internet) 

“Pasante de Moda” presenta una visión  más risueña y descontracturada: un veterano de setenta años, jubilado y viudo,  no quiere que la vida  le pase por arriba y se presenta a una empresa que solicita los servicios de un “Senior en la vida”. -Ahí se ve la palabra Senior aplicada al veterano-. Podría pensarse que es más suave que la referencia en español: “adulto mayor”. Quizás sí, porque a mí, las expresiones  “adultos mayores”, "tercera y cuarta edad”, tienen la virtud de pasmarme porque no se les llama-de ninguna manera- “adultos jóvenes” a los que tienen menos de cuarenta.  Demás está señalar que la empresa está liderada por una mujer juvenil que llega a la oficina en bicicleta y que no se desmonta de ella hasta que llega a su escritorio- Anne Hathaway en el papel de Jules Ostin- y el veterano en cuestión es Robert De Niro como Ben Whitaker.
¡Llegando en bicicleta a la oficina!- Ambiente joven y descontracturado-
(Imagen tomada de Internet) 

 Y, por supuesto, todos los  integrantes de la empresa de Internet  “About the fit” son jóvenes. (Menos la masajista que también tiene sus correspondientes ñoquis.) Además del fresco liderazgo, toda la empresa flamea con una tecnología muy lejana al veterano que llega trajeado y de corbata,  con un juego de lapiceras y los variados estuches de sus lentes y que ni siquiera es  usuario de Facebook. Llegará a serlo,  con la ayuda de Jules, que le dará pautas para llenar los requisitos. Hay muchas situaciones risueñas, con roces de ironía y sus gotas  de humor negro.  Uno de los jóvenes entrevistadores le pregunta:
- ¿Dónde se ve usted dentro de diez años?
Y él contesta con la lógica de sus setenta años:
- ¿Cuándo tenga ochenta años?-
Lógicamente, esa pregunta para alguien de veinte o treinta, hace que se proyecte hacia un futuro promisorio. El que tiene más años, no lo puede hacer, ya que el futuro-para él-  es ahora. Diez años más, -indefectiblemente- lo llevará a verse vestido con el “sobretodo de madera”.
Es muy interesante lo que los propios actores declaran sobre sus personajes:
-¿Cómo dirían ustedes que esta película les habla a las distintas generaciones de espectadores?
De Niro: -La película dice de algún modo que todos tenemos algo que aprender de todos. Los viejos han estado más tiempo en este planeta y tienen consejos que sólo ellos pueden dar pero los jóvenes se adaptan más rápido a lo nuevo y también tienen cosas que enseñar. Es así de simple.
Hathaway: -Jules, mi personaje, es una persona decente y agradable pero está muy tensionada porque le falta el espacio y un oído compasivo. Eso es lo que Ben le aportará a su vida: una enorme cantidad de compasión. No sé si es una cosa generacional o qué, pero siento que se emiten demasiados juicios de valor en el mundo, sobre todo cuando la gente está en puestos más visibles como el de Jules. Ben no la juzga. Sólo la observa, deja que se abra y le da un espacio seguro, lleno de compasión y comprensión. Ella prospera allí y, de hecho, él hace lo mismo con un montón de gente a su alrededor. Todos ellos prosperan como resultado de eso. Es una cosa simple, pero no es algo que vemos muy a menudo en nuestro mundo. Creo que si pudiéramos ver más de eso y tal vez contribuir con ello, podríamos obtener muchos resultados positivos.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/amistad-dentro-y-fuera-de-la-pantalla
No sólo en las películas aparecen estos nuevos Seniors.
También los tenemos en el mundo del espectáculo. Próximamente Uruguay recibirá a la legendaria  banda The Rolling Stones. Con sus integrantes más que maduros- algunos con más de setenta años- Sin embargo, en mi barrio, la pre-venta de entradas causó una verdadera conmoción. Hoy de mañana hablé con personas que habían venido a “acampar”- literalmente- y se turnaban con los familiares para mantener el lugar en la fila. Todos ellos jóvenes.
También en el ámbito de los artistas, tenemos a Joan Manuel Serrat, con sus más de setenta años, haciendo giras y cantando tan campante como si tuviera veinte.
The Rolling Stones- legendarios y vigentes-
(Imagen tomada de Internet) 

Como ejemplo de veterano intrépido- aunque  tiene aspecto juvenil, y está entrenadísimo,  este año, ya cumplió sus sesenta pirulos-  también tenemos al psicólogo uruguayo Gustavo Ekroth- amante de los deportes extremos- que salta desde altas torres y practica rafting y se tira por los rápidos con una bizarría brutal- Creo que la  foto lo dice todo:
Gustavo Ekroth en un deporte extremo-
(Imagen tomada de su facebook )

Al fin de cuentas, he comprobado por  mí misma, que la manera de mantenerse en la vida es ir acompasándola con los avatares. La edad es uno más de ellos. Ni  mejor ni peor. La solución es adaptarse/adecuarse. ¿El cuerpo no resiste más  el ejercicio aeróbico? Se puede hacer taichí- que se va perfeccionando con los años-. Los movimientos son pausados, tienen explicación, y el cuerpo los va haciendo cada vez mejor. ¿Es excesivo bailar zumba? Se puede optar por baile folklórico o tango clásico.
Si a usted le gusta quedarse en las plazas dándole de comer a las palomas, hágalo, en mi caso, yo,  prefiero seguir aprendiendo y poniéndome al día en lo que más me guste realizar. Hay multitud de disciplinas disponibles para todas las edades-
Disfrute de la vida, y haga –sobre todo- lo que tenga ganas de hacer-
Y pretenda- siempre- al galán que más le guste- Richard Gere, o Keanu Reeves- el que se deje agarrar primero-. ¡Pero usted no deje nunca de correrlo!


lunes, 2 de noviembre de 2015

PASEO GOURMET

El confortable ómnibus que nos llevó y nos trajo- lo pondero también porque se lo merece-
Cada viaje  o paseo que hago me afirma más en la convicción de que el placer de viajar, de salir, de conocer lugares, depende de la atención que  nos brinden los integrantes de la agencia y los guías que nos asistan  para hacerlo placentero.
No importa qué lugar sea, porque por  más atractivos que tenga, un guía  malhumorado, de pocas pulgas, con poca o nada de paciencia para lidiar con público, puede arruinar el espectáculo más grandioso del mundo. Y conste que no pido que me traten como a una reina, -aunque me encantaría- pero sí que sean amables, que me den lo que pagué  al precio que me ofrecieron, y – sobre todo- que me asesoren debidamente. Esto es: que no me den “gato por liebre”, porque como he hecho algún viaje que otro-incluido cruceros- sé qué es bueno y que no lo es.
El sábado 31 de octubre hicimos con una amiga el paseo “Ruta Gourmet Sierra de los Caracoles” con la agencia de Anita Jardi. Fue espectacular de principio a fin. Realmente.
Aprendiendo de viñedos 

En primer lugar, la atención fue brillante. La misma Anita Jardi en persona fue con nosotros durante todo el viaje, y nos asesoró eficientemente. Por otra parte, los mismos productores de los locales que visitamos, nos recibieron, -hasta alguno de ellos hicieron ruta con nosotros- y nos fueron asesorando sobre las labores que desempeñan en sus establecimientos al mismo tiempo que nos invitaban a degustar sus productos. Realizamos un viaje distendido, en una buena y confortable unidad manejada a la perfección, con suavidad y sin estrés.
Fuimos recogiendo en distintos lugares de la ruta  a las personas que esperaban para completar el cupo. Nuestra primera parada fue en Altos de la Ballena donde pudimos degustar unos exquisitos quesos  artesanales  de “La Cabra Macanuda”- qué nombre para ser tomado por  nuestra  talentosa murga “Cayó la Cabra”- y también los deliciosos productos de “Campo de los Galos”- estupendos emprendimientos de entusiastas productores que apostaron por los productos naturales y bien elaborados- que fueron “regados” con unos vinos deliciosos de “Altos de la Ballena”- yo me incliné por el rosé, porque para pecar hay que pecar en serio-  
Con Dinorah, saboreando el rosé "Altos de la Ballena". Todo un lujo de sabor 

¿Qué más les puedo decir? –que el gusto de uno, supera el gusto del otro, y así sucesivamente. Además, como anoté desde el comienzo, con una dedicada atención y una minuciosidad extrema para explicar qué, cómo, porqué esas delicias llegan como llegan a nuestro paladar.
El grupo de viaje también es digno de mencionarse. Al mediodía nos tocó  almorzar en una mesa con personas encantadoras. Departimos sobre los temas de nuestro interés y- créase o no- coincidimos en más de uno. Y créase o no, -también- dos de las personas, que no se conocían, tenían anillos Atlante.
Recibimos atención esmerada de todos. Pero elegí a una de las productoras  que, con una simpatía a flor de piel, se tomó el trabajo de “desasnarnos” con enormísima eficacia. Por eso,    hoy, antes de terminar esta reseña, le pregunté a Tati Paz- otra eficiente integrante de la agencia de Anita Jardi- su nombre y apellido para nombrarla con todas las letras: Isabel Mazzucchelli.
¿Usted quiere saber lo que es una “almazara” o una “alcuza”? ¿Quiere saber lo que son los “polifenoles”? ¿Quiere saber sobre  las variedades de olivos Frantoio, Coratina, Leccino, y Arbequina?  ¿Quiere apreciar las diferencias que hay entre un aceite de oliva virgen extra, un aceite de oliva virgen extra saborizado, y un aceite de oliva virgen? ¡Pues hagan el paseo Ruta Gourmet Sierra de los Caracoles! Con seguridad que algo van a aprender, porque Isabel, y los otros productores les van a explicar todo al detalle. Y, sin lugar a dudas, después de las degustaciones,  van a volver tan  contentos como nosotros.
Con Dinorah y la simpática y eficiente Isabel Mazzucchelli en  Altos de la Ballena" 

Esperamos que la eficiencia siga siendo uno de los pilares de esta agencia que apuesta a nuevos “productos”- como se dice ahora también en materia turística- y que podamos hacer más paseos,  conocer más lugares en viajes acompañados con la misma calidez que nos brindaron esta primera vez.





domingo, 25 de octubre de 2015

HOMENAJE A JORGE SCLAVO EN LA 1410

En la 1410 con el periodista Leopoldo Martinez Risso y Ernesto Sclavo 

En la 1410 el profesor de Historia José Luis Porto



Este sábado 24 de octubre  de 2015, de 10 a 11 de la mañana, concurrimos a la radio 1410-al  programa La Feria -conducido por el periodista Leopoldo Martínez Risso y el docente de Historia José Luis Porto- para  rendirle un merecido homenaje a Jorge Cuque Sclavo en el mes de su cumpleaños.
Ernesto, el  hijo mayor, enfocó sus palabras hacia el gran humorista que fue Cuque, y también a los hechos cotidianos que le servían de motivo para sus crónicas costumbristas. Nadie mejor que él para esa recreación.
Claudio,  el otro hijo varón,  habló sobre la importancia de su padre en la realización de su vida. Fue muy contundente al decir que todo lo que es se lo debe a él.
En mi caso, quise resaltar la labor del “escritor serio”- que también supo serlo y  muy bueno, es decir a Jorge Sclavo, (es notorio que el apelativo “Cuque” lo empleaba más  para sus intervenciones graciosas que fueron las más reconocidas). 
Leí Prólogo para un Prólogo a Felisberto compañero de trabajo. Uno de los mejores textos inspirado en Felisberto Hernández, como compañero de trabajo en la Imprenta Nacional, pero  a quien Jorge Sclavo supo reconocer como un brillante escritor muchísimo antes que el resto del mundo. En este prólogo hace una recreación de la angustia de Felisberto metido a empleado público, luchando denodadamente para escribir a máquina los informes, mientras lo convidaba con vermouth y le  mostraba un álbum con  fotos de su pasado como pianista:
 - “Parezco una bataclana”.
Ese texto y otros extraños, que sorprenden y conducen a la reflexión,  se encuentran en un libro raro de Jorge Sclavo-  una especie de “libro boutique”: Almanario- con ilustraciones de Fidel Sclavo,  donde,  en algunas páginas, aparece  una frase solitaria o dos  y nada más.
También merecieron un recuerdo los libros  que obtuvieron primeros premios:
Un lugar para Piñeiro y otros relatos- 1966- Primer premio de la sexta edición de la Feria Nacional del Libro y el Grabado.
Primer cielo, primera tierra- 1972- Primer premio Novela Édita del Ministerio de Educación y Cultura.
De los espejos y lo feroces que son- 1986 Primer premio Novela Édita del Concurso de la Intendencia Municipal de Montevideo.
Será muy bienvenido el audio del programa que con toda seguridad Ernesto Sclavo subirá a la página de "Las Blogueras del Cuque" para compartir con todos sus fans. 
Homenaje debido y  merecido. Y algo muy bueno: Todos prometimos insistir.






lunes, 19 de octubre de 2015

ESQUEMAS

Imagen de uno de los locales de Correo Uruguayo- sacada de Internet-

Hoy de mañana, decidí  romper  con la rutina y dedicarla a otros menesteres. Por ejemplo, conseguir un medicamento que –no sé porqué- no está en la farmacia de la sociedad. Como no tengo tiempo de pedir una consulta médica y experimentar con algún otro, me dediqué a buscarlo en las diferentes farmacias de los barrios Punta Carretas y Pocitos. Finalmente, lo conseguí en una de Pocitos, y, por supuesto, tendré que pedir el reembolso de precio porque la receta de tratamiento prolongado la tiene la farmacia habitual y lo pagué el doble. Fiel a la idea de seguir con tareas no comunes, fui al establecimiento del Correo Uruguayo a enviar un libro para una amiga que vive en Buenos Aires. Antes, como no había desayunado, me fui a un Mc Donald, s  con esa intención. Pero no. Me quedé con la intención, por que los locales Mc donald’s despachan desayunos hasta las 11.oo. Después de esa hora, con una grácil voltereta de carteles se dedican a las hamburguesas, si querés desayunar, lo lamentan mucho pero “se pasó la hora”. Y no hay Dios que los haga recapacitar sobre la idea de que desayunar a las 11 es absolutamente normal para las personas que son  nocheras como yo.  No señor. Pensé que no era tan dramático haber tomado un café bebido antes de salir, y que bien podía esperar a terminar el segundo trámite. Craso error. Me atendió una dependienta que me indicó que el sobre no debía estar cerrado con cinta adhesiva, que debía “reensobrarlo” para poderlo enviar. Obviamente yo no llevaba otro sobre. La susodicha me indicó  un kiosco a media cuadra para que lo comprara. Allí fui. Lo compré y volví. Cuando estaba llenando los datos  me dijo que “así no era”- yo lo estaba llenando en una de las  formas clásicas: destinatario en el frente, remitente en el dorso-. Pues no. Quería que el remitente fuera adelante, sobre la mano izquierda,  y más abajo- y a la derecha- el destinatario. Yo ya lo había llenado de la otra forma y se lo dije. Volvió a insistir que “esa no era la forma tradicional”. Pensé unos momentos y me dije a mí misma: - “si sigue insistiendo, me voy y lo envío por correo privado, que al fin y al cabo es por lo que hay que optar”. Pero no. Me dijo que terminara de llenarlo, lo pegó con cola adhesiva- no con cinta- y me cobró los correspondientes doscientos sesenta pesos por el envío certificado.
Me volví pensando:
“Nos manejamos con esquemas; la mujer  no quería cambiar el suyo; yo tampoco  el mío. Lo más importante de todo esto es que yo quiero que el libro llegue a las manos de mi amiga, por eso lo envío certificado. Estas boludas discusiones carecen de sentido”.
 Después pensé que tenía que escribir esto-  quizás alguien más experimentó lo mismo- y además, lo quería hacer  porque  si realmente el país quiere ser un “país de servicios”, va a tener que modificar muchas conductas indeseables, porque el turista no va a dar la vuelta al mundo-como la di yo esta mañana – para:
a) conseguir un medicamento,
b) tomar un  desayuno, y
 c) enviar un libro a Buenos Aires.

Lauri, espero que te llegue. 
Te mando besos por mi blog. Por el momento, nadie me impide mandártelos. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

AUTOS MEMORABLES

El primer soñado "cuatro ruedas" fue un Toyota 700 y lo cuidábamos como si fuera un Mercedes Benz

Un domingo soleado y caluroso en pleno agosto en Montevideo, es una absoluta bendición. Con esa perspectiva me fui a las Canteras del Parque Rodó, donde estaba el UP  Full- de Volkswagen - para probarlo dando una corta vueltita. (Lo trajo Werner Bernheim)  Lindo, pero lógicamente con gusto a poco.
Es como cuando tenés un amante nuevo y pocos minutos para disfrutarlo. En cinco o diez minutos apenas podrás saber si besa bien, si te gusta el olor de la piel, si tiene las manos calentitas y poco más. El  resto del protocolo queda librado a tu completa imaginación.
Con el auto UP, es lo mismo. Es de buen ver. El asiento y la dirección se pueden subir y bajar- a tu gusto y altura-  Cuando lo prendés enciende también las luces diurnas- las que exige la IMM para andar en la ciudad- y, en la marcha, te va “pidiendo” que bajes o que subas los cambios. Una preciosura.  También tiene una dirección respondona.  Un primor. La verdad.  Tengo parientes cercanos que se compraron uno  y disfruté de esa adquisición como si la hubiera hecho yo.
Este es el "UP" que fui a probar al Parqué Rodó- Sigue en la lista de "Venga y atrévase a soñar",
Bien podría apodarse: "El Ñato"  ¿No? 

Después como quien no quiere la cosa, se me dio por pensar que, a través de los vehículos  que tuvimos puedo delinear nuestra “historia de vida”, porque la marcaron a medida que fueron llegando. De los primeros años,  me viene el recuerdo de la moto Suzuki y de la motoneta Vespa. No tengo fotos porque no teníamos con qué  sacarlas.  Ambas fueron sufridas y nos acompañaron todo lo que pudieron. Nos llevaron a nuestros trabajos, a nuestros estudios y a nuestros paseos. Pero llegó un momento en que decidimos  “pegar el salto”,  porque ya era hora de que llegara un “cuatro ruedas”. Lo acariciamos como una ilusión durante muchos años, hasta que llegó- lógicamente usado y de afuera-  el primero: mi querido Toyota 700. Fue el autito de nuestro “despegue”- ya recibidos de profesionales, y,  con el préstamo ya pago de la primera casita, supo exteriorizar un  avance en nuestra economía-. También nos llevó y nos trajo todo lo que pudo. Incluso nos condujo  a nuestras modestas vacaciones en la Colonia  de Parque del Plata. Lo cuidábamos como si fuera un Mercedes Benz- en realidad, para nosotros lo era- le buscábamos lugar para dejarlo bien estacionado, lo lavábamos, lo acicalábamos,  y le fuimos poniendo todo lo que se empezó a requerir en esos años, por ejemplo: cinturones de seguridad- que no eran aún  una exigencia  y pocos autos los traían incorporados-.
Después del Toyota, hubo varios autos, pero estoy recordando únicamente   los que jalonaron  nuestra vida. Es decir, los que fueron memorables.
 Por la década del 90, con nuestra economía más saneada,-que nunca llegó a brillar con real esplendor pero que estaba mejor- dimos otro “salto” y  llegamos al primer cero kilómetro. Fue un Daihatsu.
  "El Dahiatsu."El primer "Cero kilómetro"  que manejé en La Paloma  


 Con él ya nos aventuramos más. Primero, Piriápolis, después  La Paloma. Balnearios prodigiosos, mágicos, al menos cuando nosotros los frecuentábamos. Con ese auto me largué a manejar. Nuevo, respondón, alegre, como nuestra propia juventud.
Pero la fortuna no nos sonrió siempre. La crisis del 2002 nos dio un duro golpe. Y mi esposo quedó sin empleo. Cesante. Con 59 años. De golpe y porrazo se convirtió en esa cosa deleznable a los que llamaron   los “pre-jubilables”- que era lo mismo que decir “los descartables”. Le dieron la jubilación a los 60-apenas cumplidos- sin ninguna de las ventajas que habían tenido las generaciones anteriores. Pero  nos  conformamos  apoyándonos-como siempre- el uno en el otro- No teníamos  hijos que dependieran de nosotros, en cambio hubo otros con dos o tres chicos  que no pudieron afrontar la economía familiar. Fue la época de los suicidios. De la que nadie habla. Nadie recuerda tampoco. Para qué. Algunos ahorros  se  salvaron de la catástrofe, y  en una especie de insana locura, nos decidimos-otra vez-  a cambiar el auto por otro “Cero kilómetro”.  Así llegó-en plena debacle-  “El rojillo” a nuestras vidas. Bien colorado. Como para cambiar la pisada.
"El rojillo" estacionado en Punta Gorda


Casi todos nuestros autos sufrieron robos o  intentos de robo  y el pobre rojillo no fue una excepción porque lamentablemente  la situación de inseguridad en el país fue en aumento, y en la entrada de un hotel de Piriápolis,  le despedazaron la puerta de la valija. La reparación fue costosa. Y en esas conversaciones de aquí y de allá, un vendedor nos convenció para cambiarlo. Había poca diferencia entre el rojillo y otro de la misma marca y modelo que  ya había incorporado otras prestaciones con más énfasis en la seguridad.

Y en el año 2010 llegó “El Silver”. Tiene una  alarma que apenas se comanda cierra también los vidrios.

"El Silver" en el Parque Rodó- ¿Vieron que bien que lo estacioné? 

Cada año que pasa, los autos, como los televisores o los electrodomésticos en general, viene más modernos y con más chiches. Ya los más nuevos  encienden al mismo tiempo el motor y  las luces obligatorias de circulación diurna,-por lo cual ya no hay que acordarse de encenderlas y apagarlas-. Otros, más sofisticados, estacionan casi solos- un enormísimo  adelanto para  evitar chambonadas-.  Solo falta que incorporen un conductor con la apariencia de Keanu Reeves. Y yo les aseguro que si así fuera,  me empeñaría absolutamente para  cambiar el mío. Sin lugar a dudas.



  “VIEJO BARRIO QUE TE VAS ”   Desde que vivo en Punta Carretas, el barrio se fue transformando en forma lamentable. Hay construccione...